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Control Stop. Portugal, tierra para el resurgir de los olvidados

Respiró aliviado Sébastien Ogier al finalizar el Rally de Portugal en tercera posición. El francés había vuelto a ver a sus dos rivales de Hyundai caer cuando tenían el coche “jodidamente más rápido” en esta prueba, tal y como aseguró Andrea Adamo, por lo que, aunque en ningún momento estuvo cómodo con el Yaris WRC en tierras lusas, el resultado era oro para él en su persecución del octavo título. 18 puntos, (15 + 3 en la Power Stage) que definen mundiales.

Si hubiera que elegir el piloto del fin de semana, sin lugar a dudas no sería Ogier. Ese título le toca portarlo ahora a un Elfyn Evans que no cejó nunca en el empeño, manteniendo la presión y llevan a que Ott Tänak no pudiera pasar a modo de gestión en ningún momento. El colapso de la suspensión trasera del Hyundai i20 Coupé WRC demuestra una vez más que hay margen de mejora todavía en el coche campeón de los dos últimos títulos de constructores y que tal y como se demostró en su momento con la debilidad en la dirección delantera, todavía hay cosas por solucionar antes de pasar página hacia los nuevos Rally1.

Evans aprovechó esos abandonos entre unos Hyundai que parecían intratables el viernes (en parte porque Toyota los test que había realizado previamente se celebraron en condiciones húmedas y apenas pudieron probar el compuesto blando en seco) y tras una preciosa batalla con Dani Sordo durante el sábado por la tarde, se mostró completamente inalcanzable en la primera especial del domingo. ¿De dónde se sacó Evans esos nueve segundos que le endosó a Dani Sordo en apenas 9.180 metros cronometrados de Felgueiras? No fue fácil, pero esa confianza que le podía faltar tras perder en Croacia la victoria por apenas unas décimas, fue en esta ocasión ampliamente contrarrestada por su rabia y capacidad para adaptarse al novedoso tramo.

Honestamente, pasé por el tramo en el reconocimiento. Era una etapa nueva y exigente, muchos descensos y crestas ciegas y curvas cerradas y una superficie resbaladiza también. Fue una de esas etapas, si estás seguro y comprometido, donde puedes marcar la diferencia. Vi los primeros tiempos parciales y el compromiso. Fue genial ver su actuación. Después de eso, puedes darte un poco más de libertad. Por supuesto, estaba un poco preocupado de que pudiera permanecer en la carretera porque la velocidad era bastante alta – Jari-Matti Latvala

Además del galés, obviamente el otro nombre destacado del fin de semana ha sido el del propio Dani Sordo. Sin contrato todavía para 2022, el cántabro deja entrever que ya no es tan tajante en cuanto a su decisión de no seguir compitiendo con la llegada de los Rally1 híbridos enchufables. Cada vez que compite en el Hyundai i20 Coupé WRC en rallyes con estas características de buen grip y corte técnico, Sordo ha demostrado ser muy competitivo y únicamente los problemas con los neumáticos el viernes le impidieron poder poner tierra de por medio que seguramente le hubiera permitido afrontar de otra forma la segunda etapa. En la adaptación con Borja Rozada también hay margen, reconociendo el de Puente San Miguel que “fue más difícil de lo que esperábamos”.

El renacer de M-Sport y la evolución de Takamoto Katsuta:

Tres nombres propios y otros tres nombres no habituales que también dieron el do de pecho. Y es que si valoramos la actuación realizada por los dos pilotos de M-Sport y por Takamoto Katstuta, la nota parece inmejorable. Adrien Fourmaux estaba en su debut sobre tierra con el Ford Fiesta WRC y fue incluso capaz de luchar por dos scratchs a pesar de ser de los primeros en el orden de salida, Gus Greensmith mostró una evolución clara respecto al Rally de Portugal 2019, con pocos errores, muy condicionado por el pinchazo y los problemas técnicos en su montura y con un ritmo que llegó a estar por debajo del 0,20 s/km, logrando igualar su quinta plaza en Turquía el año pasado con unas sensaciones mucho mejores.

Aun así, fue Takamoto Katsuta el que hizo llevarse las manos a la cabeza a más de uno durante este fin de semana, no sólo por sus dos sustos en Amarante (37,92 kilómetros, la especial más larga de la cita lusa), uno rozando un guardarraíl y el segundo, en el que destrozaba el alerón posterior, al golpear contra un árbol en los kilómetros finales cuando venía incluso mejorando los parciales de Ogier, precisamente en el que es el patio de recreo del francés, todo un amante de los tramos largos.

Es por ello, que al ver a Takamoto a 1,5 segundos de Ogier cuando todavía restaban los 49 kilómetros del domingo, muchos nos imaginamos al nipón lanzarse a cumplir su sueño. Nada más lejos de la realidad, Latvala actuó como jefe de equipo que es y decidió zanjar por completo la lucha antes de empezar la última etapa. Taka aceptó el trato, aunque es cierto que lo recalcó en varias ocasiones para que quedara patente que él estaba allí para luchar con Ogier hasta el último metro… y todo ello en su 15ª prueba con el Toyota, cuatro de esas citas en eventos no mundialistas y gran parte del resto en rallyes con kilometraje reducido debido a la pandemia. La mejora es evidente.

Taka hizo un gran fin de semana. Estamos muy contentos con los pasos que ha podido dar. Al ir a esta mañana, le dijimos, básicamente estaba peleando con Seb ayer, y eso fue muy interesante de ver, le dije uqe los factores de los que habíamos estado hablando con el equipo, (Sébastien tenía dos neumáticos blandos nuevos) y que tenía mejores ruedas que tú. Piensa en agarrar el cuarto puesto para este evento. Es el mejor resultado que has obtenido hasta este momento. Llegará tu momento para el podio. Creo que desde esa perspectiva y creo que quería asegurarse de ocupar el cuarto lugar. Hizo un viaje inteligente – Jari-Matti Latvala

Los derrotados. Neuville y Tänak sin margen para el error:

En cuanto a los más damnificados del fin de semana, es inevitable traer a colación los nombres de Thierry Neuville y Ott Tänak, así como el abandono de Kalle Rovanperä, cuya retirada por el momento Latvala no ha confirmado a qué se debió. Si bien el finlandés puede tener todavía algo de margen al ser su segundo año y seguir en plena formación, los dos pilotos recién renovados por Hyundai están perdiendo comba en la lucha por el mundial y los 22 puntos que se deja el belga después de un erro muy parecido al que le ha dejado sin título del WRC puede despertar antiguos fantasmas. Por su parte, Pierre-Louis Loubet demuestra necesitar un reseteo. El francés necesitaba terminar y adaptarse a su nuevo copiloto, sin embargo, apenas duró media especial.

Obviamente el cero en esta ocasión se lo deben llevar los pilotos y copilotos sancionados por no respetar las normas sanitarias del país que acogía la prueba. No sólo por no informar de contactos estrechos con positivos en COVID-19, sino por haber viajado en algunos casos fuera del país de nuevo y romper la cuarentena. Por mucho que te traslades en tu propio coche, es imposible cruzarte la península de oeste a este sin bajarte del coche a repostar, comer o descansar, por lo que no hay excusa que pueda aligerar la culpa.

En el resto de categorías, la experiencia demostró ser un grado y eso se pudo ver en que Esapekka Lappi, Kajetan Kajetanowicz y Martin Sesks fueron los absolutos vencedores en sus respectivas clases. En el caso del finlandés, tiene un incierto futuro y ya parece confirmado que si no hay una inyección financiera al proyecto puede incluso perderse Estonia, por lo que empezaría a complicarse su opción de ser campeón en WRC2. Su manejo fue brillante y fue capaz de utilizar poco más de la mitad de los neumáticos que tenían disponibles por reglamento: “Teníamos 26 ruedas y yo usé solo 16. Siempre que salí del Service Park llevaba alguna rueda usada en alguna parte. Fue bastante divertido al final y ahorramos algo de dinero”. Por su parte, Kajetanowicz ha encadenado dos triunfos consecutivos, lo que demuestra que la adaptación del tres veces Campeón de Europa al Mundial ya es plena.

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