Tras apenas completar un año al frente de Automobili Lamborghini Squadra Corse, Maurizio Leschiutta fue apartado de su cargo y relevado de forma provisional por el director técnico de la división, Rouven Mohr, lo que ha dejado muchas interrogantes en lo que respecta al programa de competición del fabricante, sobre todo porque Leschiutta no estará para presenciar el debut del Temerario GT3 en las pistas. Según el comunicado emitido por Lamborghini, la separación entre ambas partes fue de mutuo acuerdo, aunque desde Alemania asoman que una vez que se entregó el informa final del año, desde las altas esferas del fabricante reprobaron la gestión de Leschiutta porque fue contratado para salvar el programa LMDh y actualmente el prototipo SC63 permanece sin agenda para 2026, lo que se traduce en una considerable pérdida de recursos tras iniciar su construcción en el año 2023.
Leschiutta llegó a Squadra Corse precedido de la fama de ser un experto en prototipos deportivos luego de desempeñarse como director del proyecto BMW M Hybrid V8 desde el 2021 y hasta el 2024. La misión era revitalizar el SC63, pero el resultado más alentador llegó muy tarde, un cuarto lugar en Petit Le Mans, última fecha del Campeonato IMSA SportsCar, cuando para entonces Riley, socio operativo en los Estados Unidos, había comunicado que nos seguiría apoyando a la marca italiana. Era el segundo rechazo público hacia el coche, tras lo ocurrido con Iron Lynx, equipo que dejó sin efecto un contrato que culminaría en el 2027 para asociarse con Mercedes AMG, no sin antes criticar de manera negativa la política de Squadra Corse de dejarles toda la responsabilidad en lo que respecta a la inversión para investigar, probar y desarrollar el prototipo.
Se entendía que algo no estaba bien en este programa cuando Giorgio Sanna, principal promotor de que Lamborghini ingresara a la clase Hypercar con una plataforma LMDh, dejó su cargo en el 2024, tras permanecer allí casi una década. Ahora Sanna está en McLaren, al frente de la nueva propuesta Hypercar del fabricante británico que debutará el año que viene en el WEC, en tanto el prototipo de Lamborghini construido bajo su gestión yace estacionado como símbolo de improvisación, de un anhelo que inició con una incertidumbre a sus espaldas cuando se acudió a Ligier como fabricante del chasis, proveedor que si bien posee cierto prestigio en el área, carecía de la experiencia de Multimatic, ORECA y Dallara, en la concepción de prototipos de nueva generación.
Así que Leschiutta heredó un programa a la deriva y debía cumplir con la tarea de buscar un socio a la altura de Iron Lynx, pero mostrando el potencial del SC63 apenas en cinco ocasiones durante el año, y con dos muy malas presentaciones tanto en Daytona como en Sebring, resultaba complicado vender el producto. No estaba fácil la misión porque el prototipo está muy lejos de sus rivales y además para actualizarlo se requiere de mucha inversión y no luce sensato inyectar recursos a un coche que está inhabilitado para acudir a las 24 Horas de Le Mans. Así que sin un programa Hypercar dentro de Squadra Corse no tenía sentido mantener a Leschiutta en su cargo porque tampoco es un experto en GT3, por tal razón se optó por la dupla de Mohr junto a Stefan Gugger para que ambos se encarguen de la planificación asociada al Temerario GT3 y a lo que se refiere al programa Lamborghini Super Trofeo.
El deporte motor nos ofrece entonces otra muestra de las consecuencias de una mala planificación y otra vez Lamborghini vuelve a quedar en deuda cuando intenta desafiar a los grandes.
Vía Motorsport Total
