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Hans Herrmann y la conquista de las cinco grandes carreras de resistencia

Este fin de semana se disputarán unas inusuales 24 horas de Le Mans, por segunda vez en el mes de septiembre y por primera vez sin público en el circuito. Porsche celebró el pasado 14 de junio las bodas de oro de su primera victoria en la mítica carrera francesa, obra de Richard Attwood y Hans Herrmann a los mandos del Porsche 917 K #23. De este segundo piloto hablaremos en el día de hoy, pues ese triunfo en La Sarthe le sirvió para completar su casillero con las cinco grandes carreras de resistencia de la época. Pero además, tras una promesa, marcó el final de sus días como piloto de automovilismo en activo.

Herrmann tuvo una corta carrera en Fórmula 1 donde disputó un total de 19 carreras del campeonato del mundo, logrando un podio en el Gran Premio de Suiza de 1954 como mejor resultado. Pero sin duda sus éxitos llegaron en las carreras de resistencia, donde junto a Porsche se convirtió en uno de los pilotos más legendarios de esta modalidad. Un total de catorce veces se alineó en la parrilla de salida de las 24 horas de Le Mans, todas con Porsche, consiguiendo cuatro victorias en categoría y una última final absoluta como ya hemos mencionado. Pero en la época había otras 4 grandes carreras de resistencia: las 24 horas de Daytona, las 12 horas de Sebring, los 1000 Kilómetros de París y la Targa Florio. Herrmann conquistó todas ellas.

Un exitoso año 1960: Sebring y la Targa Florio

La serie 718 de Porsche se adaptó a las mil maravillas a Herrmann, tanto en su versión SportsCar como en su versión «Fórmula 1», donde consiguió puntuar en el Gran Premio de Italia de 1960. Ya en 1958 se subió al podio absoluto en Le Mans con uno de ellos, ganando la categoría S2.0. Pero sin duda la versión RS60 fue con la que más logros cosechó y todos ellos comenzaron con la victoria en las 12 horas de Sebring. Dentro de la categoría reservada para motores hasta 1.6 litros y junto a Oliver Gendebien, el piloto alemán se impuso a los Maserati Tipo 61 de Stirling Moss y Dan Gurney, que sobre el papel parían como favoritos. En una auténtica carrera de resistencia el pequeño Porsche venció frente a los potentes Maserati, Ferrari y Corvette.

Unos meses más tarde llegó la Targa Florio. Las míticas carreteras sicilianas volvieron a ser escenario de una gran batalla al límite entre Porsche y Ferrari, siendo una prueba puntuable para el campeonato del mundo de resistencia. Las alineaciones eran de lujo y Hermann compartió coche con Jo Bonnier, que por aquel momento ya había sido vencedor en un Gran Premio de Fórmula 1. La dupla sueco-germana venció por delante del Dino 246 S de Wolfgang von Trips y Phill Hill con 6 minutos de ventaja tras más de siete horas corriendo. Pero además, Herrmann también fue tercero, pues junto a Gendebien estaba inscrito también en el segundo de los Porsche oficiales. Un doble podio en una de las pruebas más duras y peligrosas del planeta.

1968 fue su año mágico: doblete en las Américas

Tras unos años centrado en carreras menores y subidas de montaña, Herrmann volvió a las andadas de las grandes carreras de SportsCars en 1966. Un año más tarde y ya con el Porsche 907, se impuso en la categoría de Prototipos 2 litros en las 24 horas de Le Mans, previo a un fantástico año 1968. Llegaron las 24 horas de Daytona y como era habitual en la época, el piloto alemán estaba inscrito en tres coches diferentes: el #52, el #53 que no llegó a pilotar y el #54. Todos ellos versiones cola larga del 907. Porsche consiguió un triplete historico cruzando con los tres coches juntos la línea de meta y emulando a Ferrari. Herrmann fue primero, pero también fue segundo.

La segunda cita del campeonato del mundo de resistencia se disputó en Sebring. Herrmann ya tenía en su casillero esa victoria en el aeródromo de Florida, pero volvió a imponerse junto a Jo Siffert por una vuelta al segundo de los 907, el de Vic Elford y Jochen Neerpasch. La tercera gran victoria de ese año 1968 llegó en los 1000 kilómetros de Paris, disputados en Linas-Montlhéry. Ya con un Porsche 908, la evolución del 907, Herrmann y su compañero Rolf Stommelenn ganaron por menos de medio minuto tras más de seis horas a Elford y a Rudi Lins. Esto cerró su año 1968, que no pudo rematar en Le Mans teniendo que abandonar tras 59 vueltas.

Y finalmente llegó la gloria en Le Mans

Porsche había ganado todas las carreras de resistencia importantes del mundo excepto una, la más prestigiosa de todas, las 24 horas de Le Mans. Tras el fracaso de 1969 donde sus nuevos 917 no consiguieron acabar y donde Herrmann, junto a Gérard Larrousse, se quedó muy cerca de batir al Ford GT40 de Jacky Ickx y Jackie Oliver (perdieron por solo 120 metros), los de Stuttgart apostaron todo para el año 1970. El nuevo 917 K había demostrado ser muy rápido, ganando en las 24 horas de Daytona, pero la fiabilidad de los potentes motores de 5 litros estaba en duda. Herrmann por su parte, compartiendo el coche #23 del Team Salzburg con Richard Attwood, llevaba el motor de 4.5 litros, menos potente pero más fiable.

Con una conducción perfecta por parte de los dos y sin fallar, vieron como todos sus rivales fueron cayendo hasta encontrarse en primera posición. La primera victori de Porsche llegó con el que sobre la base era el «peor» de sus coches oficiales, el más conservador, pero el que resultó más efectivo. Esa fue la primera de 19 victorias de la marca alemana en Le Mans y la que le permitió a Hans Herrmann completar su repoker en las cinco clásicas de la resistencia. Antes de la carrera, le prometió a su mujer que si ganaba se retiraría y dicho y hecho, en la ceremonia de celebración en Stuttgart lo anunció. En una época donde morían pilotos anualmente y tras la pérdida de su amigo Gerhard Mitter un año antes, Herrmann puso fin a una larga y exitosa trayectoria en carreras de resistencia, habiendo ganado las cinco grandes citas de la época.

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