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La imagen del día: Charles Leclerc, el muro y el exceso de presión

La sesión clasificatoria del Gran Premio de Azerbaiyán ha seguido el camino de un fin de semana que sigue tan caótico como nos tiene acostumbrados el circuito de Bakú. Allí, entre otras muchas cosas hubo un accidente durante la Q2 que es sin duda la imagen del día, la de Charles Leclerc contra el muro de la estrechísima curva 8 mientras maldice su error y las consecuencias que este puede tener para la carrera de mañana. Incluso los mejores cometen errores. Aquellos que parecen tocados por una varita mágica y a quien todo el mundo (o casi) quiere ver ganar también se equivocan. Y en el caso de Charles Leclerc es especialmente sangrante. Él mismo ya ha dicho siempre que es su peor crítico… y aunque en un principio podían parecer palabras vacías, cada vez está más claro que es algo muy real.

En el accidente de Leclerc, quizás lo menos importante es el qué y el cómo: un golpe en la curva 8 causado por una frenada tardía y un bloqueo de ruedas que le hizo entrar pasado y sin espacio, lo que terminó con el Ferrari número 16 empotrado contra el muro. Una bandera roja y unos cuantos minutos después, la sesión siguió adelante y aunque el monegasco no pudo tomar parte en la Q3, quedó clasificado en décima posición. Su tiempo con neumáticos medios fue suficiente para meterse entre los diez primeros en la Q2 (aunque por el accidente, presumiblemente deberá montar otros neumáticos). Y seguramente ahí es donde está la gravedad del asunto. Leclerc rodaba con neumáticos medios, había hecho una buena vuelta… y no tenía ninguna necesidad de empujar más.

¿Por qué estaba empujando en aquel momento el joven recluta de Ferrari? ¿Qué le llevó a tomar un riesgo de más en una sesión en la que el equipo debía saber que estaban seguros, con los mismos neumáticos? Se habría entendido si estuviera rodando con los más blandos por un cambio de estrategia… el propio piloto lo reconoció tras bajarse del coche. Cometió un error y aunque no debe haber mayores dramas, sí puede ser interesante ver dónde está el problema para evitarlo en el futuro. Y el problema está en la presión que carga sobre sus espaldas Charles Leclerc. Marcado como el próximo gran talento de Ferrari, reemplazando a Kimi Räikkönen (no lo olvidemos, el último campeón con Ferrari, en 2007) y dando la impresión de tener a Sebastian Vettel bajo control… demasiado para un chico que aún está habituándose a lo que significa estar en la Scuderia.

Las temperaturas eran iguales para todos, mi primera vuelta con los neumáticos medios había sido suficiente para entrar en Q3. Fue mi culpa, fui estúpido y estoy muy decepcionado conmigo mismo. El equipo merecía algo mejor, trajeron un muy buen coche para el fin de semana y no tengo palabras. Tendré que trabajar y necesito un rato a solas, pensar en lo que ocurrió y mañana será un día mejor, esperemos. Volveré más fuerte. Es bueno saber que Ricciardo salió décimo y ganó en 2017, intentaremos reproducirlo pero no quiere decir que lo logremos, aunque lo intentaremos. No creo que esté siendo demasiado duro conmigo mismo. Soy duro pero no demasiado. Es lo que funciona para mi. Da igual salir noveno o décimo, mi error está ahí y lo ha visto todo el mundo. Creo que en lo había hecho muy bien hasta entonces. Sí es cierto que salir noveno no está tan mal y esta es una pista en la que se puede adelantar. El potencial está ahí y veremos mañana.

No debería ser demasiado, quizás, si entendiera que este es su primer año de rojo y nadie le criticaría si estuviera justo por detrás de Sebastian Vettel en términos generales. Pero su alma de campeón, ese espíritu voraz de quien se ve ganando títulos, le traiciona y le hace querer sacar lo máximo de si mismo. Cuando acierta, está impecable. Pero empieza a ser ligeramente (ligerísimamente, diríamos) propenso a los errores. Por lo general, nada fuera de lo normal… pero sus reacciones justo tras cometerlos demuestran la presión a la que está sometido. Críticas hacia él mismo con poco filtro, echándose la culpa sin dudarlo de entrada… puede dar la impresión de quien se encuentra en un barco que viaja más rápido de lo que puede controlar. Leclerc es un piloto como la copa de un pino, pero quizás le falta el apoyo de las dos personas que mejor le podrían apoyar a la hora de gestionar estas situaciones. Aprenderá.

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