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Race of Champions 1983: Keke Rosberg vence en la última carrera no puntuable de Fórmula 1

Comenzamos hoy una nueva sección en Diariomotor Competición en la que haremos un repaso muy especial a unas carreras de Fórmula 1 muy especiales. A lo largo de los años, siempre se presta atención a la épica de las grandes carreras… las puntuables, claro. Esto deja a las mucho menos conocidas carreras no puntuables en la oscuridad mediática. Entendible, por cuanto estas carreras tenían a menudo una menor afluencia de pilotos y equipos, además de no dar puntos para el Campeonato del Mundo y por lo tanto tener mucha menos importancia general. A fin de cuentas, un piloto nunca iba a jugarse el tipo igual por una carrera puntuable que por una no puntuable. Pero a pesar de todo, durante mucho tiempo fueron una parte esencial del sustento económico de los pilotos, además de un buen lugar en el que dar una oportunidad a jóvenes talentos de lucirse en una carrera de Fórmula 1. A lo largo de los próximos meses, repasaremos la historia de cada una de estas carreras, desde 1950 hasta 1983… o por lo menos, lo intentaremos. Empezando por el final, abrimos nuestra sección con la Race of Champions de 1983 en Brands Hatch, con victoria de Keke Rosberg.

La disputa de la última carrera no puntuable de la historia de la Fórmula 1 (entre 1988 y 1996 existió el «Formula One Indoor Trophy» italiano, concebido como un sprint cara a cara entre varios pilotos) llegó el 10 de abril de 1983, entre la segunda y la tercera cita del mundial de ese mismo año. Dos semanas después del Gran Premio de Estados Unidos Oeste en Long Beach y una semana antes del Gran Premio de Francia en Paul Ricard, el circuito de Brands Hatch recibió a varios pilotos para la disputa de una carrera no puntuable. Habían pasado dos años desde la última carrera no puntuable y cuatro desde la última que había sido programada como tal, por lo que el evento era esencialmente un anacronismo, con solo trece inscritos en contraste con el máximo permitido de veintiseis. Esa misma semana había un test de neumáticos en Paul Ricard, lo que hizo que varios equipos no acudieran a Brands Hatch o lo hicieran solo con un coche.

En la lista de inscritos, había dos pilotos que no compitieron en el mundial de Fórmula 1 ese año: Brian Henton en un Theodore y Héctor Rebaque en un Brabham, reemplazando a Johnny Cecotto y Riccardo Patrese respectivamente. También estaba inscrito el equipo Spirit, que hacía debutar su monoplaza en carrera, así como el motor Honda turbo con Stefan Johansson al volante. También McLaren acudió con un solo coche, para un John Watson que venía de ganar en Long Beach. Aunque seguramente uno de los pilotos que más atención recibiría era Alan Jones. El australiano había vuelto a la Fórmula 1 en Long Beach y habría seguido en Francia si hubiera encontrado suficientes patrocinadores pero le resultó imposible, quedando fuera del mundial hasta 1985 y su vuelta con el equipo Lola Haas.

De esta forma, la Race of Champions fue su última carrera con Arrows. Brabham y Williams estuvieron con solo un coche, recibiendo duras críticas por no dar una oportunidad a algún joven piloto prometedor en lo que era una carrera por y para Gran Bretaña. Quien sí usó de forma inteligente la carrera fue Lotus, dándole a Nigel Mansell la oportunidad de competir con el motor Renault que hasta entonces había podido usar solamente Elio de Angelis. En total, cuatro coches con motor turbo (Brabham, Lotus, Spirit y Ferrari) pero uno solo con opciones reales; el número 28 de Arnoux. En los entrenamientos libres, Johansson dio la sorpresa y estuvo entre los mejores, lanzando un aviso a navegantes.

¿Podía Spirit-Honda hacer algo parecido a lo que había hecho Wolf pocos años antes? Al final, el sentido común se impuso y los problemas técnicos en la sesión clasificatoria relegaron a Johansson a la penúltima posición, sin haber llegado a marcar ningún tiempo de referencia. Entre los equipos que partían con un solo coche estaban Tyrrell con Danny Sullivan y Ferrari con René Arnoux. Michele Alboreto tenía que tomar parte con el equipo de Ken Tyrrell, su escuadra en el mundial, pero ese mismo fin de semana tenía la primera cita del Campeonato del Mundo de Resistencia, donde competía con Lancia. De esta forma, Sullivan tomó la oportunidad para competir y ganar experiencia en la Fórmula 1, pues solo había disputado dos carreras en 1983.

Pero la sorpresa relativa llegó con la pole position de Keke Rosberg, demostrando el cambio de paradigma de la Fórmula 1. Sin efecto suelo, su pole con el coche de 1983 había sido seis segundos y dos décimas más lento que su propia pole en 1982. Justo por detrás, René Arnoux fue segundo a menos de una décima. El tercer clasificado fue Alan Jones, a un segundo y siete décimas. Un mundo que dejaba claro que la carrera sería cosa de dos. Quizás el otro protagonista de la sesión había sido un Danny Sullivan que viajó desde Estados Unidos el jueves y sufría aún de un grave ‘jet lag’ cuando disputó la sesión clasificatoria en la que fue quinto. La mañana del domingo, Arnoux marcó el mejor tiempo en el calentamiento y por arriba estuvo también Johansson, tercero a menos de un segundo del registro del francés. Un podio era posible, sobre todo con pocos coches en pista y 40 vueltas por delante.

No pudo ser para los chicos de Spirit, puesto que cuatro vueltas después de la salida, su motor decía basta cuanto Johansson ocupaba ya la novena posición. El primer propulsor turbo de Honda en romperse en carrera. Vendrían muchos más. En cabeza, los dos primeros clasificados mantuvieron el orden en la salida, mientras Sullivan se situaba en tercera posición tras superar a Jones por el exterior. Antes de terminar la primera vuelta, Arnoux tomó el liderato tras aprovechar la potencia del motor Ferrari en la recta del Pilgrims Drop, pero los neumáticos impidieron que se escapara. En 1983, Michelin dominaba gracias a su tecnología de neumáticos radiales, esencial tras la desaparición del efecto suelo. Por ende, los neumáticos Good Year resultaban menos competitivos. El segundo abandono de la carrera llegó con problemas de estabilidad para Mansell, dos vueltas tras la retirada de Johansson.

Un giro después, la sorpresa llegó con una parada a boxes de Arnoux. El equipo Ferrari no llegó a lograr evitar una tremenda degradación, con dos paradas más en el total de 23 vueltas que disputaría. Sin más juegos nuevos, el coche sufrió en exceso por el esfuerzo y acabó rompiendo el arbol de levas. Entre tanto, la carrera había tenido otros abandonos como el de Watson con problemas en la transmisión y Rebaque por problemas en su suspensión. Tras bajarse del coche Arnoux, quedaban solo ocho pilotos en pista que se convirtieron en siete al retirarse Chico Serra por culpa de un engranaje en su caja de cambios. A diez vueltas del final y tras unos giros con problemas de gomas, Rosberg había empezado a perder tiempo, con un neumático posterior izquierdo dañado y con muchas ampollas. Sullivan, habiendo gastado la primera capa de goma en el warm up a baja velocidad, pudo hacer uso de un compuesto más blando en carrera.

La experiencia americana del veterano debutante de Kentucky le permitió aprovechar al máximo su coche, alcanzando al líder y presionándole durante quince vueltas. Fue una pelea digna de ver, llegando a rodar ambos en paralelo en la última vuelta. Al final, Rosberg logró defenderse y venció la edición de 1983 de la Race of Champions, con Sullivan segundo y Jones tercero en su último podio al volante de un coche de Fórmula 1. Tras ellos, terminaron también Henton, Boesel, Schlesser y Guerrero. Como curiosidad, el equipo Williams contaba para esta carrera con los mecánicos del equipo de test, puesto que en Paul Ricard estaban los mecánicos de carrera para probar neumáticos y quedarse para el GP de Francia. Era un premio de Frank Williams para sus ‘héroes anónimos’, a quienes les permitió sentir lo que era trabajar en una carrera de Fórmula 1… logrando devolver la confianza con una victoria. En cuanto a las carreras puntuables, llegaron a su destino evidente. Con un mundo cada vez más comercializado y regulado, los premios individuales por competir habían dejado de tener sentido y las carreras no puntuables no volvieron jamás. Keke Rosberg pasó a la historia con la última victoria sin puntos de la Fórmula 1.

Race of Champions 1983 – Brands Hatch

Pos. Dorsal Piloto Equipo Máquina Diferencia Vueltas
1 1 Keke Rosberg TAG Williams Racing Team Williams FW08C – Cosworth 40
2 4 Danny Sullivan Benetton Tyrrell Team Tyrrell 011 – Cosworth + 0,490 40
3 30 Alan Jones Arrows Racing Team Arrows A6 – Cosworth + 28,642 40
4 34 Brian Henton Theodore Racing Team Theodore N183 – Cosworth + 40,520 40
5 26 Raul Boesel Equipe Ligier Gitanes Ligier JS21 – Cosworth + 40,971 40
6 17 Jean-Louis Schlesser RAM Racing Team March March-RAM 01 – Cosworth 1 Vuelta 39
7 33 Roberto Guerrero Theodore Racing Team Theodore N183 – Cosworth 1 Vuelta 39
8 29 Chico Serra Arrows Racing Team Arrows A6 – Cosworth Retirada (Engranaje) 30
9 28 René Arnoux Scuderia Ferrari SpA SEFAC Ferrari 126 C2B Retirada (Árbol de levas) 23
10 5 Héctor Rebaque Fila Sport (Brabham) Brabham BT52 – BMW Retirada (Suspensión) 14
11 7 John Watson Marlboro McLaren International McLaren MP4/1C – Cosworth Retirada (Transmisión) 8
12 12 Nigel Mansell John Player Team Lotus Lotus 93T – Renault Retirada (Estabilidad) 6
13 40 Stefan Johansson Spirit Racing Spirit 201C – Honda Retirada (Motor) 4

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