Ni siquiera había finalizado el Gran Premio de Canadá y en el box de Alpine se enteraron de la renuncia de Luca de Meo a su cargo de director ejecutivo del Grupo Renault, situación que compromete los programas deportivos del fabricante francés. La inesperada noticia ha causado revuelo en el paddock de la Fórmula 1 porque Luca de Meo aseguraba que Alpine no estaba a la venta y su compromiso con la categoría era a largo plazo, situación que puede cambiar con el ingreso de la nueva administración. En medio de todo el revuelo, se había sugerido previamente que Steve Nielsen estaba en camino de convertirse en el nuevo director de la escudería Alpine, reemplazando a un Flavio Briatore que está de forma provisional en el puesto tras la salida de Oliver Oakes.
Nielsen, cuya amistad con Briatore se remonta a los años en que trabajaron juntos en Benetton, ha desempeñado varias funciones en escuderías como Lotus, Tyrrell, Honda, Arrows, Toro Rosso y Williams. Luego pasó a ejercer de director deportivo para la Fórmula 1, en el año 2017, y posteriormente se unió a la FIA, año 2023, para desempeñar la misma labor, tarea que dejó de ejercer once meses después. Sin duda encargarse de la escudería Alpine en estos momentos no parece una misión muy atractiva porque los franceses marchan en el último lugar de la tabla de constructores y su provenir depende de la nueva relación que se establecerá con Mercedes, que a partir de la próxima temporada será el proveedor de unidades de potencia.
Pero de igual manera todos los planes de Alpine a futuro dependerán de la nueva junta directiva de Renault, también la propuesta de Nielsen como jefe estaría condicionada a una licencia de la FIA porque al permanecer en un puesto de relevancia en el Consejo de Administración estaría por determinarse si sobre él pesa un período de jardinería. En todo caso, Nielsen abandonó la FIA como tantos otros funcionarios que mostraron inconformidad con la gestión de Muhammed Ben Sulayem, actúal presidente del organismo rector del deporte motor.
Vía Autosport