En el año 2018 el estado de Florida se planteó utilizar materiales radiactivos en la construcción de carreteras y puentes. La propuesta la hizo inicialmente un contratista llamado Omni Solar, y el departamento de transporte del estado la consideró como una solución alternativa al problema del deterioro de las carreteras.
El problema fue que la propuesta se enfrentó a una gran oposición por parte de grupos ecologistas y residentes que expresaron su preocupación por los posibles riesgos para la salud asociados al uso de materiales radiactivos en infraestructuras públicas. También les preocupaba el posible impacto ambiental del proyecto.
El gran estado de Florida ahora tiene la oportunidad de investigar el posible uso de un residuo derivado de la producción de fertilizantes para ayudar a construir carreteras, en virtud de un proyecto de ley aprobado por la legislatura estatal. Y lo curioso es que en España también tenemos cierta actividad con el uso del fosfoyeso.
¿Qué es el fosfoyeso?
El fosfoyeso se genera sobre todo a partir del procesamiento de rocas de fosfato, en las que se extraen los minerales de fosfato para su uso como fertilizantes. El fosfoyeso contiene una variedad de elementos químicos como el fósforo, el ácido sulfhídrico y el azufre, entre otros.
Debido a su contenido químico, el fosfoyeso es tóxico y puede representar un riesgo para el medio ambiente y la salud pública. En particular, puede emitir gases tóxicos como el ácido sulfhídrico que puede ser perjudicial para los seres humanos y la mayoría de especies animales. Además, el fosfoyeso puede generar polvo al interactuar con viento y lluvia.
Situación del fosfoyeso en nuestro país
En la ciudad de Huelva, en Marismas del Odiel (España), la acumulación de fosfoyesos ha provocado una gran polémica debido a la preocupación por su posible impacto en la salud de los ciudadanos y el medio ambiente, la misma preocupación que comentamos que se produjo en Estados Unidos. Estudios independientes han demostrado que el nivel de radiación es 22 veces superior al límite aceptado y recomiendan transportar el material a un vertedero de residuos nucleares.
Sin embargo, dado que el fosfoyeso contiene elementos radiactivos naturales y un nivel de actividad relativamente bajo, la legislación española no contempla esta posibilidad. Según ecologistas la zona más afectada por el fosfoyeso es la comarca del Bajo Guadalquivir, en particular los municipios de Lebrija, Los Palacios, Trajano, Pinzón (Sevilla) y Trebujena (Cádiz) debido a la alta carga tóxica.
También hubo un proceso judicial bastante largo que concluyó con una sentencia que obligaba a la empresa Fertiberia a restaurar las balsas de fosfoyesos, esta presentó un proyecto para su «clausura». Sin embargo, este proyecto ha recibido alegaciones de entidades públicas y privadas. Hace poco tiempo un grupo de expertos publicó un estudio en el que señalaba que el proyecto de Fertiberia era «inviable», destacando como principal obstáculo la «inestabilidad de la pila de fosfoyesos».
¿Supone un peligro real?
Según la Agencia de Protección Medio Ambiental de Estados Unidos, el fosfoyeso puede contener niveles importantes de sustancias químicas peligrosas, como el fósforo y el ácido sulfhídrico, que pueden ser perjudiciales para el medio ambiente y nuestra salud. Además, el fosfoyeso puede liberar gas radón a la atmósfera durante las tormentas, lo que puede ser peligroso para las personas y el ecosistema cercano a estas carreteras.
En general, creemos que se necesita más investigación para determinar si la utilización del fosfoyeso en la construcción de carreteras puede ser una solución que se pueda prolongar en el tiempo. De hecho en algunas partes del mundo la utilización del fosfoyeso en la construcción está regulada o incluso prohibida debido a su impacto en el medio ambiente.
