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En tiempos difíciles para el diésel: ¿Qué tecnología híbrida elegir? ¿Cuáles son sus diferencias?

Puede que hoy día no nos encontremos en el mejor momento para comprar un diésel, a pesar de que actualmente existe una gran cantidad de coches diésel baratos, pero el actual panorama en el que un día suben los impuestos, y otros cancela la subida, no crea mucha certidumbre en el comprador de a pie que cada vez empieza a ver con mejores ojos las mecánicas electrificadas o híbridas, y es justo ahí donde los menos avezados empiezan a perderse con términos como mild-hybrid, full-hybrid, plug-in hybrid… además del lío de las etiquetas medioambientales de la DGT.

A continuación, y sin entrar en el más mínimo detalle a nivel técnico, os exponemos los tres típicos principales de mecánicas híbridas que puedes encontrar en el mercado para que centres tu búsqueda de coche nuevo en la alternativa al diésel que más te convenga, y sobre todo, con un poquito más de conocimiento.


 

Micro híbridos, mild-hybrid o MHEV

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Los vehículos micro híbridos o de hibridación suave disponen de un pequeño motor eléctrico que cumple las funciones de motor de arranque y alternador, el cual está conectado al propulsor térmico convencional por medio de la correa de accesorios. Este motor no es capaz de mover el coche por sí solo, ya que su potencia normalmente está comprendida entre 3 y 10 CV, sino que colabora en las fases de arranque o bajo una gran demanda de carga gracias a la energía que almacena en una pequeña batería de litio del orden de los 0,5 kWh y unos 48 V de tensión, obteniendo dicha energía en los procesos de frenada o desaceleración.

Sin embargo, lo más interesante de este sistema a nivel técnico es que permite el llamado modo vela de circulación, en el cual se desconecta el motor térmico en situaciones como en una bajada o en llano, de forma que sistemas como la dirección asistida, el servofreno o la climatización (éste último sólo en los más capaces) siguen activos gracias a ese pequeño motor eléctrico. Además, también optimiza el sistema Start/Stop, pues es posible que entre en acción unos metros antes de detener por completo el vehículo y proporcionar arrancadas más enérgicas.

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Así pues, frente a un gasolina (o diésel) tradicional este sistema consigue un ahorro de combustible que se cifra en aproximadamente un 10 %, es decir, unos 0,5 – 0,6 litros por cada 100 km recorridos, por lo que para amortizarlo frente a un motor convencional es necesario recorrer un número de kilómetros considerable. Así pues, un mild-hybrid sólo es recomendable para quien busque las ventajas de la etiqueta ECO, ya que el consumo no se reduce en exceso.

 

Híbridos convencionales, full-hybrid o HEV

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Podríamos decir que un híbrido convencional es lo que se ha entendido por híbrido toda la vida, un coche con un motor térmico de gasolina (existió alguno diésel) asociado a un motor eléctrico de considerable potencia, de forma que puede ser impulsado por uno u otro, o ambos a la vez, según se demanden más prestaciones o una mayor reducción del consumo. Además, en ocasiones recurren a motores gasolina atmosféricos de «considerable cilindrada y poca potencia», pues trabajan siguiendo un ciclo Atkinson que prioriza la eficiencia y no la potencia como sucede en un ciclo Otto convencional, ya que esos motores eléctricos están ahí para respaldarlos con total contundencia.

En cuanto a las baterías que usa, sus capacidades son del orden de los 1,5 – 2,0 kWh y sobre los 200 – 300 V de voltaje, recargándose también mediante la energía cinética recuperada en los presos de frenada regenerativa, con la posibilidad de impulsar el coche en modo completamente eléctrico entre 5 y 15 km, pero casi siempre alternando frecuentemente el propulsor térmico, siendo estos los motivos por lo que disponen de etiqueta ECO, al igual que los anteriores.

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Con todo esto en mente, un modelo híbrido o full-hybrid sería indicado para alguien que realiza muchos trayectos urbanos y que no dispone de un enchufe en la mayoría de las ocasiones para recargar las baterías como en los híbridos enchufables. Por ejemplo, esta mecánica para el uso que le da un taxista sería ideal, ya que el coche está en movimiento durante toda una jornada de trabajo, sin la posibilidad de cargar la batería, de forma que ahorran arrastrar un sobrepeso aún más considerable y del que no van a sacar provecho, pues es muy complicado «llenar» una batería de 10 kWh de un híbrido enchufable a fuerza de frenada regenerativa.

 

Híbridos enchufables, plug-in hybrid o PHEV

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Finalmente nos encontramos con los híbridos enchufables, unos vehículos que podríamos considerar a medio camino entre un híbrido y un eléctrico. Así pues, disponen de un motor térmico de generosas prestaciones que se combina con otro eléctrico, de forma que pueden moverse utilizando solamente electricidad con una autonomía teórica mínima de 40 km, que es lo necesario para conseguir la etiqueta CERO de la DGT (la misma que tiene un eléctrico). Sus baterías tienen una capacidad entre 10 y 15 kWh a 200 – 400 V de voltaje, lo que implica un sobrepeso importante (del orden de los 200 a 300 kg), además de una pequeña merma de la capacidad del maletero, acumulando en ellas la energía que se obtiene de la red eléctrica (un enchufe doméstico, una estación de carga mural, un punto de recarga rápida en corriente continua…) y de forma más anecdótica de proveniente de la frenada regenerativa.

Seat Leon E Hybrid Phev 03

Por tanto, dadas sus características, este tipo de vehículos son los más caros y pesados, pero también con los que mayor ahorro de combustible se puede obtener bien gestionado su uso: el arquetipo de usuario sería una persona que entre semana realiza pequeños desplazamientos diarios del orden de los 50 km, generalmente por ciudad o a baja velocidad para que no entre en acción el motor térmico, y durante los fines de semana grandes viajes, disponiendo de una estación de carga mural en su plaza de parking para contar todas las mañanas con la batería cargada al 100 % para ese uso diario.

Espero que con este breve resumen te haya quedado un poquito más claro los tipos de vehículos híbridos (dejando los bifuel y demás «historias raras» a un lado), y así puedas concretar mejor tu propia alternativa al diésel. Resumiendo, son tres esos tipos, los mild-hybrid con etiqueta ECO y que son recomendables para quien sólo busca los beneficios de la misma, los híbridos convencionales, también con etiqueta ECO e indicados para alguien que realiza todos sus desplazamientos por ciudad y no tiene acceso a un enchuche, y finalmente los híbridos enchufables, para quienes entre semana se mueven por ciudad y durante el fin de semana se escapan de ella, gozando además de la codiciada etiqueta CERO.

Guías sobre coche híbridos en Diariomotor:

¿Es un híbrido enchufable una compra lógica? ¿Son realmente tan eficientes?
Diésel, gasolina o híbrido: ventajas e inconvenientes
Por qué comprar un diésel sigue siendo una decisión inteligente
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