En un mercado con coches cada vez más complejos, Caterham vive su mejor momento en décadas
Escribía hace unos días mi compañero Sergio que "no quería un coche conectado, sino sentirse conectado al coche". Una reflexión que merece la pena leer y que no hace sino reflejar el momento que vivimos: uno en el que los coches son harto complejos, cada vez más tecnológicos pero cada vez más alejados de las sensaciones de conducción. Aun así todavía hay quien navega contra corriente en medio del océano y no, no nos referimos al Porsc