Una de las tecnologías más esperadas y llamativas del mundo del automóvil podría estar en las calles mucho antes de lo que nos pensábamos. Poder cambiar el color de nuestro coche en cualquier momento es una de esas químeras que parecían imposibles hacer realidad, sin embargo BMW lo hizo posible en 2022 y ahora está en disposición de hablar sobre su llegada a las calles en un plazo inferior a 5 años.
Cambia el color de tu coche pulsando un botón
Fue durante el CES Las Vegas de 2022 cuando BMW asombró al mundo al presentar el prototipo BMW iX Flow, un coche que no dejaba de ser un iX como otro cualquiera a nivel de diseño y características técnicas, pero que estrenaba una carrocería cuyos paneles podían cambiar su color con solo pulsar un botón.
La idea dejó a medio mundo con la boca abierta, pues este BMW iX podía cambiar de color en fracciones de segundo, repitiendo la transición tantas veces fuesen necesarias. Y la clave para conseguirlo era el uso de tinta electrónica, una tecnología más conocida en el mundo de los eBooks y que permite modificar el color mostrado por cada panel, haciéndolo además de una forma rápida, sencilla y con un muy bajo consumo energético, apenas 20 vatios.
Sin embargo, esta tecnología de cambio de color parecía haber quedado en olvido, hasta hoy. Gracias a una reciente entrevista del medio australiano Drive a la artífice de esta tecnología, la ingeniera de BMW Stella Clarke, hemos podido conocer más en detalle qué futuro tiene realmente la tinta electrónica en el mundo del automóvil y hay grandes noticias.
Según Clarke, los coches con carrocería provista de tinta de electrónica podrían estar en los concesionarios en un plazo de 3 a 5 años. BMW está trabajando en su producción en serie y se trata de una solución con mucho potencial, pues si bien tiene que superar barreras como el coste de la tecnología o ciertos handicaps que puede presentar en tanto a su uso o la homologación, lo cierto es que el uso generalizado de carrocerías con tinta electrónica simplificaría por mucho la producción en serie de cualquier vehículo.
Y es que si BMW consigue estandarizar el uso de paneles con tinta electrónica, podría eliminar por completo la sección de pintura del proceso de fabricación de sus automóviles, permitiendo además construir todos los coches con la misma carrocería con todo lo que ello supone en tanto a ahorro de costes y tiempos de producción. El color de cada coche pasaría a ser una mera configuración por parte del cliente una vez sea entregado el vehículo, pudiendo cambiarla tantas veces quiera.
Si bien el primer prototipo presentado por BMW tan solo era capaz de reproducir la escala de grises en un amplio rango de tonos, pudiendo además representar diferentes motivos geométricos, los avances en esta tecnología permitirán reproducir colores y diferentes diseños. Es por ello que según Clarke, su invención tiene ahora en la homologación su mayor desafío, evitando sobre todo un mal uso que puede provocar distracciones, problemas de seguridad, etc.