Menos de 23.000 euros tras aplicar el Plan MOVES III. Ese es el precio de partida del BYD Dolphin. Pero no debemos quedarnos solo con el precio gancho. El Dolphin es uno de los productos más importante de BYD, primer fabricante mundial de coches eléctricos y enchufables, que desembarca en Europa por todo lo alto tras conquistar su China natal. Como es natural, nos surgen muchas preguntas. ¿Es el BYD Dolphin un compacto eléctrico a la altura del mercado europeo? Dicho de otra forma, ¿es un coche de buena calidad? ¿Es mejor que un Volkswagen ID.3? ¿Debe preocuparse el MG4? La respuesta a todas esas preguntas, y muchas más, en este artículo.
BYD Dolphin
¿Quién es BYD?
BYD es el acrónimo de Build Your Dreams, «construye tus sueños» en la lengua de Cervantes. Es un fabricante de coches de origen chino fundado en el año 2003. Para sorpresa de muchos, en 2009, el reconocido financiero americano Warren Buffet invirtió una gran suma de dinero en un fabricante entonces desconocido e inmaduro. El olfato de Warren no le falló: en 2022, BYD fabricó 3,3 millones de coches, de los cuales 1,8 millones fueron 100% eléctricos o híbridos enchufables. Estas cifras permitieron a BYD adelantar de forma clara a Tesla y establecerse como primer fabricante mundial de coches electrificados.
Fotos del BYD Dolphin
BYD desarrolla y fabrica sus propias baterías, y las suministra a otras marcas, como por ejemplo, la propia Tesla. Fabrica sus propios semiconductores e integra de forma vertical prácticamente todos los procesos que implica la construcción de coches eléctricos. Es un gigante, y además, con buena reputación en la industria, labrada durante años. A principios de 2023, BYD desembarca en los principales mercados europeos a lo grande, y en estos momentos, cuenta con una gama de hasta cinco coches, de los que el Dolphin es su vehículo de acceso. A priori, todo apunta a que será el que más se venderá en España, junto al BYD Atto 3.
Diseño y dimensiones
El BYD Dolphin es un compacto tradicional, y mide 4,29 metros. En tamaño exterior, es casi idéntico a un MG4, o un Volkswagen ID.3. El diseño del BYD Dolphin es amable y no arriesga demasiado. En ese sentido, es un coche menos arriesgado que sus hermanos de gama, de diseños más personales. Esto no es una mala noticia ni algo malo per se, el Dolphin busca agradar y no perder potenciales clientes a causa de su aspecto. Por contra, es un coche no muy llamativo. De su frontal destacamos una calandra ocluida y formas suaves en el paragolpes, mientras que en su perfil sus nervios, molduras y techo en contraste disimulan a la perfección una altura elevada para un coche compacto: sus 1,57 metros son más propios de un crossover.
Por detrás llama la atención la palabra «Build Your Dreams», esparcida a lo ancho de una única óptica. La inspiración del diseño, dicho sea de paso, es la misma que la de su nombre, el mundo marino.
Interior del BYD Dolphin
De entrada, el BYD Dolphin nos recibe con una buena calidad percibida, un diseño moderno y un buen empaque tecnológico. El interior está también inspirado en el mundo marino: podemos ver sobre el salpicadero una especie de olas, los aireadores parecen la cola de una carpa, y los tiradores son idénticos a las aletas de un delfín. Puede gustarte más o menos, pero es original. Sin embargo, lo que más nos llama la atención es el esquema de doble pantalla, y en concreto, la pantalla de 12,8″ para el sistema de infotainment.
Esta pantalla está basada en Android con una skin de BYD, y es giratoria, pudiendo colocarse en posición horizontal o vertical. En vertical, con el asiento en la posición más baja, me impide ver una pequeña parte del parabrisas, por tanto, prefiero usarla en posición horizontal. Es excepcionalmente fluida y es compatible tanto con Apple CarPlay como Android Auto. Tiene muchas funciones, pero su funcionamiento tiene cierta curva de aprendizaje, y encontrar algunas funciones implican entrar en menús, menús y más submenús.
La instrumentación digital tiene solo 5 pulgadas y muestra información básica acerca del vehículo, como velocidad o autonomía. Hay pocos botones, y el selector del cambio es una curiosa ruleta situada bajo la pantalla. Sí echo de menos mandos físicos para la climatización, pero a veces pienso que esa queja es una «cruzada» perdida de los periodistas del motor. La ergonomía del puesto de conducción es muy correcta, pero lo que más me ha sorprendido es la calidad real del habitáculo. No hay crujidos y la solidez de todas las piezas es mayúscula.
En ese aspecto, me parece que está por delante del MG4 y Volkswagen ID.3. Todos los materiales empleados son plásticos duros, a excepción de la piel sintética de asientos y puertas, y el neopreno del salpicadero. Paso a las plazas traseras y encuentro otro de los puntos fuertes del Dolphin: su batalla de 2,7 metros permite que un adulto corpulento de 1,83 metros entre perfectamente en los asientos posteriores, con espacio de sobra en todas las cotas. El fondo del coche es plano, y contamos con dos puertos de carga, pero no aireadores o climatización.
El techo panorámico de la versión tope de gama también ayuda a que la sensación de espacio en el interior del coche sea notable. Sin embargo, al maletero sí tenemos que ponerle peros. Su volumen de 345 litros es simplemente correcto, y su boca de carga es alta y estrecha. Además, la boca de carga no está enrasada con el piso de carga en su altura inferior. Abatiendo los asientos, desde un tirador en su parte superior, se forma una superficie de carga plana, de 1.310 litros de volumen total.
Mecánica y baterías
Antes de ponernos al volante, tenemos que hablar de motores, baterías y recarga. El BYD Dolphin estará disponible con dos baterías. Estas dos baterías son de desarrollo propio y pertenecen a la familia Blade, cuyo nombre hace referencia a la organización de las celdas en conjuntos alargados y estrechos, similares a una cuchilla. Tienen capacidades brutas de 44,9 y 60,4 kWh. Su química es de ferrofosfato de litio, libres de cobalto. En general, las baterías LFP sacrifican algo de potencia de carga y densidad energética a cambio de un menor coste, más seguridad en caso de accidente y una mayor durabilidad.
BYD afirma que soportan sin problema hasta 5.000 ciclos de carga y descarga y pasan la prueba de la perforación sin incendiarse o recalentarse. Todos los motores eléctricos del BYD Dolphin accionan el eje delantero, y tienen potencias de 95 CV, 177 CV o 204 CV, estando el último reservado a la batería de mayor capacidad. Por el momento, solo conocemos los datos homlogados de la versión tope de gama, cuya autonomía WLTP es de 427 km, haciendo el 0 a 100 km/h en unos rápidos 7,0 segundos. De las versiones de acceso estimamos una autonomía WLTP de 300-350 km.
Si hay que poner un pero a este sistema de propulsión eléctrica es que su potencia máxima de carga es de 88 kW en corriente continua, inferior a la de sus rivales. Con todo, esto nos permite pasar del 30% al 80% de carga en 29 minutos.
Al volante del BYD Dolphin
La versión que vamos conduciendo tiene la batería de mayor tamaño, y el motor más potente. Hablamos de 204 CV al eje delantero y 427 km de autonomía WLTP. Es la versión tope de gama. Este Dolphin comparte con hermanos de gama la plataforma modular e-Platform 3.0 de BYD, de desarrollo propio. Esta plataforma está configurada con el clásico esquema tipo monopatín. Podría montar un segundo motor eléctrico en el eje trasero, o solo un motor trasero, pero ese no es el caso en el Dolphin. Al contrario que casi todos sus rivales, el motor acciona solo el eje delantero.
El tacto de conducción del BYD Dolphin es propio de un coche eléctrico orientado al confort. Su suspensión es más bien blanda, y a causa de ello, el coche puede flanear o inclinarse de forma notable si le buscamos las cosquillas a nivel dinámico. En el 99% de las situaciones diarias, dicho sea de paso, es mejor que el coche tenga un tacto confortable y mime al pasaje. Con todo, su suspensión sujeta bien su carrocería, quizá gracias a un peso inferior a los 1.700 kilos en orden de marcha – una cifra relativamente ligera para un coche eléctrico puro.
Nos ha gustado su comodidad, pero no es un coche que nos comunique qué sucede bajo sus ruedas. Es una experiencia de conducción filtrada. Otro punto a mejorar son los neumáticos: de serie monta unas gomas de marca Ling Long que resultan ruidosas, y no ofrecen el mejor agarre. Y es que hay que tener en cuenta que en la versión que hemos probado, estamos ante un coche de 204 CV, capaz de hacer el 0 a 100 km/h en solo 7,0 segundos. El coche se conduce de forma sencilla u cómoda, pero también he echado de menos una experiencia de conducción más personalizable.
Me explico, no tenemos levas para variar la regeneración de energía, y solo dos niveles de «freno motor», sin demasiada diferencia palpable entre ambos. Lo mismo ocurre con los modos de conducción, que afectan solo a la rapidez con la que responde el acelerador a nuestros comandos. Todos estos inputs, si en BYD nos están leyendo, supondrían mejoras perfectas para una posible versión más deportiva – o más picante – del BYD Dolphin, algo que el cliente europeo podría valorar muy positivamente.
Consumos del BYD Dolphin
Sacar conclusiones de consumos en una toma de contacto tan corta no es demasiado riguroso y no debemos extraer conclusiones precipitadas, pero queremos daros unas pinceladas de su gasto energético, a falta de una prueba de larga duración. El consumo combinado durante nuestros 160 km de toma de contacto ha sido de 17,1 kWh, una cifra muy correcta para su tamaño, prestaciones y aerodinámica. Es un consumo inferior al que obtuvimos en su momento con un Volkswagen ID.3 o un MG4. En un ámbito urbano el consumo puede reducirse aun más, mientras que en autovía y vías rápidas, hemos visto cifras en el entorno de los 18 o 19 kWh/100 km.
A este consumo contenido contribuye, entre otras cosas, que tengamos una bomba de calor de serie en todas las versiones del Dolphin, y una gestión energética muy cuidada de la batería Blade.
Conclusiones, precio y rivales
El BYD Dolphin, como ya ocurrió con el MG4, vuelve a demostrarnos que los fabricantes chinos están aquí para quedarse. El Dolphin es un producto bien hecho, eficiente y bien resuelto. Es un coche con pocos defectos y tiene un precio muy competitivo. Con un precio de partida de 29.990 € antes de ayudas, es más barato que cualquier rival eléctrico europeo, y solo el MG4, al que en mi opinión supera en calidad percibida, puede competir con él en precio. Es más, el Dolphin es más barato que muchos compactos tradicionales.
Ese es el quid de la cuestión, y una de las claves del desembarco masivo de las marcas chinas en Europa. No sólo tienen un producto de buen nivel, si no que los venden a precios a los que las marcas europeas ya no pueden, o mejor dicho, no quieren venderlos. A buen entendedor sobran palabras así que termino con el refranero español: «cuando veas las barbas de tu vecino pelar, pon las tuyas a remojar». Las primeras entregas tendrán lugar en septiembre/octubre de 2023. Por las unidades de batería pequeña habrá que esperar a principios de 2024.
La red de concesionarios y servicio de BYD en España llegará a 8 centros antes de que termine el año y se expandirá aún más en 2024. Todos los BYD Dolphin tienen 6 años de garantía o 150.000 km, mientras que la batería está garantizada hasta los 8 años o 200.000 km.
Fotos del BYD Dolphin