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Carlos Tavares y el augurio de una posible fragmentación de Stellantis entre Europa y Norte América

Carlos Tavares ocupó durante apenas cuatro años el cargo de CEO de Stellantis hasta que el pasado mes de diciembre se anunció su destitución al frente de uno de los principales grupos automovilísticos europeos. Han pasado por tanto más de 10 meses después de su salida de la compañía y ahora ha sido el momento en el que el empresario ha publicado un libro en el que hace repaso de algunos de los principales puntos de interés sobre el estado de la industria.

Con el nombre de “Un piloto en el corazón de la tormenta” (en francés; “Un pilote au coeur de la tempête”), Tavares desvela algunos detalles y reflexiones en su libro, destacando especialmente aquellas que teorizan sobre cuál puede ser el futuro de Stellantis, advirtiendo que “me preocupa que se rompa el equilibrio tripartito entre Italia, Francia y Estados Unidos”, apuntando a que las presiones de partes interesadas podrían derivar en una separación en caso de que la dirección del grupo no preste atención “de forma diaria” a que se mantenga la unidad entre la fusión que resultó en 2021 del acuerdo entre la italiana Fiat Chrysler y el grupo francés PSA.

Ese parece estar siendo el cometido del que ha sido su sucesor definitivo en el puesto de director ejecutivo de Stellantis, Antonio Filosa, el cual está enfrentándose al difícil clima geopolítico en materia arancelaria de los últimos meses, no únicamente con la Estados Unidos de Trump, sino también debido a la disputa entre Bruselas y Pekín por los automóviles eléctricos producidos en China que llegan al mercado europeo.

Es en este momento de incertidumbre cuando el propio Tavares pone en duda en su libro la continuidad de esa cohesión entre las operaciones en Europa y en América del Norte “Sin mí, no estoy seguro de que los intereses franceses que siempre tuve en el corazón —créanlo o no— estén tan bien defendidos”, dijo Tavares en el libro. “Un posible escenario, y hay muchos otros, podría ser que algún día un fabricante chino presente una oferta por el negocio europeo y que los estadounidenses retomen las operaciones en Norteamérica. Esto les permitirá reorientarse hacia su propio mercado, como lo ha hecho General Motors durante los últimos 10 años”.

Su sucesor en Stellantis pone el foco en la Unión Europea:

Aunque desde Stellantis han evitado hacer comentarios al respecto, Antonio Filosa sí que ha estado presente durante los últimos días en medios nacionales italianos para precisamente solicitar la urgencia de una revisión general por parte de la Unión Europea del plan para la eliminación progresiva de los motores de combustión interna: “Necesitamos que estas reglas reflejen la realidad del mercado y devuelvan a los clientes la libertad de elegir el coche que quieran, como sucede en Estados Unidos”, aseveró el actual consejero delegado del grupo.

Después de un primer intento de electrificación masiva que no parece haberse arraigado al ritmo que la industria había proyectado, Filosa cree que es el momento de abrir las miras y renovar el parque europeo, apostando por vehículos más modernos y menos contaminantes,: “Necesitamos adoptar el concepto de neutralidad tecnológica y renovar el parque automovilístico: en Europa hay 256 millones de vehículos en circulación, 150 millones de los cuales tienen más de 12 años y, por lo tanto, contaminan más que los vehículos modernos. Queremos un enfoque específico en los coches pequeños; necesitamos urgentemente modificar los objetivos para los vehículos comerciales, ya que son inalcanzables”. Se insiste por tanto en esa adopción del concepto Kei-Car (automóviles pequeños, ligeros y económicos) también para Europa del que en su momento habló el propio Jean-Philippe Imparato, ahora a cargo del futuro de Maserati.

En dichas entrevistas, Filosa aprovechó para reafirmar el compromiso de Stellantis con Italia y las plantas de producción que se encuentran en el país: “Para nosotros, Italia es el centro de nuestro proyecto estratégico, y lo estamos demostrando con acciones concretas. Nuestro compromiso con Italia consiste en invertir 2.000 millones de euros durante el primer año y adquirir 6.000 millones de euros en componentes y servicios de proveedores totalmente italianos […] No hay recortes de personal a la vista. Nuestro plan asigna a cada planta una misión de producción clara. Necesitamos una reforma regulatoria urgente en Europa”.

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Iván Fernández

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