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El coche "de Decathlon" tiene tamaño de Renault Clio pero llega a seis plazas con asientos como los del Citroën 2 CV

Sigue sin ser el Citroën 2 CV que tanto espera el público europeo después de ver cómo coches como el primer FIAT 500 del Siglo XXI, el Renault 5 o el MINI de BMW, han sido todo un pelotazo en el ámbito comercial, pero la firma francesa se va aproximando cada vez más al concepto esencial de su modelo más mítido, y lo ha demostrado con el Citroen ELO Concept.

Tal y como revela en cierto modo su nombre, se trata de una evolución de la idea del OLI conceptual que, tal y como destaca la propia marca, su concepción e idea es muy cercana a la de un monovolumen contemporáneo, reinterpretado para la era eléctrica y pensado para ofrecer un espacio útil descomunal en un tamaño propio de un Renault Clio. Y es que ahí está la gran clave del Citroën ELO: medir sólo 4,10 metros pero llegar hasta seis plazas reales gracias a una arquitectura completamente distinta y a unos asientos de Decathlon que recuperan, con intención declarada, el espíritu sencillo y funcional del Citroën 2 CV.

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Puntos clave del Citroën ELO Concept

  • Longitud de 4,10 metros y hasta seis plazas reales.
  • Partes claves desarrolladas con Decathlon
  • Arquitectura 100 % eléctrica con motor trasero y suelo completamente plano.
  • Diseño inspirado en el OLI, con superficies acristaladas amplias y carrocería naranja.


Dos socios clave han intervenido en el proyecto: Decathlon, cuya implicación va mucho más allá de un simple soporte técnico y que refuerza la idea de que, si algún día la empresa deportiva lanzase su propio coche, sería algo muy parecido a esto; un vehículo funcional, asequible, modular y pensado para el ocio activo. La marca ha aportado materiales Dropstitch para las camas y soluciones outdoor, y Goodyear, responsable de unos neumáticos inteligentes capaces de medir la presión en tiempo real mediante un sistema LED visible desde el exterior. Todo suma a la idea de que que un coche del Siglo XXI tiene que ser una herramienta para moverse, descansar, trabajar o simplemente disfrutar del día.

A partir del exterior, el ELO se presenta como un monovolumen compacto de líneas fluidas, pensado para maximizar el espacio útil sin perder ese toque desenfadado tan propio de Citroën. La carrocería, acabada en un tono naranja que varía en función de la luz, cuenta con grandes superficies acristaladas —hasta 4,5 m²— que aportan luminosidad y recuerdan en cierto modo a las soluciones de los primeros vehículos recreativos de la marca. Los cristales son planos o ligeramente curvados, una decisión heredada del concept OLI que permite abaratar fabricación y reducir peso, reforzando a la vez el carácter práctico del modelo.

Las ruedas situadas en los extremos de la carrocería permiten aprovechar cada centímetro en el interior, mientras que las puertas sin pilar central dejan un hueco de acceso de 1,92 metros, prácticamente como entrar en una pequeña sala móvil. La zaga adopta un portón de dos hojas asimétricas inspirado en vehículos comerciales, otra guiño a la tradición de Citroën. El paragolpes delantero y el trasero son idénticos y están fabricados en polipropileno expandido, una solución que se repite en los guardabarros, donde incluso se han creado zonas planas para apoyar objetos durante actividades al aire libre. Como remate, el techo incluye un módulo tipo “jirafa”, capaz de abrirse para transportar objetos largos o simplemente para mirar el cielo en un día despejado.

En el interior, el Citroën ELO desarrolla todo el peso conceptual que se le presupone y, de hecho, es donde más se nota esa sensación de estar ante el coche que Decathlon lanzaría si decidiera entrar en el sector del automóvil. La filosofía outdoor, el enfoque práctico, la modularidad extrema y el uso de materiales técnicos conectan directamente con el universo de la marca francesa de equipamiento deportivo.

El habitáculo del Citroën ELO desarrolla todo el peso de la idea que se le presupone: un espacio que la marca denomina como C‑Zen Lounge en el que prime la confortabilidad, la modularidad y la simplicidad constructiva. Aquí vuelve a aparecer el guiño al 2 CV, especialmente en los asientos, que adoptan un diseño tipo «tableta de chocolate» con módulos independientes y un aspecto desenfadado pero funcional. El puesto de conducción está situado en el centro, liberando espacio a ambos lados y ofreciendo una visibilidad panorámica muy superior a la habitual en coches de este tamaño. Este asiento central puede girar 360º, convirtiéndose en la pieza clave de las configuraciones WORK o PLAY.

Las seis plazas se logran mediante dos asientos plegados en la segunda fila y tres asientos traseros completamente extraíbles que pueden convertirse en sillones de exterior. Es una solución que recuerda a los mejores tiempos de los monovolúmenes europeos, pero actualizada desde la lógica eléctrica y con materiales resistentes y fáciles de limpiar. El suelo totalmente plano permite crear desde una zona de descanso —con dos camas plegables integradas— hasta un pequeño salón multimedia o una oficina móvil con bandeja de trabajo vinculada al asiento central.

Por último, la interfaz digital abandona el salpicadero tradicional y apuesta por una proyección sobre una banda transparente que recorre la base del parabrisas, evolución directa de la Smartband del OLI. El volante de un solo radio, con mandos tipo joystick, refuerza la simplicidad del conjunto y permite reducir componentes sin sacrificar ergonomía.

Al igual que sucediera con el Citroën OLI, para acabar, el LEO Concept no acabará convirtiéndose en un modelo de producción, o al menos de momento esa no es su idea, sino la de adelantar algunos conceptos y soluciones, así como parte del diseño, que sí que llegarán a tomar lugar en los futuros coches de calle de la marca. Mientras tanto, por contra, lo más parecido y lógico con base en la situación actual del mercado dentro de la marca, puede seguir siendo el Citroën C3 Aircross, un SUV de gran espacio interior disponible tanto en versión eléctrica como híbrida ligera o gasolina.

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Alejandro González

Alejandro empezó su carrera en periodismo del motor co-fundando su propio sitio web en 2015 y acabó desarrollándose profesionalmente en Híbridos y Eléctricos, donde ha ejercido como redactor y probador desde 2019 hasta su incorporación a Diariomotor a finales de 2024. Seguir leyendo...

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