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Ni un motor diésel, ni gasolina, esto es lo que podrías ver al abrir el capó de tu próximo coche

Llamadme nostálgico, o como dirían los castizos en España, abuelo cebolleta. Pero recuerdo con añoranza aquellos tiempos en los que, cuando alguien se compraba un coche nuevo, la presentación incluía abrir el capó para contemplar ese espléndido motor. Hoy, en el mejor de los casos, veríamos una enorme y abrillantada tapa de plástico. Y digo bien en el mejor de los casos. Porque en otros ni tan siquiera podremos abrir el capó o nos encontraremos con un bonito maletero.

No es un motor diésel, ni gasolina, es una pila de hidrógeno

En tu próximo coche podrías encontrarte con que, al abrir el capó, aparece exactamente lo que vemos en estas imágenes. No es un motor diésel, no es un motor gasolina, aunque por su apariencia y sus proporciones exteriores uno podría pensar que tras esa tapa de plástico, y por la apariencia de los conductos que lo circundan, bien podría tratarse de un motor de combustión interna. Insistimos, no lo es.

Se trata de una pila de hidrógeno o, para ser más rigurosos, una pila de combustible que funciona con hidrógeno. Ahora bien, ¿será esto lo que veamos bajo el capó en nuestro próximo coche?

Pronto abriremos el capó de nuestro coche nuevo y, en lugar de un motor diésel o gasolina, nos encontraremos con lo que se aprecia en este artículo, una pila de combustible

Hidrógeno en lugar de diésel o gasolina

Ya hemos hablado largo y tendido del hidrógeno y de cómo este podría utilizarse como sustituto de la gasolina, o el gasóleo, en motores que no serían muy diferentes de los gasolina y diésel que hasta ahora empleaban nuestros coches. Pero el empleo de hidrógeno como combustible no es sencillo y entraña numerosos problemas y, por ende, retos técnicos que han de resolverse, para hacerlo posible, y para hacerlo viable.

En el corto y el medio plazo – me mojo – no veo lo suficientemente claro que vayamos a ver en el mercado coches con motores de combustión interna quemando hidrógeno, al menos en aplicaciones a gran escala, sí tal vez en algún caso casi testimonial, anecdótico y, por ende, muy exclusivo.

La pila de combustible, que también emplea hidrógeno, por otro lado, ya está entre nosotros. Y aunque aún no haya despegado sí que es una solución que tiene visos de avanzar.

La combustión de hidrógeno presenta importantes retos que aún habrían de superarse para sustituir a la gasolina o el gasóleo, pero la pila de combustible sí podría ser una alternativa viable

Del diésel y la gasolina, a la pila de combustible

El vehículo eléctrico que está vendiéndose en estos momentos y que, poco a poco, va aumentando su presencia frente al dominio inexpugnable de la combustión interna (del diésel y la gasolina, a los híbridos), se basa en un principio muy sencillo, similar al de un destornillador o una taladradora sin cables, o un cochecito de juguete. Lo conectamos a un enchufe para recargar una batería, y esa batería proporciona energía a un motor eléctrico que gira para proporcionarle movimiento. Sin más.

Pero resulta que existe un vector energético – que nos permite almacenar energía, obteniéndola de diferentes fuentes, y a su vez transformarla con relativa sencillez – tan potente como el hidrógeno. El hidrógeno puede transformarse en electricidad, y suministrar esa electricidad a un motor eléctrico para que, en última instancia, proporcione movimiento a un coche. ¿Sencillo no?

Ese es precisamente el fin del «motor» que ilustra esta entrada, transformar hidrógeno en electricidad, y alimentar el motor de un coche eléctrico, pero también impulsar y accionar el sistema hidráulico de maquinaria de construcción, o incluso generar energía estacionaria, para aplicaciones desconectadas de la red o en situaciones de emergencia.

Presente y futuro de la pila de combustible

La pila de combustible está entre nosotros. Te puedes comprar un Toyota Mirai o un Hyundai Nexo, y el funcionamiento de ambos es tal y como hemos descrito sobre estas líneas. Pero hablamos de vehículos que cuestan más de 70.000 euros y la red de hidrogeneras, de estaciones en las que repostar hidrógeno, es muy reducida. Por lo tanto, aunque puedas, y dispongas de un presupuesto suficientemente holgado para hacerlo, generalmente no te recomendaríamos comprarlos.

Honda es otra de las marcas convencidas de que el hidrógeno, como pila de combustible, tiene futuro. Lo que vemos en estas imágenes es su último prototipo de pila de combustible. En 2024 venderá una versión de hidrógeno del Honda CR-V en Norteamérica y Japón. Por si no fuera poco, Honda ya lanzó en 2002 un coche de hidrógeno, el FCX, en una suerte de alquiler disponible en Estados Unidos y Japón. Más tarde, en 2008, lanzó el FCX Clarity, y en 2016 el Clarity Fuell Cell.

De momento, el eléctrico de baterías domina con autoridad. Pero en un futuro, en el que la economía del hidrógeno esté mucho más desarrollada, la pila de combustible podría ser una solución realista y extendida. Quizás no para todos los coches, pero sí para que exista una oferta nutrida de vehículos de pila de combustible y, sobre todo, para otras aplicaciones de transporte fuera del automóvil.

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