No se trata del coche que más ruido ha hecho en lo que va de año, pero una sólida actuación comercial está haciendo que se haya convertido, nada menos, que en el séptimo coche más vendido de 2025 en España. Al menos lo es así hasta el cierre del mes de octubre, en el que a pesar de su tamaño y su precio, con 17.022 unidades matriculadas, ha superado a modelos mucho más baratos y populares como el Peugeot 208, el 2008 o a un coche mucho más llamativo por precio de su categoría como el Nissan Qashqai.
Hablamos del Hyundai Tucson, un C-SUV de 4,51 metros de largo y un precio que parte de unos 34.500 euros sin descuentos ni promociones, y desde unos 29.000 con ellas, es, a nuestro modo de ver, un caso muy particular en España, pues sin ser precisamente barato ni compacto se ha colado en el top-10 de nuestro país, que está copado de coches pequeños y asequibles.
Hyundai Tucson
De hecho, la única versión del Tucson que destaca comercialmente entre los coches de su tipo es la híbrida enchufable, el octavo coche más vendido en España con este tipo de motor, que además, precisamente, es la que tiene un precio de salida más alto entre todas sus variantes en España. De entre el resto ninguna consigue entrar entre las diez primeras posiciones de su respectiva categoría de motorización, pero entre todas lo hacen lo suficientemente bien como para convertir al C-SUV de Hyundai, estrechamente emparentado con el KIA Sportage, en el séptimo coche más vendido en lo que va de año en España.
Sin duda ninguna, las versiones que más empujan al Tucson en el apartado comercial, aunque no lleguen siquiera al top-10 de esta tecnología, son las híbridas. Y es que el coreano está disponible tanto en formato híbrido convencional, como híbrido ligero así como también híbrido ligero con motor diésel (la que un servidor compraría), mientras que las versiones de precio más bajo, sin ningún tipo electrificación, se tienen que conformar con la etiqueta C.
Además de esta amplia oferta mecánica, se han de sumar dos aspectos más que ayudan enormemente al Tucson a estar en la posición que ocupa a día de hoy, dejando a un lado su diseño, que evidentemente representa también una gran baza: está bien proporcionado y sin caer en estridencias, tiene personalidad propia, además de tener la buscada silueta y proporciones de todocamino que tanto se busca a día de hoy.
Por un lado está el hecho de que pertenece a una saga consagrada que ha funcionado en todas las generaciones que se han vendido en Europa y en todas ellas siempre ha dado buen resultado, mientras que por el otro, no deja de ser un SUV de 4,5 metros de largo que ofrece entre 620 litros de maletero en sus versiones de mayor volumen de carga, tan capaz como los mejores coches familiares del mercado.
Todo esto da lugar a un conjunto que, sin ser el mejor en nada tampoco flaquea en ningún aspecto (excepto que no es un coche precisamente barato), promete cumplir con todo de manera eficiente y sin complicar la vida a su usuario. Además, en su renovación de media vida ha arreglado el que podía ser su mayor inconveniente en comparación con los últimos rivales lanzados al mercado: su diseño interior. Ahora, con una zona delantera de apariencia tecnológica y con una calidad de construcción y materiales dentro de la media, está a la orden del día.
Acabando, dado que tiene una amplia variedad mecánica, será difícil que ninguna de sus variantes se adapte a ninguna necesidad. La versión de gasolina para los que no quieren saber nada de etiquetas, el híbrido ligero de gasolina para los que van a hacer pocos kilómetros al año, la híbrida ligera diésel para los que más kilómetros van a cubrir, la híbrida convencional para los que quieren un coche potente pero de consumos contenidos y la híbrida enchufable para quienes quieren moverse en el día a día en modo eléctrico sin complicase la vida en viajes largos.







