Cuando decimos que Toyota puede ser el fabricante más atípico de todos cuantos actúan dentro de la industria del automóvil, es con motivos. Conocida en Europa y Asia por sus eficientes coches híbridos, la realidad es que la capacidad de adaptación del fabricante japonés a cualquier mercado y circunstancia hace que podemos encontrar cualquier tipo de coche portando su logo en el frontal, y el modelo en el queremos centrarnos con estas líneas es el más claro ejemplo de ello.
Se trata de un coche que evidencia las diferencias entre dos mercados como son el europeo y el estadounidense: en el primero nos encontramos librando una batalla contra nosotros mismos para tener una industria más limpia (sin grandes resultados de momento) y en el segundo, aunque abiertos a todo, siguen a su bola, como demuestra la mera presencia de la Toyota Tacoma TRD Pro en la oferta de los japoneses.
Imágenes de la Toyota Tacoma TRD Pro






Bien es sabido del gusto por los americanos por los coches de tipo pick-up, ya sea para fines lúdicos o profesionales, de ahí que la Ford F-150 haya sido prácticamente indestronable durante años de la primera posición del ranking de ventas, pero esto no significa que el resto de modelos no se vendan, algo que acredita la variedad en la oferta de este tipo de coches.
Dentro de todo ello, la Tacoma TRD Pro, siendo la versión más radical y deportiva de la Tacoma, sigue la línea marcada por los modelos Raptor de Ford, teniendo como principal rival a la Ford Ranger Raptor, un modelo que sí que se comercializa en España, por lo que, ¿acaso no sería genial tener aquí un rival directo, por primera vez, para la americana? La realidad es que es prácticamente imposible, pero soñar es gratis, dicen…
Sea como fuere, el planteamiento técnico de la Tacoma TRD Pro es un verdadero despropósito. Lanzada a finales de 2024, está desarrollada sobre la misma plataforma TNGA-F que da vida a la Tundra y la Sequoia, esta pick-up representa la visión más radical que Toyota ha creado para uso todoterreno de alta velocidad. El chasis de largueros y travesaños está completamente reforzado con un bastidor de acero cerrado y soldaduras láser, mientras que para aligerar el conjunto se ha recurrido al uso de aluminio en las partes superiores de la carrocería. Todo ello con un único objetivo: permitir que esta pick-up no solo sobreviva al castigo del off-road extremo, sino que lo disfrute.
La gama mecánica de la Tacoma arranca con un bloque de 2.4 litros turbo de cuatro cilindros que, según la versión, entrega 228 CV (SR básica) o 278 CV y 430 Nm cuando va asociado al cambio automático de ocho relaciones. Como alternativa, se ofrece una caja manual de seis marchas (iMT2) con asistencia anti-calado y función de doble embrague automático, que rinde 270 CV y 420 Nm.
No obstante, si alguna mecánica tiene la remota posibilidad de llegar a nuestro mercado, es la i-FORCE MAX, Esta configuración híbrida asocia un motor térmico a un eléctrico integrado en la transmisión, con batería NiMH de 1,87 kWh, alcanzando los 326 CV y 630 Nm de par. Es la más potente jamás ofrecida en una Tacoma y está reservada a los acabados TRD Pro, aunque también puede montarse en TRD Sport, TRD Off-Road y Limited.
Uno de los grandes saltos técnicos de esta nueva generación está en la suspensión trasera hidráulica, que sustituye a las ballestas en la mayoría de versiones. Estas se mantienen únicamente en los acabados SR, SR5 XtraCab y TRD PreRunner, orientados a tareas más utilitarias. Este es, precisamente, el punto que hace que se desmarque del Toyota 4Runner, su versión SUV de habitáculo estanco, y es posible integrarla debajo del cajón de carga de la Tacoma debido al mayor espacio que deja.
Cada versión ha sido calibrada con un enfoque distinto: amortiguadores deportivos rojos para el TRD Sport; Bilstein monotubo con depósitos remotos en TRD Off-Road; sistema FOX QS3 ajustable con topes IFP en TRD Pro; y suspensión adaptativa AVS en Limited. Además, la desconexión electrónica de la barra estabilizadora delantera mejora en un 10 % la articulación del eje frontal. En la TRD Pro, esto se traduce en casi 29 cm de altura libre al suelo y unos ángulos de entrada, ventral y salida de 33,8º, 23,5º y 25,7º, respectivamente.
La TRD Pro está pensada para quienes buscan correr de verdad fuera del asfalto. Aumenta la altura de la suspensión para llegar hasta unos respetables 24 centímetros en su punto más bajo, pero puede subir 5 cm delante y 3,8 detrás, además, se ensanchan las vías en 7,6 cm y calza neumáticos Goodyear Territory R/T de 33 pulgadas sobre llantas TRD. El escape doble y la admisión TRD mejoran ponen una nota más pasional, mientras que una placa protectora frontal de aluminio y un paragolpes trasero metálico ARB con ganchos de rescate refuerzan la resistencia y acentúan la imagen agresiva. Pero quizá lo más llamativo sea el IsoDynamic Performance Seat, un asiento con amortiguación vertical y lateral diseñado para mantener estable al conductor en conducción agresiva, del que ya hemos hablado con anterioridad en Diariomotor.
Pese a su enfoque rudo, la Tacoma no renuncia a la tecnología. Las pantallas de 8 o 14 pulgadas se complementan con un cuadro digital de hasta 12,3 pulgadas, sistema multimedia con conectividad inalámbrica, puertos USB-C, cargador Qi mejorado y un sistema de sonido JBL con altavoz portátil integrado. También incluye cámara 360º, asistentes de remolque, retrovisor digital y tomas de corriente (hasta 2400 W en i-FORCE MAX).
La oferta se estructura en dos carrocerías (Double Cab y XtraCab), dos longitudes de caja (1,52 o 1,83 m) y ocho niveles de acabado. Desde la TRD Sport de estética más deportiva hasta la robusta TRD PreRunner, cada versión tiene un público bien definido. La capacidad de remolque alcanza los 2.948 kg y la carga útil llega a 775 kg, lo que demuestra que, pese a su orientación lúdica, sigue siendo una herramienta eficaz.
Por todo esto, cuesta imaginar una Tacoma TRD Pro circulando por las carreteras españolas. No solo por dimensiones o consumo, sino porque su planteamiento choca frontalmente con las prioridades regulatorias de la Unión Europea. Quién sabe, tal vez algún día esta filosofía encuentre una interpretación más adaptada a nuestros gustos y normativas, ya que con las mecánicas híbridas enchufables empezando a ganar terreno, se antoja una fórmula mecánica perfecta para coches de este tipo. Mientras tanto, no queda más remedio que admirarla desde lejos…
Imágenes de la Toyota Tacoma TRD Pro





