Después de las conversaciones que parecían llevar a una fusión prácticamente segura entre Nissan y Honda, ya hay muy pocos proyectos conjuntos que nos puedan llamar la atención. Hemos visto durante los últimos años a Toyota y a BMW trabajar juntos en una faceta deportiva para ambos fabricantes, e incluso hemos visto cómo se planteaba la opción de que Lotus y Alpine desarrollaran una plataforma de forma conjunta. “Cosas veredes, Sancho, que no crederes”.
Y es que incluso después del fracaso en la fusión entre Nissan y Honda, algunas voces destacadas pertenecientes a las compañías han dejado abierta la posibilidad a que pueda haber una colaboración entre ambos fabricantes para algo tan importante como sería crear la plataforma que utilizarán el próximo Nissan GT-R y el Acura/Honda NSX, los dos grandes estandartes de la deportividad dentro de las dos firmas niponas.

Nissan GT-R
Concretamente fue el vicepresidente sénior y director de planificación de Nissan Norteamérica, Ponz Pandikuthira, el que durante el Salón del Automóvil de Nueva York, en una entrevista con el medio The Drive, deslizara la posibilidad de que se produjera un proyecto común de esta magnitud en torno a lo que aparentemente son dos filosofías de deportivo japonés claramente diferenciadas, con un NSX que siempre presumió de ligereza y de gran precisión incluso en su última iteración híbrida, mientras que el GT-R destacó por su músculo y tracción total que lo llevaron también a ser una de las generaciones más queridas en el largo legado de ‘Godzilla’.
Según Pandikuthira, un movimiento así se podría llevar a cabo siempre y cuando ambos modelos pudieran asegurarse de mantener su propia identidad claramente diferenciada: “¿Podemos crear un NSX y un GT-R de próxima generación a partir de la misma plataforma? ¿ Se puede lograr que el NSX sea fiel a lo que representa y que el GT-R sea fiel a lo que representa? ¿Entonces no son clones? ¿Se pueden desarrollar conjuntamente dos autos así? Creo que sí”. Difícilmente veríamos a Nissan y Honda repitiendo un movimiento como el llevado a cabo por Subaru, Toyota y Scion, porque básicamente, los incondicionales del GT-R y del NSX verían como un sacrilegio el que cualquiera de los dos renunciara a su ADN.
Evidentemente todavía está muy reciente el fracaso de las negociaciones sobre la fusión entre ambas compañías, así como la llegada del nuevo director ejecutivo de Nissan, el mexicano Iván Espinosa, como para poner sobre la mesa esa opción, sin embargo, tras la confirmación de la ruptura de las negociaciones, ambos fabricantes, al igual que Mitsubishi, se mostraron predispuestos a estudiar nuevas formas de colaboración entre ellos. Pensar en el desarrollo común de una plataforma que sirva como base para los deportivos más icónicos de ambas marcas… quizás sea un escenario menos plausible que el de desarrollar arquitecturas para eléctricos urbanos de forma conjunta.