Cuando se trata de coches que marcan tendencia, lo cierto es que normalmente estamos ante modelos que por el peso que tienen en el mercado se pueden permitir comercializarse a un precio más alto que sus rivales más directos: rara vez es aquella en la que representa una opción económica entre los turismos de su tipo.
Hoy, sin embargo, toca hablar de uno que siendo la vara de medir de su categoría, la C-SUV no sólo representa una opción que en sus variantes más económicas es tan asequible como las alternativas chinas, sino que incluso con su tren de propulsión más sofisticado, es mucho más barato que los coches de similar tecnología procedentes de marcas tradicioanles. Hablammos, de nuevo, del Nissan Qashqai e-Power.
Nissan Qashqai
Y es tras esta toma de contacto con el Qashqai antes del parón veraniego que quedé plenamente convencido de que, si tuviera que elegir un SUV nuevo a día de hoy con tecnología de propulsión híbrida convencional, sería este por encima del resto de modelos, sin querer desmerecerlos, que son mucho y muy buenos. El Qashqai en sí es el modelo que trajo desde Estados Unidos a Europa la moda crossover y desde entonces ha definido de manera canónica lo que un C-SUV debe ser. Estos últimos años las alternativas ha proliferado de manera abrupta, haciendo que el nipón casi llegue a pasar desapercibido. Sin embargo tras probarlo podemos decir que no considerar su compra es un error.
Tanto en su variante híbrida ligera como full hybrid estamos ante un coche cuya relación entre tamaño, espacio interior, capacidad de carga y precio sólo la pueden igualar los chinos, con la salvedad de que estos últimos, tal vez, siempre van a estar un punto por encima en cuanto a dotación de serie. Tomando como ejemplo al recién estrenado MG HS Hybrid+, tan sólo existe una diferencia de precio entre el Qashqai e-Power y el chino de 1.210 euros, cuando en términos de tecnología de propulsión el japonés está muy por encima.
Esto es porque su sistema híbrido, que funciona de manera paralela (el motor de gasolina sólo actúa como generador), es a día de hoy el que mayor refinamiento de uso tiene y el que más agradable resulta de usar. También, dado que es su motor eléctrico el que entrega la potencia, es de los que más acelera cuando se le exige al acelerador. Sólo recuerdo una respuesta similar en el E-Tech del Renault Austral.
Aquí hemos de puntualizar un aspecto que no es baladí y al que nadie da importancia cuando se trata de valorar un coche: el Nissan Qashqai es un producto que ha nacido en el seno europeo de Nissan y toda su parte técnica ha nacido en el Nissan Technical Center de Barcelona. Podemos decir, por tanto, que aunque se trate de un coche japonés de corte global, el Qashqai tiene ADN español y que los menos de 5 litros de consumo que puede llegar a lograr en circunstancias de uso real, un dato encomiable para un SUV de este tamaño, son en gran medida gracias al trabajo de los ingenieros españoles de Nissan.
Mecánicamente, por tanto, es un coche particular: no funciona como el resto de híbridos. Tiene maneras de coche eléctrico porque es el motor eléctrico el que mueve las ruedas. Gracias a esto, sus 190 CV cunden como los de un eléctrico, dejando el 0 a 100 en 7,6 segundos y homologando sólo 4,5 litros de consumo cada 100 km.
Luego está el apartado dinámico, donde el Qashqai tiene identidad propia. Bien es cierto que no pude llegar a probar la primera generación, pero sí pude hacer lo propio con la segunda, así como la tercera tanto en esta última mejora como en la anterior, y se trata de un SUV que dentro de que es un coche con cierta altura y maneras de SUV, en marcha se mueve casi como un compacto, a no ser que apretemos el conjunto hasta sacarlo de la zona de confort.
Tal vez la única objeción que podemos ponerle está, en esta versión híbrida e-Power, está en su capacidad de carga, pues su maletero anuncia 479 litros, cuando la mayoría de sus rivales se sitúan por encima de los 500 e incluso algunos llegan a superar los 600 litros. No obstante, se trata de un maletero que podrá lidiar sin mayores problemas con la vida diaria de una familia de cuatro miembros, incluso si se ha de transportar bultos grandes de manera recurrente, como el carrito de un bebé.
Con todo esto y por los 33.700 euros que cuesta el Qashqai Acenta en su versión mecánica e-Power, al que escribe estas líneas le parece que en estos momentos el japonés es la mejor opción de su segmento. De hecho, se trata del noveno coche más vendido en lo que va de año si se suman las ventas tanto de la versión híbrida ligera como la e-Power, que llegan hasta las 14.700 situándose muy cerca del Hyundai Tucson, octavo más vendido del año en Europa, curiosamente, con 15.483 unidades.








