Porsche sigue adelante con sus planes de electrificación y el último modelo que acoge un motor eléctrico es el Porsche Cayenne. A través de una configuración híbrida enchufable de 462 CV el Porsche Cayenne E-Hybrid se convierte en la respuesta de Porsche a los grandes SUV diésel del mercado, siendo además toda una declaración de intenciones sobre el futuro del diésel en la marca tal y como ya ha demostrado el rotundo éxito del Porsche Panamera híbrido en el mercado.
Aunque Porsche siga hablando de que el motor diésel tarde o temprano podría volver a su gama, la realidad es que la apuesta por los motores híbridos enchufables es el verdadero futuro de la marca, viéndose además seriamente respaldado por el mercado como demuestra el Panamera. De este modo el Porsche Cayenne E-Hybrid llega al mercado con una idea muy clara, que no es otra que convertirse en la motorización preferida de los clientes a través de un posicionamiento clave por encima de los Cayenne y Cayenne S en prestaciones y con un precio de 93.390 euros que lo ubica a medio camino entre ambos.
A nivel técnico este Cayenne E-Hybrid se presenta con un propulsor 3.0 V6 Twin-Turbo de 340 CV, un motor eléctrico de 136 CV alimentado por baterías de iones de litio de 14,1 kWh, una caja de cambios automática por convertidor de par con 8 relaciones y un sistema de tracción total a las 4 ruedas con reparto inteligente. El resultado de este combinado es una potencia máxima de 462 CV y 700 Nm de par. En prestaciones esto se traduce en una aceleración de 0 a 100 Km/h en 5 segundos y una velocidad máxima de 253 Km/h. Pero además, dada su condición híbrida enchufable, nos encontramos con un modo eléctrico capaz de funcionar hasta los 135 Km/h, una autonomía NEDC de hasta 44 kilómetros por carga completa y un consumo mixto NEDC de 3,2 l/100 Km.
Pero esta versión híbrida no deja de ser un Cayenne, por lo que encontramos una clara apuesta por alcanzar una dinámica muy elaborada pese al importante aumento de peso de 310 Kg que lleva el conjunto hasta casi los 2.300 Kg. No cabe la menor duda de que el aumento de peso es de envergadura si partimos del Cayenne de 340 CV, pero gracias al uso de la nueva suspensión neumática, junto a las estabilizadoras activas y la posibilidad de incluir el tren trasero direccional, el Cayenne E-Hybrid firma un comportamiento muy Porsche, una conducción de tintes claramente deportivos que sorprende camuflando con gran acierto el peso e inercias del modelo, llegando incluso a conseguir un buen nivel de agilidad en curva. Tampoco podemos pasar por alto que la puesta a punto del sistema híbrido no es la habitual, no sólo se prima la eficiencia, por lo que también sorprende la notable respuesta de su sistema híbrido o el sonido que emana de su V6 cuando decidimos hundir el pedal del acelerador. En esta versión híbrida encontramos de serie el escape deportivo y el paquete Sport Chrono.
Aunque suene a pecado también hemos conducido este Porsche en modo 100% eléctrico, o lo que es lo mismo, en absoluto silencio. El motor eléctrico es todo un aliado para maniobras, el uso en ciudad o las carreteras secundarias, convirtiéndose en principal protagonista sin que ello signifique perder en deportividad. Todo lo contrario me atrevo a decir gracias a su inmediata respuesta y contundencia. Pese a contar con los modos Sport y Sport+ donde el Cayenne E-Hybrid tensa sus músculos, la gestión realizada por el modo Hybrid Auto da para disfrutar de forma holgada de sus 462 CV sin disparar los consumos, permitiendo jugar con los 20 segundos de potencia máxima que regala el botón Boost Response cuando queremos firmar un adelanto de infarto.
De puertas hacia dentro esta versión híbrida enchufable apenas difiere del resto de la gama Cayenne, algo que también sucede en su exterior salvando los detalles en color verde ácido o su toma de corriente en el pilar “c”. De este modo, sentado a lomos del Cayenne más eficiente lo que más destaca es un muy alto nivel de calidad, ajuste, aislamiento acústico y equipamiento, siendo novedad desde esta versión la inclusión por primera vez en Porsche de un sistema Head Up Display, los asientos con función de masaje o las llantas de 22”.
En definitiva, el Porsche Cayenne E-Hybrid firma una receta que nos suena y mucho a la ya vista en el Panamera, una variante híbrida enchufable que aspira a convertirse en el Cayenne más vendido gracias a unos muy sólidos argumentos que lo convierten en la peor pesadilla de los grandes SUV diésel del mercado.