Aunque el coche eléctrico no acaba de despegar en España, en este 2025 va camino de doblar las cifras del año pasado en cuanto a volumen total gracias a la llegada de coches que convencen tanto por precio como por diseño, como es el caso de los KIA EV3, BYD Dolphin Surf o, el coche en el que nos queremos centrar con estas líneas, el Renault 5.
El pequeño y llamativo utilitario francés ha conseguido establecerse como el cuarto coche eléctrico más vendido del año en lo que va de 2025. Sin duda ninguna, el principal motivo tras la compra del R5 no es que sea eléctrico o que la gente ponga en valor sus prestaciones, sino su diseño, lo que nos lleva a pensar qué hubiera sido de él si hubiera llegado al mercado bajo la forma de un coche híbrido o, incluso, con un sencillo motor de gasolina bajo su capó. Una idea con la que soñamos y sobre la que Renault se ha pronunciado estos últimos días.
Renault 5
Y es que, una de las mayores noticias de estas últimas semanas está en que los franceses se encuentran trabajando en una evolución de los Megane y Scenic, actualmente coches eléctricos puros, para que en sus respectivas actualizaciones puedan ser comercializados también como híbridos enchufables o eléctricos de autonomía extendida, lo que ha hecho que todas las miradas se pongan sobre el Renault 5 y la posibilidad de que esta idea acabe extendiéndose, no sólo a él, sino también a los Renault 4 y Twingo.
Sobre ello se ha pronunciado Vittorio d’Arienzo, quien en unas palabras intercambiadas con la revista británica Auto Express, directamente ha declarado que se trata de algo que «para nada» es viable, desafortunadamente, aunque bajo nuestro modo de ver esto no significa que esto sea imposible.
El directivo, que es el responsable de la rama de coches eléctricos dentro de Renault, dijo: «Cuando tomas una decisión como la que tomamos nosotros, que es muy atrevida, la de dar a los diseñadores total libertad sobre la plataforma, lo que acabas teniendo coches con un voladizo delantero y paso de rueda muy cortos, con unas ruedas grandes para lograr una buena anchura de vías y un buen espacio interior». Seguía diciendo: «Imagínate lo que sería meter en esos coches incluso un motor bicilíndrico muy malo, como el que BMW sacó de una motocicleta, donde lo metieron en el maletero con el escape, la refrigeración y el depósito. Destrozarías el coche. No funciona».
Así de tajante se mostraba d’Arienzo sobre esta posibilidad, pero lo cierto es que no se trata del primer coche que se lanza al mercado únicamente como eléctrico y acaba teniendo una variante con motor de gasolina a la venta un tiempo después. Ha pasado por partida doble dentro de Stellantis. Primero con el Dodge Charger, que fue un estrepitoso fracaso en Estados Unidos, ante lo que ha surgido como solución dotarlo de un V6 bajo su capó en lugar de un V8 ya que, por diseño, no era posible encajar el segundo tipo de motor, pues estaba pensado únicamente como eléctrico.
El segundo caso, y el que más de cerca nos toca en Europa, es el del FIAT 500, cuya versión eléctrica no tiene una repercusión comercial suficiente para mantener con vida la fábrica de Mirafiori en Italia, donde se produce el urbanita italiano, ante lo que han tenido que improvisar y adaptar el 500 a las necesidades de un motor como el que impulsa al FIAT Panda Classic Hybrid.
Con lo anterior, no estamos afirmando que el R5 acabará llevando un motor térmico bajo su capó, sino que en realidad no se trata de algo tan imposible como apuntan desde Renault. Sin duda sería difícil dotarlo de todo lo necesario para convertirlo en un coche híbrido o térmico, pero estaríamos, probablemente, ante todo un éxito de ventas en Europa, y con los reemplazos de Scenic y Megane contando con esta posibilidad, no pensar en un R5 híbrido o de gasolina es algo que nos hace muy difícil.







