Hace unos años comenzó una guerra de potencia en el segmento de los muscle car, una guerra de potencia que Dodge zanjó por lo sano con sus Challenger SRT Hellcat. Estos enormes deportivos superan los 800 CV en sus versiones Redeye, y son tan sutiles y refinados como un bazooka. El Chevrolet Camaro más potente es a día de hoy el espectacular ZL1, mucho más enfocado a los circuitos y las curvas que el Dodge. Ford llevaba años sin entrar al trapo, pero con motivo del NAIAS de Detroit nos presentan el Ford Mustang más potente y radical de la historia. Un misil de precisión de más de 700 CV conocido como Shelby Mustang GT500.
El desarrollo del Shelby Mustang GT500 no ha sido precisamente discreto. Desde hace meses ya intuíamos el aspecto final que el coche iba a tener, gracias al constante goteo de filtraciones. El producto final es más impresionante si cabe, con una agresividad y un descaro que nunca habíamos visto en el pony car. El Shelby Mustang GT350R es discreto y sosegado a su lado. El frontal está presidido por una calandra de enormes dimensiones – en cuyo centro está una cobra, no un caballo – trufado de entradas de aire que su motor 5.2 V8 sobrealimentado por compresor necesita para respirar y refrigerarse – su capacidad de refrigeración es un 50% superior a la de un Shelby GT350.
La gigantesca rejilla del capó también es completamente funcional, como lo son los apéndices aerodinámicos de la carrocería del Shelby Mustang GT500. Apéndices como el splitter frontal, las taloneras, el difusor trasero o el gigantesco alerón que corona la zaga del icónico deportivo. Este Shelby Mustang GT500 necesita todos estos elementos para poder controlar la tremenda potencia que genera su motor. Es el mismo 5.2 V8 de cigüeñal flat-plane de los Shelby Mustang GT350, pero sobrealimentado por un enorme compresor Eaton de 2,65 litros y construido a mano en la Romeo Engine Plant de Detroit.
Este propulsor es el V8 de producción más potente de la historia de Ford, desarrollando la increíble cifra de… más de 700 CV. Ford no ha confirmado su potencia definitiva, pero varias fuentes coinciden en que será de unos 750 CV. El anterior Shelby Mustang GT500 tenía unos 100 CV menos, y en su momento era uno de los coches más rabiosos e incontrolables a la venta. Era un potro desbocado. El nuevo Shelby Mustang GT500 es aún más radical, pero su potencia está mejor controlada. Para empezar, uno de los principales cambios de este nuevo GT500 es su nueva caja de cambios.
Un cambio de filosofía histórico para Ford: abandonará el cambio manual y sólo se venderá asociado a un nuevo cambio de doble embrague y siete relaciones, desarrollado por el especialista Tremec. Esta caja de cambios es capaz de cambiar de marchas en menos de 100 milisegundos y ha sido diseñada para soportar el torrente de par motor del motor V8 sobrealimentado del GT500. Aunque los puristas echarán de menos el tercer pedal, con semejante nivel de potencia, el trabajo se puede acumular fácilmente en una conducción deportiva. Es compatible con el sistema Line Lock – asistente de burnouts – y dispone de Launch Control, obviamente.
Aunque Ford no ha ofrecido los datos definitivos de potencia y prestaciones, afirman que hará el 0 a 96 km/h en unos 3,5 segundos, bajando de los 11 segundos en el cuarto de milla. Sí, es un coche extremadamente rápido, pero también lo será en las zonas reviradas. Ford lo ha puesto a punto con el objetivo de ser fulgurante en circuito, gracias en parte a una suspensión adaptativa MagneRide – una suspensión magnetoreológica que ya hemos podido probar en los nuevos Ford Mustang GT. El chasis ha sido reforzado de forma considerable, con nuevos brazos de suspensión y manguetas, diseñadas para soportar un uso exigente.
Sus neumáticos Michelin Pilot Sport 4S – opcionalmente también se puede encargar con unos Pilot Sport Cup 2 – han sido desarrollados especialmente para el Shelby Mustang GT500, y de la mano de un avanzado selector de modos de conducción, tratarán de evitar los desmanes de la zaga. Desmanes que serán tan inevitables como divertidos en los modos de conducción más deportivos, claro está. Incluso dispone de un modo para Drag Racing, algo que debería poner nerviosos a los Hellcat. Por fortuna, en todas estas situaciones el conductor estará firmemente sentado en unos semibaquet deportivos firmados por Recaro – son un extra muy recomendable, dicho sea de paso.
El coche se pondrá a la venta a lo largo del año como MY2020 y estará disponible en tres colores: Red Hot, Twister Orange y Iconic Silver. Por supuesto, en todos ellos las posibilidades de personalización incluyen las clásicas bandas longitudinales. Y no, no está prevista su comercialización en Europa, mal que nos pese. Aún así, espero con ansia las primeras reviews de este impresionante deportivo, cuya dinámica promete emociones muy fuertes. Cuando conozcamos las cifras definitivas de potencia y par motor, os las haremos saber. Por el momento, deleitaos con una gran selección de fotos en alta resolución.
Ford Mustang 
