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La tecnología Ford Blue Cruise es la primera que permite conducir sin tocar el volante en España. Se trata de un control de crucero adaptativo «avanzado» que controla la velocidad en función del tráfico circundante, centra el coche en el carril, aplica los límites de velocidad, puede llegar a detener y arrancar el coche en un atasco… pero a todo esto le añade la posibilidad de conducir sin tocar el volante en ningún momento.

Sigue siendo un nivel de conducción autónoma 2 porque, en realidad, el conductor nunca cede el control total al coche. Hasta ahora teníamos que «demostrar» que había un ser humano conduciendo en base a tocar el volante, lo que hace Ford es remplazar ese control por otro: el de los ojos del conductor, que no se pueden apartar de la carretera más de 5 segundos.

Hemos podido probarlo conduciendo durante tres horas por autopista con tráfico denso y la primera sensación es que nos transforma de conductores a espectadores de la conducción. En vez de conducir, nos dedicamos a ver cómo conduce.

El sistema está disponible con carácter inmediato en todos los Ford Mustang Mach-E a la venta desde octubre de 2023 y entendemos que se irá implantando gradualmente en otros modelos de la marca.

¿Cómo funciona el Blue Cruise de Ford?

En realidad, lo único nuevo que aporta este sistema es el modo de vigilancia que ejerce sobre el conductor, para comprobar que permanece atento a la carretera. A través de una cámara de infrarrojos, capaz de detectar la dirección de nuestra mirada incluso con gafas de sol polarizadas, el Ford Blue Cruise verifica que no estamos más de 5 segundos sin prestar atención a la carretera.

Todo lo demás que hace posible su funcionamiento son sistemas ya conocidos de detección del tráfico precedente, las líneas de la carretera, las señales de tráfico, etc. algo que ya hacen multitud de coches en el mercado.

La razón por la que el sistema tiene que monitorizar nuestra atención es porque lo contrario sí sería ilegal en España. Por esa misma razón este sistema representa un nivel de conducción autónoma 2. Si permitiese dejar de atender, estaríamos hablando de un nivel de autonomía 3.

El sistema está abalado por los más de 160 millones de kilómetros que ha recorrido sin incidentes en Estados Unidos y Canadá, donde está a la venta hace meses. También funciona en Alemania y Reino Unido.

Limitaciones del Ford Blue Cruise

La primera limitación del Ford Blue Cruise es que, en el momento de su lanzamiento, sólo está disponible en el Ford Mustang Mach-E, un SUV 100% eléctrico que supera los 50.000 € de precio. Por si esta barrera fuera poca, los usuarios tendrán que abonar una cuota de 24,99 € por cada mes que quieran disfrutar de las prestaciones del Blue Cruise. Se pueden comprar meses sueltos, por ejemplo, para irnos de vacaciones en verano con esta tecnología.

Suponiendo que superemos la barrera económica, el sistema a su vez tiene ciertas limitaciones en su utilización. Lo cierto es que cuando las cosas son «fáciles» puede recorrer muchísimos kilómetros sin solicitar intervención del conductor, pero en cuanto las cosas se complican sí que necesita nuestra ayuda: curvas cerradas, zonas de obras o conos en la carretera requieren que el humano retome el control.

La transición entre el modo sin manos y el modo de control de crucero adaptativo normal es muy sencilla: si necesita que cojamos el volante, el sistema emite un sonido y enciende un aviso en el cuadro, cada vez más molesto, hasta que detecta que hemos cogido el volante y retomamos el control.

Si decides no hacerle caso (o te ha pasado algo que te impide agarrar el volante) el coche reduciría la velocidad hasta los 10 km/h, entendiendo que el conductor no es capaz de retomar el control. Esto último no lo hemos probado porque sería un peligro hacerlo en carretera abierta con el tráfico que había en el momento de la prueba, pero se supone que es lo que pasaría.

El sistema puede funcionar únicamente en autopistas y autovías, es decir, en carreteras con los dos sentidos de circulación perfectamente separados, radios de curva grandes y varios carriles por sentido bien pintados. En carretera de doble sentido o en ciudad, estamos lejos de poder circular sin manos.

Conclusiones

El Ford Blue Cruise aporta un paso más hacia la conducción totalmente autónoma y permite verificar nuestra atención simplemente con la mirada, en lugar de tener que agarrar el volante. No es un salto tecnológico enorme ni es un cambio al nivel de autonomía 3, ya que el conductor sigue siendo responsable y sigue controlando la conducción en todo momento.

Lo que sí aporta Blue Cruise es la sensación, que comentábamos al principio, de dejar de ser conductores y pasar a ser espectadores de lo que hace un sistema electrónico por sí mismo enfrentado a circunstancias reales de tráfico. Al principio es emocionante, pero también entiendo que, una vez acostumbrados a ir con los brazos y los hombros relajados, dejará de ser algo asombroso y pasará a ser la nueva normalidad. Bienvenido sea.

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