Quizá por el título estuvieras pensando en nuevos estándares de choque, reducción de las emisiones o reducción de los límites de velocidad. Lo cierto es que el proyecto de ley que las juventudes del Partido Verde suizo han presentado aglutina todo lo anterior, y aún así me parece muy irracional. El mensaje es sencillo, todos los nuevos vehículos que se vendan en el mercado suizo y no cumplan ciertas condiciones medioambientales y de seguridad serán prohibidos. Lo grave es enterarse de que por ejemplo Rolls-Royce, Ferrari o Porsche serían virtualmente eliminadas del mercado, sin opción a rechistar.
Las condiciones impuestas por el Partido Verde son moderadas en su opinión. Allá vamos: por una parte, estarán prohibidos todos los turismos que emitan más de 250 g/km a la atmósfera, pesen más de 2.200 kg, presenten un frontal peligroso de cara al peatón en caso de atropello y no estén equipados con filtro de partíiculas en caso de contar con un propulsor alimentado por gasóleo. Todas las condiciones son necesarias, pero por ejemplo, el Citroën C1 1.4 HDi no dispone de filtro de partículas. A pesar de ser un vehículo seguro, de bajo peso y consumo estaría completamente prohibido.
Todos los vehículos matriculados antes de la fecha de entrada en vigor de la ley y que no cumplieran con alguna de las condiciones antes impuestas (la mayoría) deberían equipar obligatoriamente un Gran Hermano dispositivo electrónico que limitaría su velocidad máxima a 100 km/h. La lista completa de vehículos que serían prohibidos está disponible en formato Excel en este enlace. Tras echar un ojo podemos sacar bastantes conclusiones, ciertamente alarmantes.
Evidentemente, los vehículos deportivos salen muy perjudicados debido a sus altos niveles de emisiones, pero también es cierto que son una parte mínima del parque automovilístico. Ferrari, Lamborghini, Bentley, Maserati, Aston Martin, Bugatti, Koenigsegg…podría seguir pero creo que me he expresado con claridad. Absolutamente prohibida toda su gama de modelos. Lotus se salva de la quema, y de Porsche se salvan los Cayman 2.7 y Boxster 2.7. Las familias Mercedes AMG, BMW Motorsport y Audi S/RS serían cosa del pasado.
Los SUV salen también muy perjudicados, por su elevado peso, consumos y peligrosidad en caso de atropello de un peatón. El Lexus RX400h, gracias a su propulsión híbrida escapa a la criba, pero todos los BMW X5, BMW X6, Porsche Cayenne, Volkswagen Touareg y todos los Land Rover no se podrían vender en Suiza, por citar algunos ejemplos. De llegar a aprobarse el proyecto de ley, dudo que los más afectados no emprendieran acciones legales contra el pequeño país centroeuropeo.
Pero es que no solo SUVs y deportivos salen mal parados del encuentro, también utilitarios como el Seat Ibiza 1.9 TDI de tercera generación, el monovolúmen Renault Modus 1.5 dCi (119 g/km de CO2), Nissan Micra 1.5 dCi o Mitsubishi Colt DI-D. Sinceramente, creo que se han excedido, el sistema no es equitativo, no puedes imputar a toda una flota de pequeños y ahorrativos utilitarios los mismos delitos que imputas a un Posche Cayenne Turbo S o a un Hummer H2.
La buena noticia es que tan sólo es un proyecto de ley. Necesitan al menos 100.000 firmas de entre los habitantes de los 26 cantones suizos para poder someter a referéndum popular la ley. La población total es de 7 millones, no sería difícil conseguir esas firmas. Pero como pequeña curiosidad, desde 1848, el 90% de las leyes propuestas por la población y sometidas a referéndum popular no fueron aceptadas.
No niego el fuerte impacto ambiental del automóvil, y el proyecto de ley está realizado con las mejores intenciones, pero la prohibición y el uso de los coches como cabeza de turco no hace más que esconder el problema real. La industria del automóvil es una de las más innovadoras del mundo y se encuentra trabajando a pleno rendimiento en reducir sus emisiones de CO2. Industria y energía no parecen tan preocupadas.
Vía: autoblog
Más información: asphalte.ch
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