Pocos han sido los elegidos para conducir la versión eléctrica del icónico Mini, bautizada Mini E, pero todavía menos personas se han subido a su versión de carreras, el Mini E Race. Por primera vez veremos como se defiende el pequeño coche de carreras en uno de los circuitos más duros del planeta, el Infierno Verde, Nürburgring Nordschleife.
No nos engañemos, todavía falta una buena temporada hasta que podamos ver coches eléctricos competir en igualdad de condiciones con sus familiares de motor térmico y aunque ese día llegará tarde o temprano, este es uno de los primeros pasos. Nada menos que 5.088 baterías de litio alimentan un motor eléctrico con una potencia máxima de 204 CV, la misma que dispone el modelo apto para circular por la vía pública.
No obstante se ha tenido que trabajar en distintos aspectos del coche para poder introducirlo de forma segura al circuito, siendo el primero de ellos la creación de una jaula de competición. Tanto suspensión como frenos y ruedas son de competición y se ha aligerado la carrocería para arañar unas cuantas décimas más al cronómetro.
El conductor elegido para la ocasión ha sido Thomas Jager, ex-piloto de la DTM y buen conocedor del anillo norte. Según el propio Jager lo que más le ha impresionado del Mini es la capacidad de su motor eléctrico para entregar todo su par en cualquier régimen de revoluciones. También destacaba que había sido la vuelta más limpia y silenciosa que había jamás haya realizado.
La bandera caía con un tiempo de 9:51.45 en el marcador, que no parece muy espectacular sobre todo comparándolo con el de bestias como el Nissan GT-R que realiza la misma tarea en unos breves 7:26.70. No obstante, para un coche con tan pocas modificaciones y una velocidad punta de tan sólo 186 km/h no es un mal primer paso, pero sería interesante saber que marca sería capaz de establecer el también eléctrico Tesla Roadster.
Vía: Motor Authority
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