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Historias del Dakar: Hubert Auriol, terminar por encima de todo

Aprovechando que la segunda parte de la etapa maratón también ha sido recortada, vamos a hacer repaso al carácter de uno de los pilotos que han marcado la historia de la carrera, especialmente de la etapa africana. Hubert Auriol, más conocido como ‘el Africano’ ya que a pesar de tener nacionalidad francesa nació en el continente negro, se convirtió en el primer ganador del Dakar tanto en la categoría de motos como en la de coches.

Muchas han sido los relatos que ha protagonizado Auriol en la historia del Dakar, aunque particularmente han sido dos las que han hecho que la máxima que siempre le ha acompañado sea la de ‘acabar la carrera por encima de todo’. Posiblemente la de 1980 fue la más descarada demostración realizada por el etíope, cuando fue descalificado por utilizar un taxi para poder llegar a la meta. Hubert ganaba la cita en 1981 y 1983 con BMW antes de decidir cambiarse de aires y fichar por Cagiva.

Pero sería en 1987 cuando dejaría una de las imágenes que han perdurado a pesar del paso del tiempo. Tres décadas después, se sigue recordando la lección de pundonor y superación demostrada por Hubert en la penúltima etapa del París-Dakar. La batalla que había mantenido durante las últimas jornadas con su compatriota, Cyril Neveu estaba tomando tintes épicos, con la carrera cambiando de líder constantemente a pesar de las abultadas diferencias y una caída de Neveu en una de las etapas.

La diferencia acumulada por Hubert gracias a la navegación se esfumaba después de varios pinchazos ya que su moto no podía montar neumáticos con mousse porque literalmente los destrozaba. Sin embargo, no era suficiente. Auriol seguía teniendo una considerable ventaja hasta la llegada a esa fatídica penúltima etapa, 12 minutos concretamente. Todo parecía jugarse en esa jornada. El de Cagiva se caía en una zona muy rápida, con mucha arena, en la que los dos candidatos a la victoria en motos rodaban a sólo unos segundos de diferencia (Auriol veía a Neveu). Se enganchaba con su pierna derecha en uno de los troncos, cayendo e impactando posteriormente con la izquierda contra otros árboles que había al otro lado de la carretera.

Hubert era perfectamente consciente de que se había hecho mucho daño. Sin embargo, la adrenalina del momento, la rigidez de las botas y que la moto se encontraba en condiciones de reengancharse a la carrera (después de ser ayudado por uno de los participantes a ponerla de pie). Neveu estaba en meta, impaciente a la espera de su máximo rival, esperanzado de poder recuperar el liderato. Sabía que algo le había pasado a Auriol, pero no el qué, por lo que la frustración que sintió al verle aparecer en la recta que llevaba al control horario le hizo incluso cambiar su rostro. Seguía siendo segundo por sólo tres minutos y la última etapa no parecía propicia para neutralizar esa desventaja.

Sin embargo, los gritos de Auriol de fondo hicieron volver a la realidad a Neveu y acercarse corriendo a ver qué le había sucedido a Hubert. Cuando llegó al lugar en el que se encontraba detenido el por entonces líder, los comisarios y algunos militares estaban ayudando a ‘el Africano’ a bajarse de la Cagiva entre alaridos de dolor y lágrimas. Auriol había perdido su tercer Dakar a pesar de haber completado casi 20 kilómetros de recorrido con dos tobillos fracturados, uno de ellos con fractura abierta. Sería su última participación sobre dos ruedas, logrando en 1992 su primera y única victoria en coches.

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