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El sueño de crear el coche más rápido del mundo: Koenigsegg Agera R

La historia de Koenigsegg es la historia de un sueño y de un hombre. Es la historia de Christian Koenigsegg, la historia de un hombre que del suyo ha conseguido crear una fábrica de sueños para otros tantos. Para el más profano su nombre cargado de “ges” no sonará como suena Lamborghini, como suena Ferrari o como suena Bugatti. Para todo apasionado del motor Koenigsegg tiene un encanto especial más allá del propio de la mayoría de superdeportivos. Tiene potencia, tiene diseño, tiene exclusividad… tiene la atención, el cuidado por el detalle, la pasión de un hombre, de Christian Koenigsegg, tras él.
5 años. Sólo tenía 5 años cuando Christian Koenigsegg ya quería construir el coche más rápido del mundo. A los 22 años creo la marca que hoy exhibe orgullosa el récord Guiness de 0-300-0 km/h en 21.19 segundos. Desde parado, alcanzar los 300 km/h para volver a detener por completo el coche. Por ponerlo en contexto, uno de los últimos superdeportivos, el McLaren P1, marca un 0 a 300 km/h en 16.5 segundos con una frenada desde los 300 km/h en 6.2 segundos… y estamos hablando de un récord de 2011 frente a un superdeportivo de reciente hornada, con un sistema de KERS y fruto de la mano de un grande de la industria como McLaren.
Pasión por detalle con un objetivo claro: las prestaciones. Las altas prestaciones. Centrado por y para el rendimiento, Christian Koenigsegg ha creado en una pequeña fábrica uno de los superdeportivos con más cache desde una tierra, Suecia, que frente a Italia, Inglaterra o Alemania no nos tiene muy acostumbrados a los superdeportivos. Esta la historia de un niño que sigue “jugando” con un sueño hecho realidad. Es la historia de Koenigsegg, del Koenigsegg Agera, de los récords Guiness, de los 1.000 caballos.
Fundada a mediados de los 90, la historia de Koenigsegg es la historia de Christian. Sigue siendo la historia de ese niño que quería conseguir el coche más rápido del mundo plasmada a día de hoy en la intención de lograr los 450 km/h de la mano del Koenigsegg One:1. La historia de un hombre que abrocha personalmente los arneses a los periodistas, acompañado por su mujer, quien no duda en guiar a los visitantes por la fábrica, con sede en Ängelholm.
Breves pinceladas de historia: los orígenes
En 1994 Christian Koenigsegg ponía en marcha su propia firma de superdeportivos. Ponía en marcha el proceso para lograr cumplir ese sueño infantil de lograr conseguir el coche más rápido del mundo. El Koenigsegg CC se convertía en el primer coche de la marca. Un prototipo de techo duro desmotable, fibra de carbono y un bloque V8 de origen Ford que además de sentar las bases de la marca daba paso a un Koenigsegg CC8S, con 655 caballos (al igual que el CC) lograba ya un 0 a 100 km/h en 3.5 segundos, debutando de cara al público en 1997, en el Festival de Cine de Cannes para llegar a las calles como modelo de producción ya entrados en el siglo XXI, 5 años después de su debut en Cannes.
Tras el CC8S llegaba el CCR, presentado en el Salón de Ginebra de 2004. Fiel al diseño y constitución mecánica, algo que sigue totalmente presente hoy en día, el Koenigsegg CCR alcanzaba los 800 caballos con un par de 920 Nm a 5.700 rpm y todo fruto de nuevo del V8 de 4.7 litros sobrealimentado.
Tras el CCR se presentaba 2 años después el CCX, con un bloque V8 Koenigsegg en aluminio que desarrollaba las mismas cifras de potencia que el empleado en el CCR. Con esta nueva versión llegaba además una variante enfocada a la competición, el CCGT, destinado a entrar en la categoría GT1 de la FIA hasta que las exigencias de fabricar 350 unidades al año por parte de la Federación y la imposibilidad de llegar a semejante cupo por parte de Koenigsegg dieron al traste con el sueño.
Con el CCXR, la evolución de este último, se superaba ya la barrera de los 1.000 caballos, llegando a los 1.018 caballos con un par de 1.060 Nm, empleando ya Bioetanol 85 para conseguirlo. Marcaba un 0 a 100 km/h en 3.1 segundos, con una velocidad máxima de más de 400 km/h. Durante esta generación llegan los CCXR Edition (4 unidades producidas, suspensión y barras estabilizadoras específicasy carrocería en fibra de carbono visible) y Special Edition (sólo 2 unidades fabricadas, especificaciones aerodinámicas exclusivas), el CCX Edition (Limitado a 2 unidades, 888 caballos, alerón y llantas específicos…) y el Trevita (sólo 3 unidades, acabado blanco para la carrocería, alerón posterior, sistema de escape específico, sistema de infoentretenimiento, sistema de elevación hidráulica…).
Tras el CCX y CCXR llegamos a la actualidad con el Agera y el Agera R, vislumbrándose ya en el horizonte el siguiente gran paso: el Koenigsegg One:1.
Koenigsegg como negocio
A mediados de septiembre del pasado año Koenigsegg había registrado un volumen de ventas de 97 unidades en toda su historia, cifra que hace que nos replanteemos si con 499 unidades, el Ferrari LaFerrari es tan exclusivo como pensábamos, ídem de las 375 unidades del McLaren P1 y de las otras tantas del Bugatti Veyron. Todo el proceso de producción se lleva a cabo en Ängelholm, en un antiguo hangar militar. El motor llega de Reino Unido, pero su montaje se realiza en Suecia.
Cada unidad requiere un tiempo de producción de 9 meses y para entender bien el volumen de que maneja la fábrica de Koenigsegg basta fijarse en la producción de 2011, ocho unidades que deberían aumentar a quince con el incremento del ritmo previsto para estos años, sin previsiones mayores que reduzcan su exclusividad. Superando el millón de euros, cada propietario tiene que hacer un desembolso del 30% por adelantado, otro 30% cuando el coche ya está prácticamente terminado y el total a la entrega.
¿Es rentable como marca Koenigsegg? Según apunta el propio Christian Koenigsegg sí, algunos años. Ahora bien la filosofía de la marca no busca el éxito a largo plazo, sino buscar crear un gran nombre dentro del automovilismo deportivo a corto plazo. Por ello, los años en los que hay beneficios, se reinvierte lo ganado en la evolución de la marca.
Entre la sucesión de modelos que anteriormente citábamos, nos encontramos con un negro episodio en 2003. Entonces se producía un incendio en la que era la anterior fábrica de la marca, lográndose salvar algunos de los coches y piezas que fueron trasladados desde esas instalaciones a los hangares que hoy sirven de fábrica a la marca.
Koenigsegg Agera y Agera S: el más reciente de los hijos de Christian
La gama actual de Koenigsegg está conformada por el Agera, el Agera S y el Agera R. El modelo original, el Agera 2013, entrega una potencia de 960 caballos, 1.100 Nm de par y 1.330 kg (cifra en seco) con una distribución del 44% al frente y 56% atrás, con una longitud de 4.293 mm, una anchura de 1.996 mm y una altura de 1.120 mm.
Como punto intermedio en la gama nos encontramos con el Agera S que produce una potencia de 1.030 caballos con un par de 1.100 Nm, manteniendo los 1.330 kg de peso. Esta alternativa es destinada a aquellos mercados en los que no está disponible el bioetanol 85 que precisa el Agera R
Koenigsegg Agera R, el superdeportivo definitivo
En 2010 Koenigsegg celebraba los primeros 15 años de esta joven marca. Lo hacía en el Salón de Ginebra con el Koenigsegg Agera, modelo que homenaajeando al primigenio Koenigsegg CC heredaba incluso su chasis monocasco en fibra de carbono, kevlar y aluminio. 1.300 kg de peso para, entonces (ahora entrega 960 caballos), un total de 910 caballos fruto de un V8 de 4.7 litros sobrealimentado que bien le valían para alcanzar los 100 km/h en 3.1 segundos y una velocidad máxima de 390 km/h. Han pasado 3 años desde entonces, lo que en superdeportivos se refiere parece bien una eternidad… pero esas cifras no distan demasiado de lo que hoy nos ofrecen los superdeportivos de firmas con unas cuantas décadas más a sus espaldas.
Un año más tarde, en el Salón de Ginebra de 2011, Koenigsegg llevaba al Agera a un nuevo nivel. Aparecía la R en su denominación y de la mano del Koenigsegg Agera R nos encontrábamos con un superdeportivo de 1.115 caballos y 1.200 Nm de par… eso sí, repostando con bioetanol E85, con gasolina de 95 octanos la cifra de potencia se queda en unos tampoco nada desdeñables 940 caballos y 1.100 Nm de par.

Apasionado del motor, llevo sobre ruedas desde que a los 14 años me monté encima de una moto. Después llegaron los coches, la afición por la fotografía y más tarde el periodismo y con ello la posibilidad de convertir mi pasión en trabajo. Podéis leerme también a diario en Twitter.