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¡Mein Gott! Se llama Mercedes-AMG One, es un Fórmula 1 de calle y lo desgranamos en 6 claves (+13 fotos)

El Mercedes-AMG One ha llegado, y ha llegado para cambiar las reglas del juego. La palabra superdeportivo se le queda corta, e incluso a su lado un coche como el Bugatti Chiron parece un carro de mulas. Junto al hiperbólico Aston Martin Valkyrie, es prácticamente un coche de carreras matriculado, un LMP1 de calle que sólo los bolsillos más adinerados podrán disfrutar. Un hiperdeportivo – o ultradeportivo, como lo quieras llamar – que explora el límite absoluto de las leyes físicas que gobiernan el mundo del automóvil. ¿Estamos ante el coche de la década? ¿Estás preparado para conocer al Mercedes-AMG Project One?

1) Un coche de competición matriculable

Nunca antes había llegado a producción un coche tan rápido, tan meteórico, tan absolutamente eficaz. Su diseño destila potencia, destila el espíritu de las décadas de experiencia de Mercedes en competición, especialmente en campeonatos como el DTM o la categoría reina, la Fórmula 1. Comparar su diseño con otros Mercedes-AMG sería un trabajo futil, pues sólo en la estrella que regenta su afiladísimo frontal y los elementos ópticos podríamos encontrar similitudes. Es un coche en el que la forma sigue a pies juntillas los mandatos de la función. Y la función dicta la máxima eficacia dinámica.

Ha nacido fruto de la colaboración entre AMG en Affalterbach y el Mercedes-AMG High Performance Engines en Brixworth, centro encargado de desarrollar los motores del equipo de F1.

Fijaos en el frontal, y en el espectacular túnel central que canaliza el aire hacia el fondo plano del coche. Fijaos en la espectacular aleta trasera – muy parecida a la que usan los LMP1 en las 24 Horas de Le Mans – situada justo tras la toma de admisión del motor de Fórmula 1. Motor que se puede ver a través de una cubierta transparente, agujereada cual queso francés para permitirle disipar todo el calor generado. Es un coche extremadamente bajo, extremadamente ancho, con un diseño aún más agresivo del que se esperaba. Un enorme difusor de fibra de carbono y un escueto escape central será lo último que veamos cuando nos adelante cual exhalación.

2) No es un puesto de conducción, es un puesto de pilotaje

Siquiera podemos llamarlo puesto de conducción. Es más bien un puesto de pilotaje, al que se accede a través de unas puertas de apertura vertical, al «estilo Lamborghini». En su interior nos encontramos dos baquets de fibra de carbono fundidos en el monocasco, dos pantallas TFT de 10 pulgadas – una de ellas dedicada a la instrumentación, la otra al centro de infoentretenimiento – y un volante cuadrado, muy similar al que Hamilton usa en su monoplaza. Un volante forrado en Alcantara – en el que el logotipo de Mercedes casi parece un polizón – será el único lugar desde el que podremos controlar la gran multitud de funciones de nuestro hiperdeportivo.

No hay botones en la consola central para evitar distracciones. El foco en la conducción debe ser la única prioridad del conductor.

La fibra de carbono del chasis monocasco del Mercedes-AMG Project One es visible en todo el habitáculo, en el túnel central, en el volante.

2) El corazón de la bestia: ADN de Fórmula 1 y 1.000 CV híbridos

Si hay algo que define al Mercedes-AMG Project One es su sensacional tren de propulsión, compuesto por nada menos que cinco motores. Sí, has leído bien. El «alma» de la fiesta es un motor V6 de sólo 1,6 litros, sobrealimentado mediante un turbo eléctrico. Es un propulsor derivado del mismo V6 que el equipo de Fórmula 1 de Mercedes ha usado para arrasar en los últimos dos campeonatos del mundo de Fórmula 1. Aunque el motor ha sido construido de forma más convencional – el motor usado en F1 se mecaniza a partir de un sólo bloque – no deja de ser un propulsor verdaderamente especial, capaz de girar a unas mareantes 11.000 rpm.

Su motor térmico es casi idéntico al que Lewis Hamilton y Valeri Bottas han empleado en su Mercedes W06/W08 EQ Power+ de Fórmula 1.

Una interesante innovación es que los muelles del árbol de levas no son mecánicos, son neumáticos. Pistones y bielas están construidos con una aleación especial, capaz de soportar la fricción que generan su altísimo régimen de giro. Este maravilloso V6 contribuye de forma sustancial a los al menos 1.000 CV combinados del Project One – con al menos 680 CV -, que serían imposibles sin sus cuatro motores eléctricos de apoyo. Aunque el grueso de la potencia es digerida por el tren trasero, el tren delantero recibe hasta 320 CV, procedentes de dos motores eléctricos de 160 CV de potencia, con una única relación fija de cambio – capaces de variar el reparto de potencia por rueda en milisegundos.

Asociados al motor térmico se encuentran otros dos motores eléctricos, que también funcionan como generadores de electricidad, parte integral de un sistema en el que también se encuentra una batería de iones de litio, que funciona a 800 voltios y es idéntica en diseño a la de los Mercedes de la F1. La primera máquina eléctrica se denomina MGU-H, y es un generador de 90 kW – 120 CV de potencia – que genera electricidad a partir de la enorme cantidad de calor desprendida del motor térmico. Esta electricidad es usada para cargar la batería y hacer girar el turbocompresor eléctrico del motor, anulando cualquier tipo de lag en su entrada.

La eficiencia de este conjunto de cinco motores es de un mareante 43%. El V8 Biturbo de los últimos AMG no llega al 25% de eficiencia térmica.

El segundo motor eléctrico se denomina MGU-K, y genera electricidad en frenadas – estiman que se recupera el 80% de la energía generada en las frenadas – y deceleraciones. Es un KERS en toda regla, y situado a la salida del ciguëñal, aporta hasta 160 CV de potencia extra. El conductor puede activar este KERS en el momento que desee, desde el volante. El motor térmico y el motor MGU-K pasan toda su potencia al tren trasero, a través de una caja de cambios manual robotizada de ocho relaciones – llamada AMG SPEEDSHIFT 8 y anclada al chasis como elemento estructural. Nada de doble embrague o convertidores de par, se trata de una caja de cambios prácticamente de competición. ¿Qué hay de sus prestaciones y desempeño dinámico?

3) Una eficacia dinámica sin igual

El Mercedes-AMG Project One consigue una eficacia dinámica nunca antes vista en un coche de calle. Es un coche que aguantaría el ritmo de una competición como Le Mans sin problema alguno, y esto es posible gracias a la perfecta comunión de la mecánica y la electrónica. En esta última, el sistema AMG Torque Dynamics tiene mucho que decir, modificando el reparto de potencia y par según el modo de conducción, y gestionando el funcionamiento en tiempo real – en cuestión de milisegundos – el desempeño del sistema de tracción integral Variable AMG Performance 4MATIC+. El resto del tren de rodaje también nos deja impresionados.

El Mercedes-AMG Project One puede moverse sólo en modo eléctrico, disfrutando de unos 25-30 kilómetros de autonomía sin emitir un sólo gramo de CO2.

Sus frenos son carbonocerámicos, y están imbuidos en el interior de unas llantas de aleación ultraligera con semi-cubiertas de fibra de carbono. En ambos ejes usa neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2, especialmente desarrollados para el Project One. Sus medidas son mareantes: 335/30 ZR20 en el eje trasero y 285/35 ZR19 en el eje delantero. Su suspensión es tipo push-rod, con una puesta a punto enfocada abiertamente a los circuitos. No conocemos muchos datos prestacionales, pero sí dos datos clave: tiene una velocidad punta superior a los 350 km/h y hace el 0 a 200 km/h en menos de seis segundos.

Cifras fulgurantes que aseguran un peso realmente contenido, fruto del uso de materiales absurdamente caros y ligeros.

4) Una aerodinámica nunca vista en un coche de calle

El trabajo aerodinámico del Mercedes-AMG Project One sólo tiene rival en el Aston Martin Valkyrie. Todo el coche disfruta de un fondo plano, con unos canales tipo venturi en el capó delantero que pegan el coche al suelo, y aumentan el flujo de aire a la aleta central, que se encarga de estabilizar el conjunto a alta velocidad. En la parte trasera, además de un difusor de fibra de carbono, tenemos un enorme spoiler que actúa como aerofreno. El splitter delantero es móvil y las rejillas de ventilación activas situadas en el eje delantero también se encargan de lograr el perfecto equilibrio aerodinámico.

La aerodinámica activa es un «must» en un coche cuyo principal objetivo es el máximo rendimiento en circuito.

5) Su motor sólo durará 50.000 km, pero serán los mejores kms de tu vida

Como ya os contamos antes de escribir este artículo, el motor del Mercedes-AMG Project One tendrá una vida limitada. Sus orígenes de competición y su enorme régimen de giro limitan a unos 50.000 km su esperanza de vida. Tras estos kilómetros, necesitará de una reconstrucción para volver a dar lo mejor de sí mismo. Con todo, Tobias Moers – el máximo dirigente de AMG – ha querido asegurar a sus clientes que se trata de un motor perfectamente utilizable en el día a día. No requiere lubricantes especiales y está preparado para funcionar en todo tipo de condiciones climáticas. «Es un motor de calle», ha asegurado.

6) Producción limitada, a un precio estimado de 2,6 millones de euros

Mercedes-AMG aún no ha comunicado los datos finales de producción de este hiperdeportivo. Los últimos rumores prometen una producción limitada a sólamente 300 unidades, construidas de forma completamente artesanal. Este dato no ha sido confirmado por la marca a la hora de escribir este artículo. El precio tampoco ha sido confirmado, pero se estima en al menos 2,6 millones de euros, una cifra que le pondría en competencia directa con el Bugatti Chiron. En todo caso, si tienes que preguntar el precio… no es tu coche. Además, es muy posible que toda la producción ya esté completamente vendida.

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