Romain Grosjean es un experimentado piloto de Fórmula 1 que ha desembocado en el típico equipo de zona media del que es difícil salir hacia arriba. Haas ha pasado de ser una cenicienta a quedarse sin el apoyo total de Ferrari en dos años, hecho que deja a la estructura estadounidense en un limbo de experiencia sin claridad en la temblorosa zona media. Grosjean es, por suerte, uno de los veteranos y se encuentra en un buen estado para permanecer en el campeonato varias temporadas más, aún sin la posibilidad de despegar hacia una escuadra mejor.
INICIOS EN COMPETICIÓN
Tiene Grosjean la curiosidad de poseer la doble nacionalidad, al nacer en Ginebra y ser hijo de padre suizo y madre francesa. Su familia posee otras distinciones, entre ellos un bisabuelo que fue diseñador de armas o un abuelo esquiador medallista de plata en un campeonato del mundo. Se aficionó pronto al automovilismo pero no empezó a competir hasta los 14 años, una edad algo tardía que no le impidió triunfar en el campeonato francés de karting y coincidir con futuros talentos como Edoardo Mortara, Sam Bird, Mikhail Aleshin, Jérôme D’Ambrosio y Jean-Karl Vernay.
El padre de Grosjean costeó algunos gastos del karting desde su profesión de abogado, pero el ascenso rápido de su hijo le obligó a dejarle en manos más experimentadas para gestionar su carrera deportiva. El joven Romain respondió de forma acertada a la apuesta por el automovilismo, ganando la Formula Lista y la Fórmula Renault 1.6 suiza en el año de su debut en monoplazas. El país helvético tenia menos potencial de salida y en él también recibió menos apoyos, propiciando así un salto de los Grosjean hacia Francia.
Las Fórmula Renault fueron el escenario dónde desembarcó la familia suiza, con la suerte añadida de contar con un buen apoyo en un novedoso equipo SG Formula que no tardaría en destacar en dichos campeonatos. Una primera temporada de adaptación que incluyó un triunfo en Dijon-Prenois vino seguida de una gran segunda campaña en la que el de Ginebra se adjudicó el título de la F-Renault francesa tras ganar diez de las 12 últimas rondas. Grosjean compitió inicialmente bajo bandera suiza pero se pasó a la licencia francesa en la triunfal campaña. También realizó pruebas aisladas en la Eurocup 2.0 (sumando dos podios en Valencia por detrás de Michael Ammermüller y Kamui Kobayashi).
A finales de 2005 debutó en el Gran Premio de Macao con Signature-Plus, escuadra que le llevaría a la importante Fórmula 3 para aumentar su aprendizaje con el apoyo de Renault. Grosjean sufrió en su debut en la F3 Euroseries, obteniendo un solo podio y finalizando en una lejana decimotercera posición. Tampoco brilló en exceso en el Masters de Zandvoort y en Macao, escenarios dónde se le escapó algún triunfo más que lograble. Mejor se le daría la aparición en el GP de Pau, puntuable para la F3 británica en 2006 y en el que consiguió dos contundentes victorias por delante de rivales sólidos como Mike Conway, Oliver Jarvis, Bruno Senna y Maro Engel.
El segundo año en F3 sería el bueno, gracias a la evolución del piloto y a un más que acertado cambio de equipo en dirección a ASM. Grosjean mantuvo un duelo vibrante durante la temporada con Sébastien Buemi y la obtención de un mayor número de victorias acabó decantando la balanza a su favor, proclamándose campeón europeo por delante de su “compatriota”. Nico Hülkenberg y Kamui Kobayashi se descolgaron al final después de un buen duelo a cuatro costados, aunque el alemán se pudo consolar con el triunfo en la primera de las dos ediciones del Masters de Zolder, dónde Grosjean solo pudo ser 14º tras calar desde la pole position.
El siguiente paso que tenía que dar el francés era en dirección a la GP2 Series, dónde ART le esperaba con los brazos abiertos tras su triunfo en Fórmula 3. Sin embargo, su debut se quedó a medio camino entre la decepción y el desencanto. La igualada temporada 2008 hizo pagar los errores y Grosjean los cometió, entre ellos cerrar a Kobayashi de forma agresiva en la Sprint de Barcelona (drive-through que le dejó sin puntos) u otra sanción desde la pole en Hungría. Para cuando el vinculado a Renault quiso reaccionar y el coche le respondió ya era demasiado tarde para luchar por un título que se llevó Giorgio Pantano.
Finalizó cuarto a dos puntos del subcampeón Senna, en una actuación reseñable pero con bajones de rendimiento que no debían repetirse. Quiso el francés prepararse mejor en invierno y consiguió dicho objetivo apuntándose a la novedosa GP2 Asia, de nuevo en las filas de ART. El pequeño campeonato asiático en busca de la expansión de la categoría telonera de la Fórmula 1 le sentó de maravilla a Grosjean, que lo venció al sumar cuatro de diez victorias posibles, incluyendo un doblete en la cita inaugural de Dubai. Su mayor vinculación a Renault le daría más frutos en 2009.
Alejandro Agag compró la estructura de Campos Racing y la renombró Barwa Addax, en deferencia a un fondo de inversión y a un banco que costearon el equipo. Grosjean desembarcó formando un tándem poderoso con el ruso Vitaly Petrov y el francés obtuvo dos victorias en las Feature de España y Mónaco, en ambos casos desde la pole position. Un accidente espectacular en la ronda sabatina del Principado no le impidió mantenerse sólidamente en la pelea por el campeonato, en el que iba segundo tras la cita húngara cuando de repente llegó la llamada que le ayudaría a meterse en el mundillo y a la vez, le costaría parte de su formación.
DEBUT EN FÓRMULA 1
Renault le dio a Grosjean tres sesiones de test en 2008, entre Barcelona y Jerez, pero prefirió dejarle descansar en 2009 de cara a un posible asiento en 2010. Su buen hacer en GP2 y el descenso absoluto del favor de Nelson Piquet Jr. dejaron al brasileño sin asiento en las vacaciones veraniegas, fruto en parte de la demanda que los Piquet interpusieron contra el equipo galo. Grosjean tomó el segundo asiento de Renault hasta finales de temporada, dejando a medias su participación por el título en GP2 y desarrollando un ritmo de adaptación que demostró ser insuficiente en una estructura a la deriva.
Grosjean no pudo hacer nada de provecho en las siete carreras que disputó: siempre quedó por detrás de un Fernando Alonso concentrado en el futuro, cayó cuatro veces en la Q1, se accidentó en un choque múltiple con Lewis Hamilton, Jenson Button y Jaime Alguersuari en Bélgica y sin poder aprovechar los locos GP de Singapur (abandono por problemas de frenos), Japón (16º y doblado) y Brasil (13º y en ritmo malo después de llegar a ser octavo al evitar una colisión grupal en la salida). Alonso y Grosjean se mostraron apáticos en Abu Dabi, dónde acabaron 14º y 18º respectivamente y tomaron caminos distintos. El español iba a demostrar su potencial en Ferrari, mientras que el francés quedaba en un extraño limbo deportivo.
Sin asiento en Fórmula 1 ante la renovación en Renault, Romain Grosjean tuvo que buscarse la vida para seguir compitiendo y no rechazó oportunidades en 2010. Empezó en el nuevo Mundial de GT1, dónde ganó dos carreras con licencia suiza al volante del Ford GT de Matech Competition que compartió con Thomas Mutsch; se retiró en las 24 horas de Le Mans con el mismo coche y fue tercero de categoría en las 24h de Spa en un Mosler. En verano añadió a su calendario la Auto GP, obteniendo cuatro triunfos en ocho carreras en las filas de DAMS y birlándole el campeonato a Edoardo Piscopo a pesar de no haber participado en las dos citas iniciales.
El mismo equipo DAMS que le dio un monoplaza le ofreció realizar la segunda mitad de temporada en GP2, campeonato al que volvería con más experiencia. Un par de accidentes y de podios se mezclaron en su regreso a la feeder series oficial de una Fórmula 1 que parecía verle con buenos ojos desde la lejanía, como demuestra el hecho de conseguir subirse al Toyota TF109 que Pirelli usó con varios pilotos para tener una referencia de neumáticos de cara a su estreno como proveedor único, programado para la temporada siguiente.
2011 fue el verdadero año triunfal de Grosjean, que se apuntaría un doblete falseado. La GP2 Asia anuló dos citas en Baréin por las protestas antigubernamentales en el país árabe, forzando a llamar campeonato a dos citas en Abu Dabi e Imola. Se apuntó el de DAMS el breve campeonato, así como la GP2 Series con mayor autoridad. Sus cinco victorias y diez podios aniquilaron a una competencia grupal formada por hombres peligrosos como Bird, Jules Bianchi, Giedo van der Garde o un enrachado Luca Filippi. Grosjean estuvo a punto de conseguir en solitario el título de equipos para DAMS, lastrado por la falta de puntos de Pål Varhaug y la mayor consistencia conjunta de Van der Garde y Charles Pic en Barwa Addax.
El inversor Gérard López compró Renault y renovó su estructura para 2012, incluyendo el nombre de Lotus. El fichaje de Grosjean vino complementado por el título de GP2, que le permitió ser compañero de Kimi Räikkönen. Inicialmente el vértigo pareció apoderarse del francés, que alternó actuaciones sobresalientes como las remontadas con podio en Baréin y Canadá, con accidentes solitarios en Malasia y Brasil y choques en la salida en Mónaco y Japón. La colisión múltiple de Bélgica, dónde eliminó a Hamilton, Alonso y a Sergio Pérez, además de dejar herido a Pastor Maldonado, le valió una sanción de una carrera que le dejó sin correr en Monza.
Grosjean cambió de actitud por completo en 2013 y demostró un aspecto distinto, menos impulsivo y más cerebral, que ayudó a que los resultados llegasen más pronto y mejor que en la temporada precedente. El E21 fue un coche ágil creado con menos presupuesto que los de arriba y aguantó bastante bien las exigencias del de Ginebra, que empezó a superar a Räikkönen más a menudo. Su solidez quedó patente al realizar cuatro podios en cinco carreras del último tercio de campeonato, incluyendo una tercera posición en Japón tras liderar 26 vueltas, otro tercero en la India tras salir decimoséptimo y un segundo en Austin; en todas ellas fue batido por un intratable Sebastian Vettel.
Pero todas las ganancias que consiguieron el galo y Lotus como conjunto se diluyeron en su tercera temporada juntos, la primera de la era híbrida turbo. Un error de diseño del chasis y un motor Renault tan poco potente como poco fiable relegaron a Lotus del cuarto al octavo lugar en el Mundial de Constructores, llegando a ser amenazados en la tabla por Marussia y Sauber e incluso superados en pista en alguna carrera. Grosjean y Pastor Maldonado solo pudieron sacar 10 puntos en todo 2014, obteniendo el ex de Renault dos octavas posiciones en España (una de las pocas carreras dónde rindió bien, y aún así perdiendo el domingo respecto al sábado) y Mónaco gracias a una sanción a Jules Bianchi.
El rendimiento de 2014 fue tan malo que Lotus decidió prepararse pronto para 2015, año en que equiparon unos seguros motores Mercedes. Grosjean y Maldonado chocaron entre ellos en tres ocasiones y perdieron una cantidad de puntos significativa en los primeros giros, en especial por parte del venezolano, pero la temporada resultó ser una gran mejora. Ambos pilotos aprovecharon algunos Grandes Premios alocados, siendo Grosjean el mayor beneficiado en Bélgica gracias a una estrategia a dos paradas que le permitió presionar a Vettel y subir al podio cuando al alemán le reventó un neumático en la penúltima vuelta, todo ello tras perder cinco posiciones en parrilla por cambiar la caja de cambios. Sin embargo, el piloto de origen suizo buscaba nuevos retos de forma forzosa.
La indecisión económica de Lotus culminaría con el regreso de Renault de forma oficial después de cuatro años de ausencia en el campeonato y con media cúpula de Enstone tomando la puerta de salida. Grosjean se fue en dirección a Haas, nuevo equipo estadounidense que entró en la Fórmula 1 como cliente de Dallara y Ferrari. Empezó bien la andadura de la escuadra de Charlotte en 2016, con una sexta posición en Australia y una quinta en Baréin, ambas conseguidas por un Grosjean sólido. Apenas cinco carreras en zona de puntos condenaron a Haas a un limbo lejano de McLaren y Toro Rosso, aunque a la vez muy por delante de Renault, Sauber y Manor.
2017 fue un año más complicado a pesar de la bondad del rendimiento mejorado. El Haas VF-17 estuvo pocas veces cerca de los puntos, aunque sus pilotos rindieron en carreras difíciles. Grosjean puntuó en ocho GP sin llegar a obtener los contundentes resultados de principios de 2016, pero demostrando una mayor solidez dentro de la irregularidad de la zona media. La clasificación a finales de temporada ha sido la misma, la decimotercera posición; sin embargo, el de Ginebra ha superado a sus compañeros Esteban Gutiérrez y Kevin Magnussen y ha aumentado un caché que ha peligrado en varias ocasiones.
Tras un nefasto inicio, Romain Grosjean recuperó parte del terreno perdido con la cuarta plaza que arañó en Austria, Gran Premio que dio vida a muchos tras el cataclismo de Mercedes-AMG F1. En los puntos en otras seis ocasiones hasta completar el calendario, el piloto galo terminaba el año 14º con 37 puntos. A finales de 2018, la escudería estadounidense confirmaba la continuidad tanto de Romain Grosjean como de Kevin Magnussen quizás en el momento en el que ambos estaban más cuestionados.
El inicio de 2019 no fue mucho mejor. Con HAAS perdiendo esa posición destacada que tuvieron en 2018, tanto Magnussen como Grosjean se vieron obligados a batallar por entrar en la zona media. Tres abandonos y una carrera fuera de los puntos fueron el balance de las cuatro primeras carreras para Romain, sumando su primer punto en el Circuit de Barcelona-Catalunya en el que precisamente tendría un toque con su compañero de equipo para desesperación de Guenther Steiner.
Décimo en Mónaco, su mejor actuación llegaría en Hockenheim, con la lluvia, los abandonos y la penalización a Alfa Romeo como aliados. El francés terminaría séptimo en la cita germana en lo que parecía una buena forma de resarcirse de su pobre inicio de año en el que intercaló errores, con problemas mecánicos y técnicos en el monoplaza. Un nuevo contacto con Magnussen en Silverstone llegó a poner a ambos en la cuerda floja, sin embargo, la escudería estadounidense sorprendió a todos en el mes de septiembre al anunciar la renovación de sus dos pilotos para 2020. Curiosamente coincidiría con el momento más bajo de resultados para Grosjean, el cual no fue capaz de recuperar el sendero de los puntos en la segunda mitad de la temporada, sufriendo un único abandono en Sochi, pero no alcanzando a la 10ª plaza. Ocho puntos en 21 carreras y 18º en la general, superando únicamente a los dos hombres de Williams.
El año 2020 sería el último de Romain Grosjean en el Mundial de Fórmula 1. con HAAS F1 Team tomando la decisión de cambiar a sus dos pilotos por la llegada de Nikita Mazepin y Mick Schumacher, el francés debía despedirse de su equipo en una temporada que sin duda no estaría marcada por los sobresalientes resultados del francés, no ayudado por el déficit competitivo del monoplaza de los estadounidenses, sino que además quedará para la historia por haber visto el que sin duda fue el accidente más espeluznante que se recuerde en la era moderna del campeonato.
Con muchos problemas para llegar a la zona de puntos, el noveno puesto conseguido por el francés en el GP de Eifel ayudaría tanto a él como al equipo a evitar el farolillo rojo de ambos apartados. No sería el final de campaña soñado. La salida del Gran Premio de Bahréin terminaría sobrecogiendo el alma de todos los que estaban viendo la carrera. Grosjean se tocaba con Kvyat y el HAAS de Romain salía disparado contra las barreras de la curva, partiéndose en dos el monoplaza y rompiéndose el depósito de combustible, lo que terminaba derivando en una inmensa bola de fuego de la que pudo salir Grosjean con algunas quemaduras de distinta gravedad en sus manos a pesar de la poca visibilidad provocada por el humo y que el cockpit había quedado completamente encajado después de que los guardarraíles cedieran y se abriesen.
Aquel domingo 29 de noviembre de 2020 pasará a la historia como el día en que salvó la vida Romain Grosjean gracias a las medidas de seguridad, su instinto de supervivencia y a la rápida actuación de bomberos y responsables del coche médico. Además sería su última carrera en Fórmula 1, ya que las lesiones en sus manos hicieron que los médicos le recomendaran operarse y que afrontara una recuperación que le impediría tomar parte de los dos últimos GP's del año, Sakhir y Abu Dhabi, en los que le sustituyó Pietro Fittipaldi. Decimonoveno de la general con dos puntos, Romain anunciaría su participación en las IndyCar Series 2021 de la mano de Dale Coyne Racing y Rick Ware Racing, aunque en este caso sin competir en los óvalos.
CURIOSIDADES
Romain Grosjean tiene varias aficiones fuera de la Fórmula 1, un hecho habitual en los pilotos y ampliable en depende qué cuestiones. Tiene dos hijos y un tercero en camino con su mujer, con quien publicó un libro de cocina. La gastronomía es esencial para un piloto y el francés parece gustar del buen comer por sus recetas, especialmente por postres como la crème brûlée. Dice haber elegido el número 8 para su carrera por diferentes motivos, entre ellos por ser el día del cumpleaños de su esposa y por el hecho de conocerla en el año 2008.
En pocos años Grosjean ha sufrido la transformación habitual del paddock. Su inexperiencia inicial le costó cierto respeto, que se ha vuelto a ganar a pesar de mostrar un carácter agresivo y con tendencia a la queja en esos selectivos cortes de radio. El francés de origen suizo es ahora un hombre familiar, un veterano con talento de sobras y un piloto consolidado en el campeonato más conocido del mundo. Es poco probable que consiga subirse a un coche vencedor en estas mejores condiciones mentales, aunque el hecho de no aprovechar al 100% los mejores años de Lotus no han impedido que el treintañero afronte su segunda mitad de carrera deportiva en la Fórmula 1 en una gran posición de vida y de parrilla.