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De 17º a 4º en una vuelta: este es el resultado de unir ingeniería alemana y potencia americana

De un tiempo a esta parte, las carreras de clásicos se han hecho un hueco muy importante entre los eventos de automovilismo que se celebran en los distintos circuitos europeos durante el año. Zandvoort, Jarama o el propio Hockenheim reciben cada año algunas de las máquinas/joyas que han marcado una época en sus respectivas disciplinas, y la verdad, es que no ruedan precisamente a velocidad de paseo.

Un buen ejemplo de ello es este March BMW M1 del Team Botspeed recuperando posiciones precisamente en el circuito germano. Más de una docena de adelantamientos en apenas una vuelta para demostrar que los viejos rockeros nunca mueren. Aunque hay gato encerrado concretamente en esta unidad. En su corazón no late el habitual motor que utilizaban las unidades del M1 Procar, sino un bloque de origen estadounidense.

En su lugar nos encontramos un motor de origen Chevrolet capaz de entregar hasta 540 CV de potencia, una mecánica similar a la que se utilizó en el campeonato IMSA en 1983. ¿Por qué no un propulsor BMW? El propio equipo explica en su página de Facebook que el motor de seis cilindros biturbo no estaba listo para principios de la década de los ochenta y es por ello que se instaló uno de los motores tradicionales de las series Procar de forma provisional.

Sin embargo, los responsables se dieron cuenta de que finalmente el motor biturbo de BMW no llegaría nunca ya que esta se había centrado en desarrollar el cuatro cilindros turbo de la Fórmula 1, por lo que se decidió optar por utilizar motores V8 atmosféricos de Chevrolet entre 1980 y 1983.

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