Doug Boles, presidente de la IndyCar, ha comenzado a notificar a todos los implicados en el campeonato que la introducción del nuevo monoplaza en la categoría se realizará en el 2028, modificando de esta forma la agenda establecida para 2027. Según se informó, la razón principal para este cambio obedece a que tanto Honda como Chevrolet no han completado las nuevas especificaciones de la unidad híbrida que se instalará en el nuevo chasis Dallara, además de que tampoco garantizan que para 2027 tengan a disposición de sus clientes suficientes motores y repuestos. Desde hace mucho tiempo la IndyCar está exigiendo el chasis que reemplazará al DW12, pero la tarea no ha podido completarse debido a que el sistema híbrido se implementó a partir del año pasado.
Postergar la planificación para el 2028 era lo más lógico debido a los inconvenientes en el diseño que se han originado a partir de la instalación de la unidad de potencia en el nuevo chasis y luego se viene el proceso de fabricación de los monoplazas que se van a comercializar. Tanto Dallara, Chevrolet, HRC y Penske Entertainment Corp coincidieron en que 2027 no parece un plazo muy sensato debido a que solamente con la introducción de la tecnología híbrida en la categoría se presentó un retraso de 18 meses, con tal experiencia tan reciente es preferible no correr riesgos y asegurarse que todos los elementos estén listos y disponibles para realizar un campeonato sin problemas.
Si bien la IndyCar no depende de muchos proveedores, el detalle está en que cada uno debe suplir a un número considerable de clientes, lo que representa un desafío en términos de fabricación de piezas. Y es que todavía Dallara debe seguir fabricando chasis DW12, diseñado en el 2012, en tanto Honda y Chevrolet ajustan al máximo el conjunto V6 biturbo de 2.2 litros. La dinámica que se presenta en la IndyCar no permite que se realicen grandes actualizaciones debido a que los costos están controlados, la categoría es casi monomarca y desde Penske Entertainment Corp quieren mantener la misma filosofía que permite una gran paridad en pista.
Ahora para la IndyCar la mayor preocupación es la amenaza de retirada por parte de HRC US, lo que dejaría a Chevrolet, en este caso Ilmor Engineering, como único proveedor de motores en la categoría. Y es que Honda depende de sus resultados en la Fórmula 1 y en la Moto GP para seguir invirtiendo en otras categorías y para extender el contrato en la IndyCar deberá disponer de un presupuesto considerable. En caso de que los japoneses decidan irse, desde Penske Entertainment están en conversaciones con Nissan, Porsche y Toyota para ingresar a la categoría, pero todo depende del nuevo monoplaza, la rentabilidad, los costos, el impacto comercial y la tecnología que se pueda transferir a los coches de producción
Vía RACER