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La imagen del día: el simbolismo ante la injusticia

La seriedad es clave para vencer en la Fórmula 1 pero el trabajo duro no siempre tiene la recompensa merecida por distintos motivos. Los múltiples actores de la película que es el Mundial deben saber qué capacidades muestra su coche y hasta qué punto puede ser su rendimiento útil o diferencial en la ecuación del campeonato y cómo afectan sus reacciones en pista y fuera de ella a la visión general del producto. Se ha convertido en esencial saber juzgar a un piloto en la era del meme, la sobreexplotación visual y la venta de una imagen más allá de la conducción.

Quizá ese sea un punto flaco de un carácter como el de Sebastian Vettel. El tetracampeón es uno de los mejores pilotos de la historia de la Fórmula 1 y será recordado el día de su marcha como un gran icono en la discusión de los talentos más rápidos, pero en ciertas ocasiones el temple puede con el alemán. No fue el caso en esta ocasión de la intervención en pista, dónde una salida de pista aguantando a Lewis Hamilton le quitó un tiempo importante y a la vez le sirvió para seguir por delante del inglés. Fue el hecho de que esa maniobra fuese sancionada el que desencadenó el enfado del piloto de Ferrari.

Vettel cruzó la línea de meta en primera posición y la sanción de cinco segundos añadidos le quitó el triunfo frente a Hamilton, que se limitó a controlarle para sumar otra victoria. Después de una breve conversación y antes de subir a la sala del pre-podio, Vettel volvió al parque cerrado e intercambió los números del Mercedes y el Ferrari, poniendo el 2 ante el coche de Hamilton y el 1 a un desierto espacio en el que no estaba su SF90. El público y los mecánicos aplaudieron el gesto y llegaron a abuchear a Hamilton de forma fea, hasta el punto en que Vettel pidió que cesase la bronca de forma cortés y adecuada.

Pero esta situación no deja más que ampliar una comunicación extraña. Liberty Media se ha empeñado en dar una imagen añadida a sus pilotos como valores visuales de la Fórmula 1, hecho que deja el gesto de Vettel como un caramelo muy utilizable para futuras ediciones de vídeo. Es una pena que una excitante lucha por la victoria quede relegada por una sanción discutible y un berrinche innecesario post-carrera. Sin embargo el show debe continuar y la F1 saldrá beneficiada de esto, no solo por vender más sino por adecuar un molde a un producto que las masas seguirán consumiendo, haya o no cambios de números o de caracteres.

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