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Los paraguas de Sebastian Vettel y la visera abierta de Lance Stroll

La carrera del Gran Premio de Alemania 2019 fue toda una locura. No solo los Mercedes-AMG F1 tuvieron su peor domingo de la era híbrida, por errores de los pilotos y del equipo (curiosamente en el que han hecho un seguimiento los responsables del documental de Netflix a Lewis Hamilton), sino que además la curva 16 se cobró numerosas víctimas comenzando con Charles Leclerc o Nico Hülkenberg y situación de la que el propio Hamilton y Carlos Sainz Jr. salieron relativamente indemnes de sus respectivos percances. Otros como Kimi Räikkönen hicieron toda una exhibición de cómo le ha ayudado su paso por el WRC para saber entender el coche en condiciones muy deslizantes, salvando la situación con maestría.

Fue una auténtica pesadilla para los equipos y para los pilotos. Era necesario elegir el momento justo y la situación adecuada para realizar los cambios de neumáticos y si en ocasiones parecía que habías acertado el momento óptimo para utilizar los slicks, entonces entraba el factor del piloto y lo delicado que es llevar estos monoplazas en condiciones con tan poco grip. En ese momento brilló la experiencia y también despuntaron los que quizás menos se jugaban en el campeonato.

Esto nos llevó a ver hitos como el de Lance Stroll liderando la carrera, el podio final de Daniil Kvyat o la remontada de Sebastian Vettel, del 20º al 2º. Quizás no fue la carrera más deslumbrante del alemán. Es más, en muchos momentos se le vio sufriendo tanto con el ritmo de carrera como adelantando a otros rivales con coches teóricamente menos competitivos. Le funcionó la técnica ‘David Coulthard’, la de la recuperación silenciosa en la que sin saber cómo te encuentras en la recta final del Gran Premio con opciones.

El alemán y el muro de Ferrari clavaron cada una de las decisiones. Fueron los primeros en dejar el neumático de lluvia extrema por el intermedio durante el Safety Car provocado por el accidente de Checo, mientras que también fue uno de los primeros en recurrir al slick a pesar de que en la zona del Pit-Lane llovía con constancia. En ese momento fue la comunicación por radio y la evolución del radar los que le llevaron a tomar la decisión, aunque Vettel también dijo haberse fijado en los paraguas de los aficionados, cerrados en las gradas, lo que era un buen indicativo de que en la zona del Motordrome había cesado la lluvia.

He tenido algunos problemas con el intermedio al principio. He empezado a mirar a los fans en la grada para ver si aún tenían el paraguas abierto porque a nadie le gusta mojarse. Si los tenían cerrados sabía que podía apretar. Y ahí cambié a los neumáticos de seco. La gente era cautelosa y yo, en cambio, lo he dado todo y he podido hacer buenas maniobras en la recta de atrás. La batalla ha sido larga hasta ser segundo

En el caso de Lance Stroll, no pudo repetir el podio conseguido en Azerbaiyán 2017, sin embargo, el canadiense estuvo donde tenía que estar y con la calma suficiente como para materializar el resultado sabiendo que su compañero de equipo llevaba fuera desde la segunda vuelta. No fue únicamente una estrategia suicida por su parte, sino que tal y como reconocía el propio piloto, había evaluado

Creo que estaba liderando la carrera en un momento dado. Un pequeño error en la curva ocho permitió que Daniil (Kvyat) nos pasara y eso fue un poco decepcionante, pero aparte de eso, fue una carrera agitada y estuvimos en la parte de atrás durante la mayor parte del tiempo. Sin embargo, a falta de 20 vueltas estábamos con el neumático correcto y eso es todo lo que cuenta. Hubo un momento en el que estaba conduciendo por el circuito con el visor medio abierto durante una vuelta completa, mirando e inspeccionando el asfalto para ver si era lo suficientemente bueno para los slicks y tuvimos que correr el riesgo con esas 20 vueltas para el final.

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Iván Fernández

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