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Objetivo Rally Dakar 2020: ¿Qué tiene sobre la mesa ASO para la próxima edición?

¿Y ahora qué? Esa es la pregunta que nos queda después del Rally Dakar 2019. Tuvimos una edición con mucha arena, con dos días de fesh-fesh que pillaron a muchos a contrapié y con una sensación de que sí habíamos tenido un año muy difícil, pero que sin embargo se habían perdido algunas de las características de la prueba por el camino. Y es que, si bien es cierto que muchos echaban de menos las dunas y el desierto, la necesidad de hacer un itinerario en solo un país y el formato bucle terminó por dar la sensación a los competidores de que se estaba siempre rodando en el mismo escenario, como el chiste de la zanahoria y la cinta mecánica de correr.

Obviamente, si lo miramos de forma fría, la prueba se llevó adelante con las garantías necesarias. Etienne Lavigne respiraba aliviado ya en su regreso a Lima el 17 de enero, sabedor de que habían salvado una importante bola de partido en un momento muy complicado. Menos de 3.000 kilómetros cronometrados que nos permitieron ver una filosofía de prueba distinta. No había lugar para los errores, pero tampoco se rodó al ritmo brutal que nos había acompañado durante las últimas ediciones, en gran parte porque la arena obliga a una aproximación competitiva distinta.

Tuvimos algunos meses turbulentos entre abril y agosto [2018], no sabíamos en qué trabajar y, en julio, no teníamos ni idea de cuán grande sería la respuesta por parte de los competidores, por lo que la mayor sorpresa fue el gran número de participantes. Puedo entender las críticas, pero la calidad de una ruta no está determinada solo por los kilómetros, pero esta vez las etapas fueron más cortas, pero más técnicas e intensas, y también fue un Dakar auténtico y exigente – Etienne Lavigne a Motorsport-Total

Sus declaraciones dejan entrever que se sigue trabajando en recuperar a Chile y Perú como parte del programa. La situación económica de ninguno de los tres parece ser la óptima, y ya vimos que algunos de ellos dieron la espalda en el último momento a ASO, algo que hizo rescatar ese plan B mencionado por Etienne. Ahora se quiere un recorrido de nuevo con tres países involucrados, algo que permita que haya “tres terrenos distintos y una gran variedad de pruebas para sorprender a los competidores”.

En tres o cuatro meses como máximo deberíamos tener en nuestras manos un primer borrador ya con los países que se atravesarán. Además de hablarse de si FIA o FIM podrían estar algo más involucrados, en lo que debería ser el broche de la temporada de la Copa de Rallyes Cross-Country como sucede en el WEC con Le Mans. Chile (a través de inversionistas privados) y Paraguay parecen interesadas en entrar en el menú de la carrera, con emisarios de los primeros destinados en la salida ceremonial y con guaraníes ya dejando entrever hace dos años que quería tener más peso en la carrera.

Por medio, Argentina, la cual en la situación actual económica parece que será difícil de conseguir que el gobierno de la Republica pueda volcarse de nuevo en la carrera, algo que debería empujar a las instituciones regionales (se habla de pasos clásicos como Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero, Formosa y Chaco) a negociar personalmente con ASO. Cuatro países integrados en una prueba de al menos 13 etapas sería sin duda una gran forma de olvidar esta ajetreada edición 2019. Veremos, porque África, Rusia/China o los Emiratos parecen todavía ciertamente lejanos y en este último caso, sería muy complicado volver a ofrecer una carrera con distintos escenarios.

Es realmente un dolor de cabeza. Yo sé que no podemos permitirnos el tener el mismo calendario que hemos tenido este año, por varias razones, porque es un evento largo para organizarlo bien, además necesitamos tener una preparación más larga en el futuro para poder comunicarnos bien, tener proyectos a largo plazo y no presionarnos con un calendario corto – Etienne Lavigne a Paco Grande (RTVE)

 

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