ESPACIOS
COMPETICIÓN
Cerrar CERRAR
Competición

6 MIN

Porsche 961, el Grupo B que apenas compitió y que llevó la tracción total a Le Mans

La era de los Grupo B siempre ha sido una de las más queridas por los aficionados, no sólo por las máquinas que se llegaron a ver competir, especialmente en los rallyes, totalmente irrepetibles, sino también por todas aquellas que prácticamente ni llegaron a debutar en el momento en el que se decidió poner punto y final a la normativa. Uno de aquellos vehículos fue precisamente el Porsche 961, un Grupo B de pleno derecho con tracción total que apenas llegó a disputar carreras y del que en principio sólo existe una unidad operativa… Y hoy es el momento de que la veas rodar sobre el asfalto.

Creado sobre la base del Porsche 959, este deportivo germano nacido en la segunda mitad de la década de los ochenta realmente nunca tuvo como objetivo participar en la disciplina de los tramos y de la lucha contra el crono, sino que fue creado específicamente para competir en las 24 Horas de Le Mans. Se trató de uno de los conceptos más evolucionados tecnológicamente por parte de Porsche ya que en él se conjugaron sistemas como la tracción total, el doble turbocompresor KKK secuencial para el motor flat-6 de 2.847cc y una caja de cambios de seis velocidades, elementos de los que se obtuvo la suficiente información y datos como para que muchos de ellos llegaran también a los deportivos de calle.

Porsche 961 en acción durante Le Mans, acompañado de un clásico de carreras.

El Porsche 961 por tanto no se convirtió en leyenda gracias a sus éxitos deportivos, sino que lo consiguió como un laboratorio de pruebas rodante, razón principal por la que Porsche decidió involucrarse en la normativa Grupo B ya que se trataba de la que más libertad técnica dejaba. Con el 956 como gran representante entre los Grupo C peleando año tras año por la corona de las 24 Horas de Le Mans, se encontró la libertad suficiente como para encarar un nuevo proyecto para explorar las bondades de la tracción total.

Comenzó con el Rally Dakar, donde no sólo triunfo el Porsche 953 en 1984, sino que dos años más tarde también lo lograrían con el 959 que, si bien no parecía estar listo para enfrentarse a Audi, Peugeot, Ford o Lancia en los tramos del WRC, sí que demostraban tener una fiabilidad increíble para superar las duras etapas en el desierto.

Porsche 961 en acción, mostrando su perfil lateral y trasera emblemáticos en Le Mans.

Esa base del 959 parecía entonces lo suficientemente buena como para diseñar en torno a ella también un modelo para competir en circuitos, aprovechando de paso en que por aquel entonces parecía que no había problema para llegar a la producción de al menos 200 unidades para su homologación y que además se daba margen para una variante Evo con un número reducido de sólo 20 unidades extras más con dicha especificación.

Nacía de esta forma el proyecto Type 961 encabezado por el ingeniero jefe Roland Kussmaul y con el objetivo en mente de competir en las 24 Horas de Le Mans a base de adaptar todo lo posible el concepto 959, con una carrocería mucho más aerodinámica, una importante reducción de peso de los 1.450 kg a los 1.150 kg (50 kilos por encima del peso mínimo), mientras que el motor pasó de los 450 CV a los más de 640 a 7.800 rpm con los que estuvo en su estreno en el Circuito de La Sarthe.

Debut sin apenas tiempo de desarrollo y fin:

Porsche 961 en toda su gloria deportiva, perfilando curvas en Le Mans.

Puede parecer que todos estos proyectos nacen bien a la primera, pero lo cierto es que la primera toma de contacto de René Metge, perfecto conocedor del 959 y de Le Mans no dejó sensaciones especialmente positivas. El coche era muy inestable especialmente en recta y en las curvas rápidas, algo que llevó al equipo a improvisar prácticamente in situ un nuevo deflector a introducirse en el alerón trasero para dar algo más de aplomo en el eje trasero. Quizás la nueva colocación de los radiadores, por encima del motor, pudo afectar al centro de gravedad, pero al menos con la introducción de esta aleta de aluminio se consiguió mejorar las sensaciones al volante de Metge aunque se tuvo que renunciar a algo de velocidad punta.

Su estreno en las 24 Horas de Le Mans de 1986 no estuvo exento de problemas e incluso su velocidad a una vuelta no fue demasiado prometedora, sin embargo, René Metge y Claude Ballot-Lena fueron ganando poco a poco posiciones con el paso de los kilómetros en carrera, hasta el punto que llegaron séptimos de la general y consiguieron ser los primeros clasificados dentro de la clase IMSA GTX en el que ellos eran los únicos representantes bajo la normativa Grupo B.  Habían hecho historia: era el primer modelo con tracción total que había participado y completado una edición de las 24 Horas de Le Mans.

Porsche 961 en pleno desempeño durante la competición de Le Mans.

El desarrollo continúo ese año hasta la edición de la carrera francesa en 1987, hasta que un error de Kees Nierop, que pasó de vueltas el motor al bajar de sexta a cuarta por error, llevó a que las ruedas traseras patinaran y el coche tuviera un accidente contra las protecciones. El motor seguía funcionando y por ello trató de regresar a boxes, sin embargo, en el impacto, los paneles plásticos que habían servido para reducir al máximo el peso total del conjunto (seguía en 1.150 kg para los 680 CV que había conseguido para su segunda participación) terminaron rozando con superficies calientes, lo que deparó finalmente un conato de incendio y el abandono definitivo.

Con el fin de los Grupo B, el proyecto Type 961 no tuvo demasiada razón de continuidad (Porsche seguía reinando en Le Mans con el Grupo C al alimón entre el 956 y su heredero el 962), por lo que Porsche decidió devolver la unidad a Weissach para repararla y dejarla en perfecto estado de conservación para el museo de la marca. Ahora, gracias al espectacular canal de Robbert Alblas tenemos la oportunidad de ver la única unidad existente rodando en el Circuito de Zandvoort.

Cargando...