Durante la primera sesión de pruebas abiertas para las 500 Millas de Indianápolis, Takuma Sato perdió el control de su coche a 375 km/h estrellándose contra el muro, registró un impacto de 94 G, y aunque el piloto japonés apenas sufrió contusiones leves, su monoplaza quedó inutilizable puesto que el chasis Dallara DW12 no quedó apto para ser reutilizado. Esta contrariedad representa un fuerte tropiezo para el equipo Rahal Leterman Lanigan Racing porque el coche malogrado era totalmente nuevo y ahora han tenido que adquirir otro chasis para ensamblar un nuevo monoplaza, con la pérdida de recursos que ello significa.
Sato, dos veces ganador de la Indy 500, estaba en la cima de la tabla de tiempos cuando ocurrió el percance, fue capaz de recorrer el óvalo a 232.565 mph, lo que dejaba entrever que su monoplaza estaba bien preparado para afrontar la carrera. No obstante, por causas de fuerza mayor, se deberá construir otro coche número 75 para las pruebas de clasificación. La noticia positiva de la jornada fue que a pesar del impacto, la celda de seguridad del piloto no sufrió daños de consideración, así que aprobó esta difícil evaluación para beneplácito de Dallara y de la IndyCar.
Según explicó Jay Frye, quien fue nombrado recientemente como presidente de RLL, el equipo compró un nuevo chasis en la sede de Dallara en los Estados Unidos y además recuperó una carrocería para iniciar el ensamblaje de otro coche para Sato. Los trabajos están en marcha para que este monoplaza de reemplazo esté listo para los siguientes entrenamientos el próximo martes 13 de mayo. Este incidente será otro en la colección de Sato, quien desde su llegada a la Fórmula 1 demostró ser temerario, lo que le hizo ganar el aprecio de los seguidores del deporte motor. Igualmente en los Estados Unidos llegó a convertirse en uno de los pilotos más queridos por el público debido a su ambición y valentía.