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El otro gran proyecto de SCG es un buggy para la Baja 1000 inspirado en la Luna y en Steve McQueen

Cuando hablamos hace unos meses de los planes que tenía previstos la Scuderia Cameron Glickenhaus, además de estudiar el reglamento de Hypercars para el Mundial de Resistencia a partir de la temporada 2020-21, el equipo estadounidense anunciaba un nuevo proyecto orientado hacia el off-road, concretamente para competir en la Baja 1000 y después realizar una segunda función como suele ser habitual en el caso de los modelos creados por la estructura de Jim Glickenhaus. Sin embargo, este nuevo vehículo parece que será incluso más especial.

Y es que el productor de cine no ha podido desperdiciar la oportunidad de hacer un guiño a una de las grandes estrellas de cine de la década de los setenta, Steve McQueen, ni tampoco a uno de lo eventos que han sido clave para la humanidad en el siglo pasado, la llegada del hombre a la Luna. El SCG Boot es precisamente eso, una oda al buggy que diseñó el creador de los Rover lunares, Vic Hickey, denominado como Baja Boot. Las dos unidades que fueron construidas con mecánica de General Motors y fueron compradas por McQueen y precisamente con ellas compitió en la Stardusts 711 y en la Baja 1000 de 1969.

Ahora, cincuenta años después, el plan de Glickenhaus pasa por el de realizar un tributo en forma de buggy todoterreno que además tenga la capacidad para rodar legalmente en vías públicas, que pueda ser anfibio (quieren ponerlo a prueba en el estrecho de Bering) y que obtenga el récord de conducción a mayor altitud (el actual registro está en posesión de un Suzuki Samurái). La intención en carrera precisamente es la de competir en la edición 2019 de la Baja 1000, competición que este año fue noticia con el incidente entre Alexander Rossi y un espectador en el que afortunadamente no hubo que lamentar un problema de consecuencias más graves.

En este caso, el SCG Boot contará con un motor V8 LT4 de 6.2 litros con 650 CV de potencia (el mismo empleado por el Corvette Z06, el segundo motor más potente alguna vez ofrecido en un Chevrolet) mientras que la versión de producción confiará en el LT1 de 460 CV que llevaba el Stingray de séptima generación. Al igual que pretende hacer en las 24 Horas de Le Mans, Jim Glickenhaus quiere que su buggy compita en las pistas desérticas de Ensenada, sea readaptado para rodar legalmente y volver a la factoría por carretera.

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Iván Fernández

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