Lejos quedó el tiempo cuando el Ford Falcon y el Holden Torana simbolizaban el poderío australiano en el deporte motor, el campeonato rebosaba en una identidad que llegó a su zenit cuando el Falcon y el Commodore se repartieron las victorias y los títulos durante 26 años consecutivos, pero Ford y General Motors acabaron con la independencia de sus filiales en Oceanía, inclusive desde la desaparición de Holden todo cambió, el Supercars es prácticamente un apéndice de la NASCAR, lo que se hará más evidente cuando Toyota debute el año que viene. Aunque la organización pretenda vender una imagen de autonomía con respecto a otros campeonatos, es evidente que desde Detroit toman las decisiones. Las amenazas de retiro por parte de Ford Racing y la desaparición del Camaro han causado muchos dolores de cabeza al Supercars, cuyos directivos no tienen otra opción que resignarse ante los designios de ambos fabricantes estadounidenses.
Desde que el Camaro dejó de fabricarse, Chevrolet afronta un inconveniente porque sus éxitos en las pistas no se traducen en ventas comerciales, así que no tiene sentido realizar grandes inversiones cuando no habrá ganancias. En la NASCAR, el fabricante reveló que hasta ahora no tiene un plan B, es decir otro modelo que cumpla con la normativa de la categoría, situación que les tiene compitiendo con sus coches solamente con el emblema de la marca y el nombre Chevrolet, lo que también se advierte en el Supercars. No obstante, de igual manera ganó la NASCAR Cup Series con Kyle Larson y además marcha al frente del Supercars con Broc Feeney. Así que será otra temporada exitosa para el Camaro de Chevrolet que no se podrá traducir en un retorno de los recursos puestos en ambos programas.
Ahora el Supercars ha comunicado que van a seguir los lineamientos de General Motors puesto que el fabricante adquirió un compromiso con el campeonato y en tal sentido están dispuestos a adoptar lo que hagan en la NASCAR, así que el kit aerodinámico que debutará la próxima temporada en la Cup Series debería llegar a Australia para actualizar también las carrocerías de Camaro que poseen sus clientes Matt Stone Racing, PremiAir Racing, Erebus Motorsport y Equipo 18 años. Más allá de esta novedad, se espera que General Motors reduzca considerablemente la inversión tras romperse la sociedad con Triple Eight Race Engineering, el equipo más fuerte del Campeonato y el que era su equipo de homologación desde la era Holden.
El Supercars va a seguir a la NASCAR en todo, incluyendo lo que decida hacer General Motors a partir de 2028, año en el cual culmina el contrato entre el fabricante estadounidense y la categoría australiana, ya que se pronostica un dominio del Ford Mustang a partir del año que viene, lo que complica todavía más el panorama cuando se advierte que también Toyota se une a la fiesta con un Supra actualizado. En este escenario habrá que ver cuánto soporta Chevrolet en Australia en medio de los reveses que se aproximan.
Vía Speedcafe
