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Wayne Taylor Racing obtiene su tercer triunfo en cuatro años en Daytona, Antonio García queda lejos del podio

La Rolex 24 volvió a ser un desecho de duración infinita y longitud desmesurada ante la falta de acción en pista más allá de sitios aislados. Apenas cinco cautions surgieron en el evento de un día de duración y sin embargo ninguno de los cuatro polemans ha llegado el primero bajo la bandera a cuadros. Mazda y los Porsche de GTLM han perdido ritmo después de una noche sólida con opciones de victoria, al mismo tiempo que PR1 Mathiasen y el Porsche dominador de GTD han caído en problemas técnicos de diferente índole. Cadillac, DragonSpeed, BMW y Lamborghini han sido los afortunados que se llevan la victoria y el reloj de lujo a casa en 2020.

El triunfo del coche de la familia Taylor no estuvo en entredicho desde que salió el sol a pesar de una inconveniencia nada oportuna. Y es que Ryan Briscoe pasó el semáforo del final del pit lane cuando estaba en color rojo en el último cuarto de la prueba, perdiendo una vuelta de sanción que recuperó con celeridad entre cautions. El propio Briscoe arregló su desaguisado a base de vueltas rápidas y Kamui Kobayashi sentenció a los rivales de forma aún más veloz, complementando así el ritmo nocturno letal de Scott Dixon y la corrección de Renger van der Zande. Ni Acura ni Mazda (en su primera carrera acabada en Daytona) pudieron seguir al Cadillac #10.

James Calado pinchó a falta de una hora y 23 minutos cuando iba quinto en GTLM y dejó ciertos restos en la trazada de la chicane que no sirvieron para activar la caution, manteniendo así la emoción entre GTs hasta que Porsche se descuidó en la última hora. Nick Tandy dejó pasar a Earl Bamber para que el #912 persiguiera al BMW #24 pero les estorbó brevemente en el acceso a la primera curva y el neozelandés no pudo seguir el ritmo del coche bávaro más adelante, quedando rezagados ambos Porsche a una excitante pelea por el segundo puesto. El Corvette perdió distancia y no inquietó a los 911 en la parte final.

Kobayashi, Dixon, Briscoe y Van der Zande se impusieron al Mazda de Oliver Jarvis, Olivier Pla y Tristan Nunez y al JDC-Miller de Sébastien Bourdais, João Barbosa y Loïc Duval. El primer Penske finalizó a cinco vueltas, con el dañado #7 a 22 giros del ganador. El Mazda #55 y el Action Express acabaron a 10 y 11 vueltas respectivamente, después de distintos daños en pista y de mecánica. DragonSpeed gestionó bien los tiempos de Ben Hanley y Harrison Newey para vencer en LMP2, seguido del PR1 Mathiasen de Gabriel Aubry, Simon Trummer y Ben Keating y del novedoso Era Motorsport guiado por Nicolas Minassian y sus dos propietarios.

GT Le Mans desembocó en una pelea bonita de final descafeinado, hecho que no impidió a la categoría de élite de los Gran Turismo mundiales. BMW ganó por segundo año consecutivo gracias sobre todo a la capacidad de lucha de Jesse Krohn y John Edwards, ayudados por la solidez de Augusto Farfus y Chaz Mostert. Los Porsche completaron el podio, el #912 de Bamber, Laurens Vanthoor y Mathieu Jaminet delante del #911 de Tandy, Fred Makowiecki y Matt Campbell. Antonio García llegó a situarse segundo pero la luz del sol oscureció el rendimiento del Corvette y Jordan Taylor y Nicky Catsburg no pudieron pasar de la cuarta posición.

La avería del Porsche #9 (finalizado a 48 vueltas) dejó el abanico abierto en GT Daytona, categoría de nuevo dominada por los vehículos del grupo VAG aunque con color italiano. Andrea Caldarelli tiró del Lamborghini de Paul Miller y se impuso (junto a Madison Snow, Bryan Sellers y Corey Lewis) al Huracán de Marco Mapelli (en el debut de Magnus con el coche de Andy Lally, John Potter y Spencer Pumpelly). Mirko Bortolotti cerró el podio con el único Audi detrás del doblete de los vehículos de Sant’Agata Bolognese. Albert Costa acabó a 130 vueltas con problemas en su Lambo, mientras Álex Riberas se accidentó contra Eric Lux al comienzo de la noche.

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