Que el Aston Martin DB11 era la revolución que Aston Martin necesitaba es algo que está fuera de toda duda, y es que aunque la espera ha sido bastante larga, el DB11 se ha presentado ofreciendo un salto cualitativo y tecnológico inédito en la marca. Tanto es así que se han permitido el lujo de innovar muy por encima de lo esperado encontrando un nuevo motor 5.2 V12 Twin-Turbo, un sistema de infoentretenimineto Daimler de última hornada o una interesante solución aerodinámica denominada Aeroblade que permite eliminar la necesidad de alerones.
La aerodinámica es sin lugar a dudas uno de los campos más complejos a la hora de desarrollar un nuevo modelo, más aún si su talante deportivo te obliga a hilar muy fino para conseguir un deportivo «perfecto» con un paso por curva endiablado y una velocidad punta de infarto. El principal problema con el que se encuentran los fabricantes es con la necesidad de generar y gestionar carga aerodinámica para pegar el coche al suelo, pero esto posee el problema de que el exceso de carga supone un lastre para el avance.
Además nos encontramos con el hándicap estético que supone un coche plagado de aditamentos aerodinámicos en pos de ese downforce, algo que consigue convertir a esveltos deportivos en un escaparate de enormes spoilers y alerones. Para terminar con la tendencia de alerones cada vez mayores en tamaño e implicación estética, Aston Martin ha tirado de ingenería e innovación para crear el sistema Aeroblade implantando en el DB11 un sistema de aerodinámica activa que realiza las funciones de un alerón convencional, pero sin estar a la vista.
El Aston Martin DB11 necesitaba generar más downforce en el eje trasero sin exagerar el difusor trasero, y para ello la solución más evidente habría sido instalar un alerón sobre el portón posterior que consiguiera el apoyo necesario. Los diseñadores del DB11 no estaban por la labor, por lo que los encargados de desarrollar el nuevo DB11 se pusieron a trabajar en una herramienta capaz de canalizar el aire que recorre los laterales por el interior del pilar «C» hasta ser evacuado a través de un deflector móvil.
El sistema Aeroblade se adapta de forma automática en función de la velocidad, se activa a partir de los 80 Km/h y puede alterar la altura del deflector hasta un despliegue vertical de 6,35 cm. Gracias al sistema, que permanece oculto a baja velocidad, el Aston Martin DB11 consigue gestionar el downforce sobre el tren posterior de forma activa.
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