Aunque su figura no te confunda demasiado, este Citroën 2CV se ha comido a un Suzuki Samurai y el motor de un Chevrolet que da mucho que hablar. Conozcamos a LeSami, el bello engendro creado en EE.UU.
Un Citroën 2CV 4×4 sin dos motores
Si juntamos las palabras «4×4» y «2CV» en la misma frase, es probable que estemos hablando del Citroën 2CV Sahara. Ese coche bimotor que la Guardia Civil de España usó en entornos rurales en los años 60.
Pero aquí no ocurre eso. Solo hay un motor. Un bicharraco carburación que asegura el par motor necesario para que las 4 ruedas se muevan por cualquier superficie mediante el chasis de un Suzuki Samurai.






Citroen 2cv x Samurai x Chevy: el proceso
Su creador, un tipo apasionado de los coches (no podía ser de otra manera), agarró un Citroën 2CV de 1968. Como la carrocería era en lo que mejor estado se encontraba, la desmontó, la ensanchó 20cm y la plantó sobre el chasis de un Suzuki Samurai que, tras ser alargado 38cm, se conjugó perfectamente con la carrocería francesa.
Ahora era necesario un corazón a la altura del proyecto. El motor del Samurai o el del 2CV no estaban a la altura, ¡esto es Estados Unidos! Así que cogió uno motor Chevrolet Small Block de esos que todo americano tiene un par en el granero, y se lo metió. Un motor V8 carburación de 5.7 litros que probablemente desarrollaría menos CV que cualquier TDI, pero un par motor delicioso y constante para mover a este pequeño todoterreno.
No hay datos oficiales de rendimiento del motor, ni pruebas de sus capacidades fuera de la carretera. Lo que sí sabemos es que este cacharro se subastó en 2015 y pudimos conocerlo gracias a Bring a Trailer. Sin embargo, se desconoce por completo dónde terminó.






LeSami, detalles de un Citroën 4×4 que jamás podrás tener
Empezando por fuera, impresionan sus defensas, sobre todo la trasera, compuesta por las propias barras de salvamento. También la lata de gasolina y la rueda de repuesto acopladas a una estructura que se abate hacia un lateral, la baca que hace jaula antivuelco y la iluminación adicional que lleva acoplada.
Sorprende el agujero en una de las aletas delanteras. Podríamos asumir que sea la admisión del V8. Si fuera el caso, ¿no habría sido mejor un snorkel? Hablando de eso, ese bicharraco se ha encajonado ampliando el vano motor hacia los laterales cubiertos por las mismas aletas, logrando así mantener el capó original sin modificar. (Atención al detalle del logo de Chevrolet en la calandra).
Dentro es todo espartano, con los asientos tipo hamaca del 2CV forrados en cuero, los instrumentos encastrados en el salpicadero plano con los motores de los limpiaparabrisas a la vista. Fíjate que la radio es, directamente, una de las que se suele tener por casa.





