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Por qué el Ford Mustang EcoBoost tiene ahora 290 CV (en vez de 317 CV) y por qué no debería preocuparte

Si estás leyendo este artículo es porque en estos momentos estamos probando – o acabamos de probar – el nuevo Ford Mustang 2018. Hace ya un año que os hablamos del lavado de cara del pony car por excelencia, pero hemos tenido que esperar a marzo de 2018 para que el deportivo americano por excelencia desembarcase en Europa. Este artículo se centrará en el Ford Mustang equipado con el motor 2.3 EcoBoost, cuya potencia se ha reducido desde los 317 CV anteriores hasta los 290 CV. Te contamos por qué, y por qué no debería importarte.

El motor 2.3 EcoBoost de cuatro cilindros no fue el primer cuatro cilindros de la gama Mustang. En su segunda y tercera generación el pony car estuvo disponible con motores de 2,3 litros, en los «Fox body» también turboalimentados. Son en definitiva señas de identidad del coche más icónico fabricado por Mustang. En los Ford Mustang de sexta generación este motor turbo desarrollaba 317 CV, apenas 100 CV menos que el potente 5.0 «Coyote» V8, la motorización preferida por los puristas del deportivo.

Otra novedad importante en los Ford Mustang 2018 es una instrumentación completamente digital – y completamente personalizable – con una pantalla TFT de 12,3″.

Este 2.3 EcoBoost de cuatro cilindros es un motor de potenciación sencilla y buen rendimiento, con el beneficio adicional de unos consumos más aquilatados que los del sediento V8 atmosférico. Sin ir más lejos, el Ford Focus RS emplea una evolución del motor 2.3 EcoBoost del Mustang. Estamos acostumbrados a que en los lavados de cara los motores aumenten su potencia y prestaciones. En el caso del V8, su potencia crece hasta los 450 CV, pero el cuatro cilindros pierde 27 CV. ¿A qué se debe esto?

Como puede que estuvieras sospechando, las normativas anticontaminación tienen mucho que ver. De hecho, en EE.UU. el EcoBoost del Ford Mustang retiene la potencia con la que fue lanzado al mercado. Para Europa, Ford ha tenido que dotar a su sistema de escape con un filtro de partículas. El 2.3 EcoBoost es un motor de gasolina dotado de un sistema de inyección directa de combustible, motores sobre los que la última revisión de la normativa anticontaminación Euro 6 ha puesto el foco.

Un subproducto de la búsqueda de potencia y eficiencia en los motores de inyección directa es un aumento en la emisión de partículas. Según algunos estudios, emiten más partículas que un diésel Euro 6. Es por ello que varios fabricantes han recurrido a los filtros de partículas. El flujo de escape del motor está más restringido, y el 2.3 EcoBoost no puede ofrecer de forma constante los 317 CV que antes nos ofrecía. No obstante, esto no es un problema.

El par motor máximo de este motor ha pasado de 432 Nm a 440 Nm a 3.000 rpm, logrados mediante una función de overboost. La verdadera diferencia con respecto al EcoBoost previo la marca su caja de cambios automática de 10 relaciones. Esta caja de convertidor de par ha sido desarrollada junto a General Motors y es casi tan rápida y eficiente como un cambio de doble embrague, además de ser más suave y teóricamente fiable. Ya se emplea en varios Ford del mercado estadounidense y en coches como el Chevrolet Camaro ZL1.

Con esta caja de cambios el Ford Mustang EcoBoost de 290 CV hace el 0 a 100 km/h en 5,5 segundos, 0,3 segundos más rápido que con el anterior cambio automático de seis relaciones. Si lo escogemos con cambio manual tampoco se producirá una merma de prestaciones: el 0 a 100 km/h se mantiene en los 5,8 segundos anteriores. Por si esto fuera poco, en los Mustang EcoBoost automáticos el consumo medio se reduce desde los 9,8 l/100 km hasta los 9,2 l/100 km.

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