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Matra-Simca Rancho (1977): el pionero de los crossover llegó a la fiesta tres décadas antes de tiempo

Muchos pensamos que los crossover son un invento moderno, pero la realidad es que hay ejemplos de coches crossover en la industria desde hace décadas. Se nos ocurren ejemplos como el Subaru Outback o incluso el aún más extremo Volkswagen Golf Country. Pero podríamos ir aún más lejos en la búsqueda del antecesor de los BMW X2, Toyota C-HR y compañía. Podríamos viajar al año 1977 para conocer al Matra-Simca Rancho, un verdadero pionero de la fusión entre turismo y todoterreno. Fue un coche mucho más pionero y radical de lo que parece.

El proyecto Rancho nació para capitalizar la moda todoterreno iniciada por el Range Rover, que era adquirido por muchas personas que siquiera lo sacaban del asfalto. El Rancho era un coche que combinaba el espacio de una furgoneta con la practicidad de un familiar y la orientación lúdica de un coupé, aderezándola con una estética todoterreno. Aunque el coche fue vendido bajo las marcas Simca y Talbot, el coche fue desarrollado y producido por la francesa Matra. Matra partió del Simca 1100 para su desarrollo, concretamente de su versión VF2 comercial.

Matra Simca Rancho 1

Matra era un contratista, que vivía de encargos de otros fabricantes y una exigua línea de deportivos de fabricación propia.

Se alargó el chasis del Simca 1100 VF2 y se le instaló una «caja» trasera construida en fibra de vidrio y poliéster – la especialidad de Matra eran los materiales compuestos. Su carrocería fue adornada con paragolpes de plástico, y sus pasos de rueda y parte inferior fueron protegidas con plástico duro. Lo mismo ocurrió en su frontal, que presumía de dos bonitos faros «cuneteros». Sus llantas de 14 pulgadas – grandes para el año 1977 – fueron calzadas con neumáticos en medida 185/70 R14. Como podéis comprobar, muchas de sus soluciones están en el manual de primer curso de diseño de un crossover moderno.

En su interior el Matra-Simca Rancho estaba equipado con dos filas de asientos, pero opcionalmente podía equipar una tercera fila de asientos, albergando la posibilidad de llevar a bordo hasta a siete personas. En una configuración de cinco plazas, y pese a medir sólamente 4,31 metros de largo, el Rancho era un coche con un maletero gigantesco. La superficie de carga tenía 100 cm de ancho, 106 cm de profundidad y una altura máxima de 106 cm: estamos hablando de más de un metro cúbico, accesible mediante un portón partido en dos (con luneta practicable).

Matra Simca Rancho 9

El Rancho estaba a medio camino entre un Range Rover y un Citroën Mehari.

Las soluciones prácticas no terminaban aquí. Abatiendo los asientos traseros y delanteros se podía formar una superficie plana de 2,11 metros de largo y 0,98 metros de ancho. No solo fue un precusor de los crossover, también fue un verdadero precursor de los vehículos tipo camper. A nivel mecánico los Matra-Simca Rancho eran una amalgama de varios modelos de Simca. La mecánica era un sencillo 1.4 atmosférico de 80 CV, procedente de un Simca 1308 GT. El equipo de frenado y las suspensiones procedían del 1100, y su embrague y caja de cambios manual de los 1307/1308.

El motor estaba alimentado por un sencillo carburador de doble cuerpo Weber y su potencia era correctísima para la época, pero un peso de 1.160 kilos y unos desarrollos muy largos lastraban sus prestaciones. Otro punto en el que el Rancho fue un adelantado a su tiempo – aunque fuera fruto del ahorro de costes – fue en no equipar tracción integral. Algo que habría encarecido enormemente el precio del coche, además de hacerlo más complejo y pesado. Con todo, gracias a una gran altura libre al suelo podía superar con facilidad grandes obstáculos.

Matra Simca Rancho 10

Algunas versiones disponían de cabestrante y diferencial autoblocante opcional.

Y en verdad, la mayor parte del tiempo, el coche era conducido por carretera o pistas sencillas. El Matra-Simca Rancho se fabricó hasta el año 1984 y se vendieron 57.792 coches, una cifra excelente teniendo en cuenta que la planificación original fue de 25.000 coches. Matra aprovechó el impulso para presentar a Simca su idea inicial de un monovolumen de siete plazas. A Simca, bajo propiedad del Grupo PSA, le pareció demasiado costoso. Renault acabó recogiendo el testigo y en 1984 nació el Renault Escape, otra revolución en sí misma.

Matra acabó siendo adquirida e integrada completamente en el Grupo Renault al cabo de unos años.

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