Justo para las fechas en las que de manera extremadamente optimista se esperaba que los coches eléctricos protagonizaran prácticamente la totalidad de las ventas de Europa, es para cuando los fabricantes están empezando a dibujar estrategias comerciales que no lo confían todo a este tipo de propulsores, tal y como acaba de certificar Oliver Blume, CEO de Porsche y el Grupo Volkswagen, con la última de sus afirmaciones.
Y es que, tal era la confianza de la firma de Stuttgart en el coche eléctrico, alimentada tanto por las exigentes políticas europeas como por, en gran medida, el temprano éxito del Porsche Taycan (que después ha terminado desinflándose) que se atrevió a convertir en un coche 100 % eléctrico al modelo que mayor volumen de ventas ha tenido estos últimos años, el Porsche Macan. Una visión que ha terminado por no ser la adecuada, a tenor de las ventas que está logrando, ante lo que ya ha tenido que actuar.

Porsche Macan
Imágenes del Porsche Macan actual






Imágenes del Porsche Macan (generación anterior)






Con motivo de la presentación de los resultados trimestrales de la compañía, Blume ha profundizado en la materia de producto y su planificación a medio y largo plazo, no sólo dejando entrever, sino confirmado con sus propias palabras, que la compañía tiene que apostar por una oferta de motores variada que le permita sostener su economía en caso de cambios en las preferencias de consumo o situaciones distintas a las previstas.
Teniendo en cuenta que además de CEO de Porsche, también lo es del Grupo Volkswagen, sus declaraciones no deberían tomarse en vano, pues gran parte de lo que aplique a la firma de Stuttgart podría ser trasladado de manera directa a todo el consorcio.
La situación que tiene Porsche a día de hoy es que ha dejado morir comercialmente el Macan, que estos últimos años ha sido su gran baza en el campo de las matriculaciones. Ahora es eléctrico y no se vende al ritmo que estaba previsto. Estaba previsto que sucediera lo mismo con el Cayenne, pero los alemanes han aprendido la lección y comercializarán en paralelo el Cayenne eléctrico que está por venir y el modelo que todos conocemos, el que se vende de día de hoy tanto con mecánicas térmicas como híbridas enchufables. Algo similar a lo que está empezando a hacer Audi, como hemos visto con el A6 que, primero fue lanzado como un coche 100 % eléctrico, pero que finalmente ha terminado por tener una versión completamente distinta a la venta con motores híbridos ligeros.
Sobre el futuro modelo que la marca ha confirmado que venderá en paralelo al Macan, el propio Blume se ha referido a él como el «B-SUV» en el que están trabajando, aunque no en el sentido del segmento en el que plantean comercializarlo (aunque un Porsche del tamaño de un SEAT Arona sería un verdadero pelotazo comercial), sino más bien catalogándolo como el «plan B» de la casa para un SUV paralelo al Macan. No se espera, por ello, que comparta nombre con el D-SUV de la firma.
Anterior Porsche Macan de gasolina.
Se tiene que dar prisa la marca en desarrollarlo para no verse en una situación comprometida. De hecho, admite que están «acelerando el proceso con tiempos de desarrollo muy cortos», así como «creando un Porsche muy, muy típico para este segmento, y también diferenciado del Macan eléctrico».
Teniendo en cuenta los tiempos de desarrollo y cómo se han gestado los últimos nacimientos en el seno del Grupo Volkswagen, todo apunta a que este nuevo SUV tomará como punto de partida la base sobre la que se han diseñado los nuevos Audi A5 y Q5, que recibirán variantes híbridas enchufables próximamente, pero que han sido lanzados con mecánicas híbridas ligeras en primera instancia.
Quedamos, por tanto, emplazados al lanzamiento de este nuevo SUV de tamaño medio de Porsche, que teniendo en cuenta los más de 82.000 euros que cuesta el actual Macan, se convertirá en el modelo más económico de la firma, lo que ya de por sí debería impulsar las matriculaciones de Porsche desde el mismo momento en el que sea presentado al público.