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Tres razones por las que unos frenos carbocerámicos cuestan más que un coche de segunda mano

Con 9.266 euros es posible acceder a una considerable cifra de coches de segunda mano… y también un único juego de frenos carbocerámicos. En torno a esta cifra se orquesta uno de los vídeos de Jason Fenske, el ingeniero mecánico que está detrás del canal de YouTube ‘Engineering Explained’. El mismo que desvela las tres razones por las que unos frenos carbocerámicos son tan caros… y cuestan más del doble de lo que invertí en mi primer vehículo.

Jason Fenske toma como ejemplo un juego de frenos carbocerámicos de Brembo que cuestan 10.000 dólares (9.266 euros según el cambio actual). Para el común de los conductores esta cifra está fuera de nuestro alcance, pero aquellos que pudieran permitírselo puede que no comprendan por qué son tan caros. Son tres los motivos que explican las diferencias entre un disco de freno tradicional y uno carbocerámico.

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Los materiales

El primero salta a la vista: los discos de freno tradicionales suelen ser de hierro fundido porque es un material resistente a las temperaturas extremas y tiene unos costes de producción más bajos que el carbono. A esto hay que añadir que los sistemas de sujeción que emplean los frenos carbocerámicos son de mayor calidad para que tengan una vida útil más larga.

La producción

Para fabricar un disco de hierro fundido se necesitan 90 minutos: nada que ver con las tres semanas que son necesarias para unos frenos carbocerámicos. ¿Por qué requiere tanto tiempo? El proceso de producción no está completamente mecanizado y, además, la hoja de ruta se compone de muchos más pasos que son más complicados. Razón por la que se necesitan profesionales y equipos muy especializados.

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La cantidad

La industria produce muchos más discos de hierro fundido que frenos carbocerámicos y, en consecuencia, los componentes necesarios para hacer estos últimos también se fabrican en cantidades muy pequeñas.

¿Merecen la pena los frenos carbocerámicos?

Este componente está asociado a los modelos más prestacionales del mercado y al mundo de la competición: sólo en este tipo de contexto merece la pena semejante inversión porque las ventajas de los frenos carbocerámicos no se notarán en el día a día de tu coche. Y tampoco sacarás provecho de ellos cuando salgas de tramo los sábados o los domingos, créeme.

Su precio no es impedimento, claro está, para reconocer las bondades que brinda juego de frenos carbocerámicos: su vida útil, como decíamos antes, es más larga y su menor peso influye en el rendimiento del coche. Hay que tener en cuenta que los de hierro fundido que Jason Fenske muestra en el vídeo pesan 16,5 kilos por los 7,4 kilos de los carbocerámicos.

Con ellos es posible mejorar los tiempos de aceleración, el agarre o el comportamiento del vehículo porque, al mismo tiempo, reducen la masa no suspendida (la que no está soportada por las suspensiones). Al ser más estables, además, no se deformarán a altas temperaturas ni causarán vibraciones y como reducen el polvo de los frenos, las ruedas (y el medio ambiente) sufrirán menos.

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