Hace unas semanas fuimos invitados por Honda a Lisboa, donde nos presentaron una de sus últimas novedades. Una novedad de corte deportivo, con 182 CV de potencia y una puesta a punto donde prima la diversión de conducción. El coche en cuestión era el Honda HR-V Sport, un crossover compacto que no suele asociarse a un producto pasional, pensado con los conductores en mente. La marca japonesa nos instó a conducirlo, y tras dos días al volante, responder a una simple pregunta: ¿puede un crossover compacto, práctico y sensato, ser también un coche picante que deseemos conducir? Tienen nuestra completa atención.
El Honda HR-V lleva entre nosotros desde el año 2015. En 2019 el crossover ha recibido un lavado de cara, que ha mejorado varios enteros su estética, un punto en el que pecaba de ser excesivamente sobrio, casi tímido. Sabemos que la receta estética de un crossover compacto debe ser agresiva y llamativa, y es exactamente los ingredientes que Honda ha echado en la coctelera en este lavado de cara. Los faros son mucho más afilados y la calandra de color cromada tiene un aspecto bastante imponente. Se pueden ver claros paralelismos a nivel estético con el Honda Civic, su hermano mayor, con quien esta versión Sport comparte su mecánica.
¿En qué cambia el Honda HR-V Sport?
Con respecto a otros Honda HR-V los cambios del Sport son relativamente sutiles, a decir verdad. Gana agresividad y deportividad con sutiles aplicaciones de color oscuro. Por ejemplo, la calandra es de color negro brillante, y tanto su parte inferior como el paragolpes cuentan con una rejilla tipo nido de abeja. Tiene un splitter delantero y unos pasos de rueda ligeramente más abultados, además de unas taloneras algo más grandes. Siguiendo una filosofía discreta, presume de unas llantas exclusivas de 18 pulgadas, pintadas en color negro mate. En la parte trasera encontramos unos pilotos ahumados, cromados oscuros y dos colas de escape en el paragolpes.
No tiene una imagen tan rabiosa y macarra como la de un Cura Ateca, sino que opta por una vía más elegante y sutil, pero también notoria. Las ópticas full-LED son de serie en la versión Sport del Honda HR-V. En su habitáculo también hay cambios, como son asientos deportivos, con una tapicería – mixta, de cuero y tela – que combina tonos rojos y negros. Aunque su instrumentación no cambia, sí tenemos un tapizado del techo en color negro y ciertos detalles que lo distinguen de otros compañeros de gama. En cuanto a acabados, el interior del Honda HR-V sigue contando con excelentes ajustes y materiales que se encuentran por encima de la media del segmento.
Antes de centrarme en su motor y dinámica, dos breves apuntes. El primero es que el interior del Honda HR-V y su maletero son posiblemente los más amplios del segmento – hay muchísimo espacio para las piernas en las plazas traseras y el maletero tiene 470 litros. El segundo apunte es que el sistema de infotainment Honda Connect ha recibido una sustancial actualización en este lavado de cara: ahora es por fin compatible tanto con Apple CarPlay como con Android Auto. En estos momentos muy pocos crossover del segmento se pueden permitir lagunas en conectividad o tecnología. Dicho sea esto, llega la hora del “salseo”: ¿cómo va este HR-V Sport?
Al volante del Honda HR-V Sport
Sólo se venden con una motorización, un motor 1.5 VTEC Turbo, que desarrolla 182 CV y un par motor máximo de 240 Nm, constantes entre las 1.900 rpm y las 5.000 rpm. Esto es, si estamos hablando de la versión manual, las equipadas con un cambio CVT de variador continuo pierden 20 Nm de par motor. Todos los Honda HR-V Sport son de tracción delantera, sin opción a tracción total. Aún así, gracias a un peso contenido, hacen el 0 a 100 km/h en 7,8 segundos, logrando una punta de 215 km/h. En primer lugar, me subo a una unidad manual y arranco el motor. Despierta con suavidad, asentándose en un ralentí firme como el pulso de un cirujano.
Comienzo a rodar a ritmos suaves y empiezo a apreciar varias de las cualidades que hacen famosos a los Honda. La primera es un tacto delicioso de la palanca de cambios, con recorridos precisos y muy cortos – como debe ser en un coche orientado a la diversión al volante. Su motor es turboalimentado, pero tiene un tacto casi atmosférico. Es un motor cuyo empuje crece de forma lineal, estirándose hasta el corte de inyección, rozando las 7.000 rpm. Un motor con carácter y con un sonido agradable, deportivo y con personalidad, sin ser demasiado aséptico o demasiado macarra – nada de petardeos ni resoplos, es un motor con un sonido redondo.
Y pese a tener un carácter muy progresivo, es contundente y responde con fuerza incluso a bajo régimen. Pero sin duda, lo que de verdad no esperaba eran encontrarme un chasis tan bien puesto a punto. Un chasis que combina de forma maestra el mimo al pasaje con un paso por curva firme, muy bien asentado. Me ha recordado al comportamiento del SEAT Ateca, pero con un punto más ligero y ágil, con una mayor sensación de comunión con la máquina. La culpa no es solo de una suspensión de excelente tarado, es culpa de unos nuevos amortiguadores – llamados Performance Dampers – que limitan los movimientos torsiones del monocasco.
Aunque su recorrido es de menos de un centímetro, consiguen que el paso por curva se sienta plano y controlable. A esta agilidad contribuye una dirección asistida de desmultiplicación variable, con un tacto preciso y una retroalimentación superior a la media del segmento. Un equipo de frenado con discos delanteros de 293 mm de diámetro se encarga de frenarnos adecuadamente si nos envenenamos – algo que resulta sorprendentemente fácil. El Honda HR-V Sport no cuenta con modos de conducción o un chasis adaptativo, pero no lo necesita: mantiene un buen equilibrio entre uso diario y deportividad latente.
Con todo, no es un coche perfecto. Mi queja se centra en un aspecto concreto: cuando suelto el acelerador, las revoluciones tardan cierto tiempo en caer. Esto es una bendición en una conducción tranquila o urbana, pero cuando “vamos fuerte” provoca que el embrague patine cuando vamos a subir de marcha, ya que el régimen del motor es más elevado de la cuenta. Aún así, podría vivir perfectamente con esta “molestia”. También pude probar una versión equipada con la caja de cambios CVT, que también me ha sorprendido para bien. Simula francamente bien la presencia de marchas y responde con rapidez. Muchos no la diferenciarían de un cambio automático convencional, si os soy sincero.
¿Cuánto cuesta el Honda HR-V Sport?
Es la hora de la verdad, la hora de conocer el precio de este Honda HR-V Sport. Su precio arranca en 30.450 euros. Es un precio de tarifa al que habría que restar descuentos por financiación, así como posibles campañas comerciales, adicionales a la actual. Cuesta 3.500 euros más que la versión Executive con motor 1.5 VTEC atmosférico – solo los Sport disponen del motor turbo de cuatro cilindros. No parece un gran sobreprecio, sobre todo teniendo en cuenta que es un coche con un amplísimo equipamiento de serie: los asientos mixtos, las llantas o el sistema multimedia Honda Connect son de serie, al igual que el control de crucero adaptativo, el detector de señales de tráfico o el sistema de frenada automática con detección de peatones, incluido de serie.
Entre sus rivales podríamos encontrar a los Nissan Qashqai con motor 1.6 DIG-T de 163 CV, los SEAT Ateca FR con motor 2.0 TSI de 190 CV… y no mucho más. Es un coche con pocos rivales de su tamaño y potencia, cuya dinámica no raya a un nivel tan alto. Una propuesta decididamente diferente, con mucha alma japonesa y cargada de personalidad. Recuerda que todos los precios actualizados, el equipamiento y las mejores ofertas del Honda HR-V los tienes, como siempre, en Qué Coche Me Compro.