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A subasta el Lambroghini Countach más mítico

Para muchos, el Lamborghini Countach fue el coche que protagonizaba las paredes de su habitación, especialmente en la década de los 80, aunque estoy seguro que aún sigue estando presente en unas cuantas. Sea como fuere, lo que está claro es que el superdeportivo italiano es un icono automovilístico, y es por ello que choca que alguien esté dispuesto a pagar 2 millones de dólares por una unidad destrozada. Pero no es cualquier unidad: es la que salió en la película El lobo de Wall Street.

Sale a subasta el Lamborghini Countach de la película El lobo de Wall Street

Y es que si sois amantes de los coches y visteis la mítica película de Scorsese, en la cual se relatan las desdichadas y catastróficas estafas de Jordan Belfort, seguro que prestasteis especial atención a la escena en la que el Countach tiene un papel bastante relevante. Concretamente, este es el deportivo en el que escoge Belfort gastar sus fraudulentos millones, una compra bastante «habitual» entre los millonarios del Miami de los 80, por ejemplo.

La escena nos muestra a un espectacular DiCaprio actuando en uno de los escenarios más habituales de la película: estar bajo los efectos de las drogas y estupefacientes. Así, podemos ver en una primera instancia como Jordan Belfort coge su flamante Countach y conduce a toda velocidad sin ningún tipo de estrago. Claro, dicha situación era la que él estaba imaginando, porque en su cabeza sonaba espectacular coger un superdeportivo de 455 CV en un estado que superaba con creces a la embriaguez.

¿El resultado? Una forma bastante peculiar de abrir la puerta de tijera -los que habéis visto la película sabréis de que estoy hablando- y un coche totalmente destrozado. Estado en el cual se mantiene a día de hoy la unidad y en el que llegará a su afortunado propietario. Pero, ¿cómo acabó el Countach así?

Lo creáis o no se trata de no solo un Lamborghini Countach original, sino también de una de las 658 unidades producidas del 25 Aniversario. Así, nos topamos con un Countach rematado en Bianco Polo junto a un interior en la misma tonalidad Bianco. Este cuenta, además, con el mítico alerón sobredimensionado que fue tan característico del superdeportivo italiano.

En sus entrañas, como no podría ser de otra forma, se encuentra el mítico V12 de 5.2 litros atmosférico capaz de producir 455 CV y 500 Nm de par, cifras que se gestionan por medio de una caja manual de tipo rejilla de cinco velocidades. Así, el Countach es capaz de cubrir el 0 a 100 en 4,9 segundos y de alcanzar una velocidad punta de 292 km/h. Aunque claro está que la unidad que hoy nos ocupa puede que no esté en condiciones de ofrecer dichas prestaciones.

Y es que el coche que salió en el Lobo de Wall Street -aunque bien es cierto que hubo otra unidad que salió en escasos momentos- se mantiene en el mismo estado en el que abandonó la película. Pese a que en la escena vemos como Belfort se estrella contra diferentes coches aparcados, buzones y demás, la realidad es que el Countach aguantó bastante bien los golpes, por lo que se decidió emplear un coche extra y una camioneta para conseguir el aspecto que conserva a día de hoy.

Es decir, como para echarnos a llorar. Estamos hablando de un Countach destrozado a nivel estético, situación que adquiere de la mano de golpes en la defensa, laterales y zaga. Sin lugar a dudas, la peor parte se la llevó el lateral izquierdo por cortesía de diferentes arañazos, desconchados de pintura y abolladuras de todos los calibres. Pese a ello, todo apunta a que la mecánica se mantiene intacta, especialmente si tenemos en cuenta que los golpes fueron controlados y expresamente provocados para dañar el exterior y que la unidad tan solo ha recorrido 23.898 kilómetros en sus 34 años de vida.

Sea como fuere, la casa subastas Bonhams Cars, quien lleva la subasta del propio Countach y que tendrá lugar el próximo día 25 de noviembre, espera una puja final comprendida entre los 1.500.000 y 2.000.000 millones de dólares. Pero su próximo propietario no solo llevará el coche, sino también una silla de director y una plaqueta firmadas por Scorsese, DiCaprio y Robbie, sudaderas originales, dos DVD con la película y la ropa que vistió el propio Leonardo DiCaprio para filmar la escena con el Countach, así como un certificado de autenticidad.

Y aunque el estado del coche puede herir la sensibilidad de cualquier petrolhead que se precie, todo apunta a que no solo alguien pagará tal suma de dinero, sino que conservará el estado del coche por la relevancia que tuvo en la película y… por morbo.

Imágenes: Bonhams Cars

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