Hablar de coches siempre ha sido hablar de complejidad. Y no porque el producto en sí lo sea (que también), sino porque este sector se mueve al ritmo de intereses, normativas y estrategias que cambian cada dos por tres. Durante años, los fabricantes tradicionales jugaron «en casa», cómodos, sin demasiadas sorpresas ni nuevos factores que alterasen su calma. Pero ese tiempo se acabó. Ahora, entre el empujón regulador hacia lo “verde” y el aterrizaje de China como superpotencia automovilística, todo ha dado un vuelco.
En este nuevo escenario, lo que antes era dominio europeo o japonés, ahora se está llenando de marcas chinas con hambre, tecnología… y precios que meten miedo. Y claro, ante eso, lo más sensato parece aliarse con ellos. Ya lo hizo MG, quien se dejó llevar por SAIC con muy buen resultado, y que luego de alguna manera similar EV Motors ha hecho con EBRO apoyándose en Chery. Ahora la historia se volverá a repetir, si nada se tuerce, con la andaluza Santana, que volverá de la mano de una joint-venture china.
La marca ha adelantado una pick-up que podría ser su propia versión de la Dongfeng Z9.
Imágenes de la Dongfeng Z9






Y es que, si hay algo que impide a los fabricantes chinos expandirse con total efectividad dentro de un mercado tan conservador y hermético como el europeo, y más concretamente como el español, es la falta de identidad. Sí, los coches chinos se están convirtiendo en tendencia, pero si no consiguen generar confianza en el comprador, por muy agresiva que sea su relación entre precio y producto, la realidad es que no van a llegar a convencer nunca a tantos consumidores como las que han actuado aquí toda la vida, sólo los más alternativos y abiertos a nuevas marcas y productos darán el salto.
Esto es lo que, en realidad, antes que EBRO hizo el fabricante chino SAIC, quien en 2009 se hizo con la británica Morris Garages en su totalidad. No sabemos si ya en aquel momento SAIC tenía la intención de abordar el mercado europeo con coches comercializados bajo la marca de MG pero de desarrollo y tecnología china, pero lo que empezó hace más de 15 años ha terminado siendo ahora, en 2025, una fórmula que coches como el MG ZS han demostrado que funciona.
Llegó existir una versión funcional de la pick-up.
Siguiendo esa línea, y con España como base, EV Motors lanzó primero Ecopower Automotive. Entre tanto, y todavía con las ideas no del todo claras, la empresa española, participada por Jaton Racing, Api Brothers, Btech y Nexus Projectes, se hizo con los derechos comerciales y de imagen de la difunta EBRO. En un principio la entrada de Chery no estaba sobre la mesa: los planes pasaban por producir una pick-up eléctrica basada en la Nissan Navara aprovechando las herramientas y útiles que Nissan había dejado en la planta de la Zona Franca de Barcelona al cesar allí su actividad.
El resto de la historia ya la conocemos: nada sabemos de aquel proyecto sobre una pick-up, ni eléctrica ni electrificada, y en la planta de Barcelona se está produciendo lo que más salida comercial tiene: dos SUV.
Parece claro que su primer modelo será una pick-up.
Que haya surgido un nuevo proyecto dentro del panorama nacional con un objetivo muy similar bajo una fórmula prácticamente idéntica, en realidad no es casualidad, pues tras el proyecto de la Santana Factory en Linares se encuentra una de las figuras clave en el desarrollo de los acontecimientos para EBRO y que permaneció en un anonimato casi total. Se trata de Edu Blanco, ahora públicamente confirmado como CEO de la nueva Santana Motors S.L., quien, además, participó en el Dakar en un coche eléctrico, siendo el primer coche de este tipo que culminó la dura prueba que representa este mítico rally.
Está claro, por tanto, por qué un 4×4 electrificado era el objetivo primigenio de EBRO y porqué ahora, con Zhengzhou Nissan Automobile y (ZZ Nissan) y Anhui Coronet como socios, vuelve a ser una pick-up lo que le da sentido a un proyecto de este calibre.
Imágenes de la Dongfeng Z9





