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¿Quieres ahorrar 150€ en combustible? Te decimos como…

 

Como comentamos en otras ocasiones reducir la contaminación y el consumo de combustible del vehículo está al alcance de todos. Realizar una conducción eficiente sólo es cuestión de mentalizarse y poner en práctica una serie de sencillas técnicas y medidas que harán que los desplazamientos por carretera sean más ecológicos y económicos, como así lo demuestran rallys de eficienciencia y otras competiciones de bajo consumo, donde se consiguen cifras en carretera abierta y tráfico real impensables incluso para el fabricante. Según datos del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), entidad pública que depende del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, realizando una conducción eficiente es posible ahorrar un 15% de combustible al año sin ni siquiera reducir la velocidad media.

IDAE publica las 10 claves de la conducción eficiente, con las que podemos ahorrar 2000 millones de € al año.

Algo tan sencillo como circular sin apurar las marchas, con la presión de los neumáticos adecuada y respetando la velocidad máxima, ya influye en el ahorro de combustible. Por eso, en muchos casos, más que adquirir un determinado comportamiento, sólo es preciso corregir los malos hábitos que se tienen al volante. Sólo en España, según datos del IDAE, si se pusieran en práctica las buenas maneras al volante se podría ahorrar más de 2.500 millones de litros de carburante al año, lo que supone una reducción de 6,3 millones de toneladas de CO2. En términos económicos, representa un ahorro de más de 2.000 millones de euros al año, es decir, en torno a los 150 euros por conductor. Una cantidad nada despreciable ya que el gasto anual medio familiar de la energía consumida en casa es de 800 euros y el gasto medio familiar de combustible para el coche es de 1.200 euros.

Las 10 Claves de la conducción eficiente

Entre algunas de las medidas más eficaces para reducir el consumo destaca conducir con marchas largas, manteniendo el motor a bajas revoluciones. En vehículos de gasolina, el cambio de marcha debe hacerse en el entorno de las 2.000 rpm, mientras que en los de gasóleo debe ser entre las 1.500 y las 2.000 rpm. Asimismo, es aconsejable mantener una velocidad constante y evitar los acelerones y los frenazos bruscos. En ambos casos, además, se estará reduciendo la contaminación acústica.

Otra técnica realizar una conducción más económica y menos contaminante es llevar el vehículo con un buen neumático. Se estima que en torno al 20% del consumo de carburante se destina a superar la resistencia ala rodadura. Por supuesto, esta cifra se incrementa si no se utilizan las gomas adecuadas, si éstas no están en buen estado o si no se llevan con la presión recomendada por el fabricante. Una presión correcta reduce el esfuerzo y el consumo, mientras que una presión inferior de sólo 0,3 bares sobre la recomendada incrementa el gasto de combustible en torno al 3%  e influye en el desgaste del neumático.

Pero no sólo se trata de reducir el consumo con la conducción, hay otras muchas circunstancias que ayudan a reducir el gasto energético, por ejemplo, circular con las ventanillas bajadas o con elementos exteriores que rompen la aerodinámica del vehículo como bacas o cajones portaobjetos, que aumenta la resistencia del mismo y, por tanto, se incrementa el consumo de combustible. Por ello es recomendable desinstalar dichos elementos si no se está haciendo uso de ellos.

En definitiva, eliminando los malos hábitos de conducción y adoptando una serie de medidas que no suponen grandes sacrificios no sólo se contrarresta el incremento del precio del combustible y se ahorra en gasto, sino que además se contribuye con el medioambiente y se ayuda a conseguir que los entornos urbanos sean un poco más saludables.

Fuente: IDAE | Borrón y Cuenta Nueva Comunicaciones
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