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La historia de la semana: Fermín Vélez gana las 12 horas de Sebring de 1995

En 2015 se cumple un hito muy especial para los aficionados españoles al mundo del automovilismo. Hace veinte años, Fermín Vélez se impuso en las 12 horas de Sebring por primera vez en su carrera deportiva a bordo de un espectacular Ferrari 333 SP del Team Scandia -repetiría en 1997-. Esa victoria fue merecida para un piloto que había trabajado muy dura pero también tuvo otras implicaciones.

En una época en la que el mundo de las carreras era un interés en el mejor de los casos minoritario y en el peor de los casos, «friki», Vélez fue capaz de forzar pequeñas reseñas sobre un catalán que se había ido a Estados Unidos a dar vueltas en círculos con unos cochecitos muy raros. Pero no solo eso, sino que además, ¡ganaba! Un Español, ganando nada más y nada menos que en Estados Unidos, imponiéndose a los locales.

Para los españoles de la época -que tampoco es tan lejana- aún existía esa percepción de que Estados Unidos era lo más y ganar allí debía ser, por ende, lo mejor. Intentar hablar de campeonatos del mundo en esto de las carreras era bastante más complicado. En cualquier caso, el triunfo de Fermín Vélez no llegó sin razón y vino después de largos años labrándose una reputación como piloto fiable y capaz.

Eso le había valido entrar en el equipo Scandia de Andy Evans, propietario y piloto de la escuadra. En cuanto a la carrera, se sucedió entre la pista seca y un diluvio digno de película de terror. Inicialmente, Vélez partió bien y pronto se situó en cabeza pero el Ferrari número 33 con Michele Alboreto era más veloz y pasó a liderar la prueba. Esto sucedió gracias, en parte, a los problemas de algunos rivales con los aún frágiles Riley & Scott.

Una lluvia temprana paró la carrera durante media hora, antes de reanudarse cuando el estado de la pista fue más aceptable -¡esto de parar las carreras por agua no es nuevo de ahora!-, con una lucha por la victoria revitalizada. Casi parecía que el parón había incendiado los corazones de los pilotos, que ardían en deseos de competir. Más problemas para dos de los Ferrari 333SP y el Porsche-Kremer ganador en Daytona iban dejando la lucha en cabeza más solitaria.

Tras siete horas de carrera, el Ferrari número 33 de Alboreto se vió obligado a parar a boxes con problemas en la rueda posterior izquierda y Vélez heredó el liderato. Lo mantuvo con firmeza hasta la octava hora de carrera, cuando una fortísima lluvia volvió a forzar una nueva bandera roja. Esta vez hubo 45 minutos de parón y cuando la carrera se reprendió, la estrategia iba a ser crucial. El Ferrari del español montaba neumáticos Pirelli intermedios mientras los rivales en segunda posición usaban Good Year lisos.

Todo se decidiría en el último momento y en el Team Scandia rezaban para que sus cálculos fueran correctos con la suma de tiempos y distancias tras las dos banderas rojas. Debían conseguir aguantar en cabeza… siempre que contaran con un hombre templado al volante. El hombre para la faena no era otro que Fermín Vélez, que se las tendría que ver con un veterano como Jan Lammers al volante del Spice-Chevrolet que les perseguía.

Al final, la historia tuvo un desenlace feliz para los chicos de rojo, que consiguieron la primera victoria de Ferrari en las 12 horas de Sebring desde 1972, cuando Mario Andretti y Jacky Ickx se impusieron con el fantástico 312 PB. Esta vez, los protagonistas eran Andy Evans, Fermín Vélez y Eric van de Poele, que había pilotado tanto el Ferrari ganador como el que había tenido problemas, duplicando así sus opciones de victoria… pero también su cansancio.

La victoria se había decidido por un margen mínimo y el Spice-Chevrolet de Jan Lammers, Andy Wallace y Derek Bell terminó en la misma vuelta que el vencedor. En cuanto a Vélez, le quedaba aún mucho por hacer, empezando por una nueva victoria en las 12 horas de Sebring en 1997. Una vez más, sería con el Team Scandia y Andy Evans como compañero de equipo. Aunque esa ya es una historia para otro día…

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