Dice el refrán que el sabio escarmienta en cabeza ajena. Y eso es lo que se han propuesto hacer Hyundai y Kia gracias al problema que ahora preocupa a Toyota y que se extiende tambien a los frenos del nuevo Prius. Con una campaña de imagen de robustez y fiabilidad basada en su plan de ofrecer nada menos que 7 años de garantía, una llamada a revisión como la que ahora afecta al fabricante nipón supondría un varapalo inimaginable para las marcas coreanas.
Mientras Toyota tira de calculadora para darse cuenta de que la campaña de revisión la podría costar más de 1.500 millones de dolares (¿es ese el precio que tendrá que pagar por haberse convertido en el primer fabricante del mundo?), el consorcio coreano pone en marcha una campaña de control de calidad destinada a evitar, a toda costa, una metedura de pata semejante.
Segun informa el “The Korea Herald”, el consorcio Hyundai-Kia pondra bajo la lupa los procesos de fabricación de medio millar de proveedores, en un intento de poder detectar, antes de que sea demasiado tarde, el mas mínimo problema de calidad en cualquier componente del vehículo, haciendo especial hincapié en elementos tan críticos como pueden ser los frenos o el pedal del acelerador.
Hyundai-Kia no quiere poner en peligro su status actual como cuarto productor mundial y competencia directa de Toyota. El programa pretende reestructrar todo el proceso de control de calidad de la cadena de producción del coche y de todos los proveedores que intervienen en el proceso aportando sus piezas. Incluso plantean cursillos para los tabajadores con el fin de que detecten lo antes posible cualquier merma en la calidad.
Al menos la “avería” de Toyota ha servido para que alguno de los demás fabricantes empiecen a poner más interés en la calidad de los coches que fabrican. Algo que deberían tomar en consideración gran parte de las marcas generalistas y algunas de las catalogadas como caras premium. Todas sin excepción se ven obligadas a realizar este tipo de llamadas a revisión que ahora tantos quebraderos de cabeza le esta provocando a Toyota, aunque en la prensa especializada española (tanto online como de papel) no suelen tener la repercusión que se les da en otros países.
Ahora no se trata de imagen de marca, de fama mas o menos merecida o de ver quien hace los anuncios más chulis. Se trata de ofrecer al cliente un producto hecho a conciencia, que no esconda sorpresas desagradables que le puedan amargar una compra que suele suponer un gran desembolso. Que la industria automovilística tiene más de un siglo y todavía hay fabricantes que parecen hacer coches con el único objetivo de que no den problemas durante el periodo de garantía y puedan pasar la primera ITV.
Via: asianewsnet, autoevolution
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